Capitulo 3: Batir de Alas...

Milena tomó aire y pensó, buscando las palabras adecuadas para contar su historia.
Por un instante, se perdió en la mirada de Damir. Profundos ojos verdes que la transportaban a paisajes nunca antes vistos...
Se sorprendió al descubrir que esa belleza perfecta, hipnotizante, de la que gozaba el Ángel que tenía en frente suyo, nada significaba frente a la sonrisa encantadora de Noah.
Sonrió para sus adentros y comenzó a hablar.

-Conocí a alguien en esa clínica donde mis padres me internaron... Un muchacho, llamado Noah. Él es tres años mayor que yo. Tiene poderes semejantes a los mios, tal vez más fuertes, más desarrollados... Rápidamente nos hicimos amigos, congeniamos bien. Luego, el lazo que nos unía se hizo más fuerte, nos enamoramos y una cosa llevó a la otra, nos pusimos de novio, nos dieron el alta en la clínica y nos comprometimos, nos casamos... Tengo 25 años y llevo 4 años casada con Noah. Pero algo pasó...
Milena se estremeció, recordando imágenes del pasado, de ese pasado oscuro, terrorífico, que le había arrebatado a Noah.
-¿Qué pasó?- preguntó Damir, fijando su mirada en esa joven que parecía tan frágil...
Algo en la historia de Milena empujaba a Damir a querer ayudarle, defenderle...

-Bueno, murieron sus padres en un accidente. Y eso cambió todo... Noah sintió que el mundo se le venía abajo. Que nada tenía sentido... que las capacidades que él tenían de nada servían si no podía ayudar a quienes más quería... Y sucedió que una noche, discutimos feo... Yo estaba preocupada por él, cada día se sumergía más y más en su mundo, no hablaba, no quería ni ver la luz del sol... esa noche de la pelea, él tomó su abrigo y salió a caminar solo. Nunca regresó... Le busque por todos lados, hasta que lo encontré una noche en el cementerio, junto a la tumba de sus padres, llorando... Pero no estaba solo... junto a él, una mujer lo acompañaba. Una criatura no humana, una joven de rasgos perfectos y alas negras... Ella le hablaba en susurros, lo invitaba a dejar la luz, a acompañarla y ayudarle, le decía que estaba desperdiciando sus poderes, que él podía hacer y mucho con sus dones... Salí corriendo de allí, sin saber que hacer, de esto, hace ya 2 meses. Noah está siendo manipulado y necesito ayuda. Y todo lo que sé es que, si esa criatura es un demonio, entonces un Ángel puede ayudarme...- dijo Milena, con la mirada perdida en los recuerdos de su amado.

Damir escuchó las palabras de Milena en silencio, sin hacer gestos ni muecas.
Necesitaba analizar todo fríamente, porque él sabia bien que esa criatura que manejaba a Noah no era un demonio, y que si trataba de salvar al humano, estaría en peligro la vida de ese Ángel... Pero él no era capaz de matar a otros de su especie, a menos que fuese una situación de extrema necesidad...
Al menos, la vida de Noah no estaba perdida. Solo los Demonios pueden destruir a los humanos...

