Sentía que la adrenalina recorría cada centímetro de mi ser...
Hacía años que Damir y yo no compartíamos campo de batalla y me entusiasmaba pelear a su lado...
Ver a Damir sonreír me daba ánimos. Este enfrentamiento no sólo era mi regreso a la pelea... También significaba la posibilidad de regresar a las Luz. Y las esperanzas me inundaban...
Aún no le había comentado a Damir lo que me había dicho Sofía... Tampoco le había contado que ella ahora era un Ángel y había pasado a su lado varias hermosas horas...
Había decidido explicarle todo cuando nos hiciéramos cargo de los Demonios que habían llegado a la ciudad desde el Plano Oscuro.
Llegamos rápidamente a una casona en las afueras de la ciudad...
Había más Demonios de los que había sentido con Sofía.
Mientras uno de los monstruos vigilaba la puerta, los otros rebuscaban en la casa a los niños que allí vivían... Su almas puras y limpiar representaban una fuente enorme de energía para los Demonios... Eso me molestaba... Esas indefensas criaturas... Sus llantos desgarraban el silencio del amanecer...
Suspiré.
”Debemos hacer que salgan. Si entramos en ese edificio, ellos nos llevarán ventaja...” pensé para Damir.
-No...- respondió mi amigo con voz fría- Ellos no saldrán, no todos al menos... Yo me encargo del que está en la puerta... Tú entra y comienza a divertirte... Ya verás que luego algunos saldrán a enfrentarme...
Sonreí ante la actitud de Damir. Él se divertía luchando...
Damir desenvainó su espada y se encaró con el Demonio de la puerta, mientras yo entraba veloz a la casa...
El lugar estaba destrozado... El living y la sala de estar se mostraban hechos trizas.
Gruñí y las vértebras en mi cuello tronaron cuando giré mi cabeza hacia un lado y hacia otro pensando en cómo salvar a las familia y vencer a los Demonios a la vez... Mis dedos eran ahora garras filosas con ansias de matar...
Una risa metálica se extendió por la casa cuando un ser diabólico arrasó con una de la paredes y se detuvo a varios metros de mi posición. En sus brazos, un pequeño de unos 3 o 4 años lloraba y me tendía sus brazos suplicante.
Dos niños más que apenas si tenían los 10 años cumplidos, aparecieron de pronto y gritaron, pidiendo a su hermano y amenazando al Demonio...
Sólo un niño se enfrentaría a la muerte segura sin armas y sin escudos por salvar a su hermano.
El Demonio sonrió y lanzó a la criatura por los aires. Sus hermanos no lo podrían salvar de la caída. Sólo yo... Y eso bien lo sabía el monstruo que me observaba fijamente. Me estaba midiendo. Y atacaría cuando más indefenso yo estuviera.
No me importó, no podía permitir que un ser indefenso y inocente perdiera su vida... Menos un niño...
Me lancé para atajar al niño y por el rabillo del ojo, alcancé a ver que el Demonio se preparaba a matar a los hermanos de la criatura que yo había salvado.
Con el niño en brazos, salté y me interpuse entre los pequeños y el Demonio.
Pude sentir su golpe sobre mis alas. Como si mil martillos se estamparan contra los huesos de mi espalda...
Entonces, el milagro sucedió... Un destello enorme me rodeó y envolvió por unos instantes, iluminando toda la casa.
Sonreí al entender lo que ocurría... Extendí la alas y con sólo pensarlo, mis plumas se volvieron tan fuertes y filosas como el acero pulido de mi espada.
La criatura en mis brazos me miró, sorprendida mientras yo la dejaba a cuidado de sus hermanos y les pedía que busquen refugio en tanto giraba precavido para observar a mi oponente.
El Demonio dio un paso atrás, asustado... Sonreí aún más. Lo había logrado. Ahora era un Ángel de Luz nuevamente y mis poderes habían regresado a mi por completo... Yo era un Primer Nacido... Mi ataque siempre resultaba letal para los Demonios y el que tenía frente a mi no fue una excepción...
