Capitulo 1: Hasta que el tiempo deje de transcurrir...

Hace más de 10 milenios que recorro el mundo...
Me enviaron a las par de muchos otros que, como yo, sólo perseguían un fin: destruir Demonios y combatir el mal.

No soy ni he sido perfecto. Disto mucho de serlo.

Mi condición de Ángel no significa necesariamente que soy sabio ni estoy inmune de cometer errores.
Pero aún así, trato cada día de ser mejor individuo, mejor Ángel.

Comprendo que me equivoqué y mucho el día que me crucé con ella. Antes todo era distinto. Antes, mis alas perfectas y de blancas plumas cubrían mi espalda. Hoy, a penas hay vestigio de ellas...

Si hoy me decido a escribir, escribir mi historia, es porque es la única forma de que entiendan lo que me sucede.

Sólo mirando el pasado se puede comprender el presente y considerar el futuro.

Hoy, Damir me llamó, necesita hablar conmigo, precisa de mi ayuda.
Y el simple sonido de su voz me trae mil recuerdos...

Capítulo 1

Desperté a la existencia como un Ángel de Luz.

Y he cumplido con mi tarea de servir a Dios y proteger a los humanos...
Nos asignaron a cada uno una región para limpiar y a mi me tocó Europa...

No me quejo de mi tarea ni de mis luchas.

Pero siempre me dolió y aún me duele matar humanos, aunque estén convertidos en Demonios.
Eliminar Demonios puros, sin embargo, incluso hoy me llena de adrenalina... Aunque ya nada sea como antes...

Y durante milenios disfruté de cumplir mi tarea...

Hasta que en determinado momento hace mas de 500 años, la zona que protegía se limpió...

Y entonces, tuve que tomar desiciones... Debía buscar una forma de seguir con mi trabajo...

Por eso me dirigí a aquel reino, el reino de Ainoa...

En el primer pueblo que pisé, recuerdo que me acerqué a la casa más grande que ví...

Golpeé a la puerta y esperé.

Nadie llegó a atenderme, poruqe de pornto, alguien tocó mi hombro.

Me di vuelta y me encontré de cara a cara con una joven de hermosa sonrisa y ojos color café...

-Cielos... qué hermosas alas tienes...- exclamó sonriendo aún más.

Me paralicé... ¿Qué era esa niña?

-Perdón... me llamo Sofía... soy la dueña de la casa... ven, entra, asi hablamos mejor...

Asentí, sin saber qué más hacer...

Y ese mismo día la existencia me cambió...

Di un giro de 180 grados...