Capitulo 12: Batir de Alas...

Sasha miró a Noah que dormía plácidamente en su cama, en la vieja casona que habitaban en las afueras de la ciudad.
Y una vez más, ella se preguntó si su plan resultaría y qué pasaría luego, si se concretaban sus proyectos...
Sería difícil, lo sabía bien. Y nada prometía el mejor futuro...

Había perdido esa mañana su primer pluma... Lo que significaba que su primer escama había aparecido.
Y sabía bien que cuando la última pluma cayera sería pura y completamente un Demonio.
La sola idea de verse así le erizaba la piel.
Pero no veía forma de evitarlo... Ella misma se había conducido a esa situación... Era de esperarse, con todo lo que había hecho en los últimos años...
Suspiró y salió a la terraza, a observar el cielo. Las estrellas siempre atraían su atención, desde que había despertado a la vida y ahora no eran una excepción.

-Te equivocas...- dijo una voz a sus espaldas.
Sasha no precisó darse vuelta para saber que quién le hablaba era un Ángel... Un Ángel de Luz.
-Tú no sabes nada. No puedes opinar- repuso, tranquila.
-Te he estado observando. Lo sabes bien. Si prestas atención, desde el plano celestial puedes verlo todo... Y en la inmensidad de circunstancias y alternativas que se plantean todos los seres pensantes que habitan este planeta a cada momento, cada día, yo me dediqué a analizar tu situación...- dijo el Ángel, con voz fría.
Sasha permanecía con la vista en las estrellas, pero escuchaba con precaución.

-Aún así. No lo entiendes. Yo no caí, yo perdí la fe... Cuando vi morir a Damir, sentí que el pecho se me desgarraba y comenzaba a sangrar... Él siempre actuaba para cuidar a otros, para proteger o salvar a otros... Y cuando lo necesitó, nadie le protegió, yo no pude protegerle... Lo vi morir, desaparecer ante mis ojos y con él, toda mi fe se esfumó. El ser que más amaba, la razón de mi existencia, ya no estaba. ¿Quién me sostendría, me acompañaría cuando tuviera miedo o dudara de mi tarea como Ángel? Nadie, porque Damir, mi Damir ya no estaba...- dijo Sasha, sin mover la vista de las estrellas.

-Pero Damir no había muerto en realidad, sólo su cuerpo físico...- comenzó a decir el Ángel desconocido.
-Yo no lo sabía- le interrumpió Sasha, casi gritando- Yo no sabía que el volvería... Lo creí perdido, y me vi perdida... Renegué de mi fe, mis creencias, todo... Y gané así la condición de Ángel Negro...
-Pero si sabías que para los humanos al morir sus cuerpos sus almas se mantienen intactas y alcanzan la Luz... ¿Por qué no imaginaste, no creíste que algo similar podía pasar con Damir?- preguntó el Ángel.
-Nosotros nacemos como seres celestiales, se supone que poseemos el don del conocimiento y que podemos luchar contra la oscuridad y vencerle... Pero, al igual que los humanos, reímos, sufrimos, sangramos, lloramos e incluso, podemos dudar... No somos perfectos. Ver morir a Damir... sólo pude pensar que yo ya no le tendría a mi lado, ya no le vería sonreír... Y las dudas me cubrieron... Así perdí mi fe...- las palabras de Sasha nacían del dolor. El otro Ángel podía sentirlo.
-Sasha, sabemos lo que intentas. Por eso estoy aquí. Para pedirte que te detengas y mires a tu alrededor... Por favor. No lo hagas. Piensa en Damir... Sí sigues con tus planes, no habrá marcha atrás... Por favor...- suplicó el Ángel.

Damir... A menudo Sasha pensaba en él. Le extrañaba. Sentía que hacia siglos, una vez, había sido feliz. Pero ya no. Nunca más. Damir no perdonaría en lo que ella se había convertido. Y menos todavía, entendería lo que pensaba hacer...

-¿Cómo esperas que piense en Damir? ¿De qué me vale pensar en él? Soy un Ángel Negro. Ya no hay retorno para mí...- susurró, pensativa.
-Hay retorno, hay salvación... Tienes tiempo todavía... No olvides que eres un Ángel... Y puedes volver a la Luz, si te esfuerzas... Tu plan es demasiado arriesgado. Lo perderás todo... Piensa en Damir... Sólo... Piensalo...- dijo el Ángel. Y con un leve batir de alas, se alejó del lugar.
Sasha permaneció mirando las estrellas durante unos minutos más. Silenciosas lágrimas resbalaban por sus mejillas.

Damir... ¿De verás podía ella volver a la Luz? ¿Damir la aceptaría? Él había prometido matarla la próxima vez que se vieran... Le había dicho palabras muy duras e hirientes, todas verdaderas, pero no por eso menos dolorosas...
Damir...
Sasha anhelaba sus abrazos, sus sonrisas, sus caricias y sus besos... Lo extrañaba de todas las formas posibles... Más allá de vivir en la Oscuridad, aún le amaba con todo su ser...
Suspiró y, enjugándose las lágrimas, regresó al interior de la casa...

En otra parte de la ciudad, en el penthouse de Damir, Milena llamó a la puerta y al ver que nadie respondía, tocó el picaporte... No tenía seguro...
La joven entró a la casa y encontró la nota que le había dejado Damir.
Sonrió. Le gustaba el cambio que observaba en Damir cuando estaba con Erzengel. Su amigo le hacia bien...
Se preparó algo liviano para comer, y luego de cenar, limpió todo y se fue a dormir.
Había sido un día muy largo...

Mientras, en casa de Erzengel, Damir escuchaba a su amigo con los ojos grandes por el asombro...
El misterioso Ángel que había hablado con Milena y con Sasha, volaba ahora al encuentro de alguien más...