-Bueno, no es un Demonio quien maneja a tu marido...-dijo Damir, seriamente -Es un Ángel Negro... No tiene el poder de envenenar el alma de los humanos, sólo los empuja a cometer malas acciones, a matar, a hacer el mal... Si un Demonio enferma a un humano, solo puedes salvar el alama del humano matándolo, pero si una Ángel Negro lo hace, puedes salvar no solo el alma, sino también la vida del humano...
Milena comenzó a respirar aliviada y más tranquila, al escuchar al Ángel que tenía frente a ella.
-Debes saber algo... los Ángeles no somos perfectos, cometemos errores... a veces, perdemos nuestra fe, renegamos nuestro amor por Dios... y ahí es cuando perdemos las alas y pasamos a llamarnos Ángeles Caídos, estamos atados al mundo terrenal y hasta tanto no volvamos a ser Ángeles de Luz, no podemos regresar al cielo a nuestro antojo, como antes hacíamos.... Algunos nunca se arrepienten, y permanecen aquí, en la tierra, vagando, hasta que al fin la vida los abandona y mueren. Otros, aceptamos nuestros errores y procuramos repararlos, volvemos a comportarnos como es debido y nuestras alas comienzan a crecer, lentamente. Luego, las alas empiezan a colmarse de plumas, plumas blancas y suaves. Hasta que, luego de mucho esfuerzo y trabajo, de luchar contra las fuerzas oscuras, logramos la Luz de nuevo. Yo estoy en ese camino, por eso mis alas muestran cicatrices y marcas, por eso me faltan plumas... yo caí hace mucho, y me ha costado levantarme, pero lo he logrado... Existo desde hace milenios, soy inmortal - explicó Damir, mirando a Milena con melancolía.
Milena observaba, también, fijamente a Damir.
Ella siempre había pensado que los Ángeles eran especiales, únicos...
Damir la sacó de sus pensamientos cuando comenzó a hablar nuevamente:

-Hay Ángeles que no solo reniegan de su fe, sino que también se entregan a las fuerzas del mal. Aceptan ayudar a los Demonios... esos Ángeles no pierden sus alas, sino que sus plumas se tornan de un color tan negro como la noche misma. Y tienen dos caminos posibles a seguir... O se arrepienten y regresan al camino de la luz, lo cual es muy dificultoso, deben reparar todo el mal que han hecho para entrar en la condición de Ángeles Caídos y luego, al perder sus alas, deben trabajar aún más para que crezcan las nuevas alas con plumas blancas... La otra opción, es que el Ángel Negro nunca se arrepienta, nunca desee volver al cielo... entonces, con el correr de los años, ese Ángel pierde las plumas, sus alas se recubren de escamas y deja de ser Ángel, para transformarse definitivamente en Demonio... El primer Demonio, Lucifer, primero fue un Ángel Negro, pero nunca se arrepintió de sus actos y ahora, es el jefe de la noche, el Demonio principal... Él ha contaminado miles de corazones humanos y ángeles, ha empujado a la oscuridad miles de almas, y los Ángeles estamos ahora en el mundo para luchar contra él, para salvar esas almas...

Milena, perdida en la historia que narraba el joven Ángel que estaba sentado a su lado, había comenzado a sollozar... Se sentía insignificante, ante tantos seres poderosos que andan por el mundo... ¿Cómo podía ella salvar a Noah? ¿Cómo hacia para no perder la fe si otros seres más iluminados también la perdían?

Damir, al ver a Milena llorando, solo se limitó a buscarle un pañuelo descartable y alcanzarselo.
No quería mostrarse sentimental... ella había buscado ayuda en él, y él ayudaría, claro, pero solo eso... le lastimaba el dolor ajeno, lo debilitaba, y sino se mostraba como un ser frío y distante, entonces, el dolor de Milena le afectaría.... y él pensaba evitarlo a toda costa.

-Dime cómo es el Ángel que estaba junto a Noah, aquella noche...-pidió Damir, una vez que Milena se hubo calmado.
La joven levantó la mirada del suelo y susurró:
-Solo recuerdo sus cabellos rojizos y sus ojos de un extraño color violeta...- y luego, se sumergió de nuevo en sus recuerdos de Noah.
Damir se estremeció ante esa descripción...

¿Podía ser posible?
Sólo conocía a un Ángel Negro con esas características. Es más, solo conocía a un Ángel, de entre todos, que respondía a esa descripción...
Sasha había avanzado en su estado de oscuridad, ahora manipulaba personas...
Damir se estremeció una vez más...
Debía salvar a Sasha y pronto, antes de que fuese demasiado tarde...