Veloz como un rayo, tomé al Demonio por el cuello y su corazón dejó de latir bajo mi garras.
Dejé caer su cuerpo y comencé a recorrer la casa... Mi aura inspiraba terror a estos Demonios que nunca habían visto a alguien de mi rango. Pude sentir cuando uno de ellos corrió fuera a enfrentarse con Damir, mientras yo caminaba con paso firme buscando sobrevivientes... Necesitaba encontrar a los niños y a sus padres y comprobar que estaban todos bien.
En un cuarto a oscuras, 3 niños se abrazaban llorando mientras un Demonio amenazaba con matarles.
Su poder era inferior... Un novato que quería pelear conmigo... Ni siquiera me moví...
Mis alas se extendieron y miles de plumas volaron por todo el cuarto... Miles de pequeños cuchillos que se incrustaron directamente en el cuerpo de aquella criatura oscura que yo deseaba matar...
La casa tembló ante el grito que dio el Demonio al morir.
En tanto otros dos monstruos corrieron fuera... Damir ya había matado a otro contrincante.
Comprobé que los niños estaban bien y luego de indicarles que se mantuvieran a resguardo, seguí camino... Faltaba comprobar la salud de tres niños y los padres.
Un estruendo resonó en el pasillo por donde caminaba, se abrió una puerta y apareció un Demonio de alas azules... Una encantadora mujer que acurrucaba un niño pequeño en su regaso mientras sus garras amenazaban con matarle frente a mis ojos...
Los niños más grandes aparecieron de nuevo y saltaron sobre el Demonio, que atacó de inmediato...
La sangre comenzó a brotar de las heridas de la niña más grande y su hermano, pero habían logrado arrebatarle al bebé...
Les hice señas para que escaparan y comencé a pelear con el Demonio... Entre golpes y evasivas, desenvainé mi espada y lancé mi ataque directo al corazón...
Bien... Sólo faltaba un Demonio... Y debía de estar con los padres seguramente.
Un grito llamó mi atención. Corrí hasta el final del pasillo y tiré la puerta abajo.
Una mujer embarazada, la madre de los chicos, gritaba de dolor mientras un muchacho de cabellos blancos y alas plateadas se proponía arrancarle el bebé de las entrañas.
No sin esfuerzo, cerré los ojos y me concentré... Lentamente los abrí y miré al Demonio. Con un movimiento de mi mano, su cuerpo se elevó por los aires y quedó suspendido a varios metros del suelo.
La mujer lloraba... Su dolor era palpable, todo su cuerpo estaba cubierto de heridas.
Con mi espada decapité al monstruo rápidamente y luego corrí a atender a la embarazada.
-Mi marido... Está trabajando... El bebé ya viene...- dijo en susurros cuando me agaché a su lado para ayudarle.
”Damir... Ven ya mismo...” grité en mis pensamientos.
Recordando que mis lágrimas podían curar cualquier herida, comencé a llorar sobre las laseraciones de la mujer, para detener el sangrado.
Estaba muy débil, si seguía sangrando al dar a luz moriría...
Damir llegó rápidamente.
-Varios de los niños están heridos, debes curarlos...- dije entre lágrimas.
Damir asintió, pero se quedó mirando a la mujers que tenía en mis brazos...
Pude oír sus pensamientos... Damir se cuestionaba si acaso la mujer daría a luz ahora mismo.
-Sí...- repuse, respondiendo a sus pensamientos- Está en trabajo de parto... Por eso estoy curando sus heridas, necesita estar fuerte para traer a su bebé al mundo... Vamos, encargate de los niños y regresa pronto, necesitaré tu ayuda...
Damir asintió de nuevo y comenzó a buscar por la casa a los niños, tratando de tranquilizarlos y sanando sus heridas, mientras yo sólo rogaba que la madre sobreviviera y diera a luz a su hijo sano y salvo...
Hacía años que Damir y yo no compartíamos campo de batalla y me entusiasmaba pelear a su lado...
Ver a Damir sonreír me daba ánimos. Este enfrentamiento no sólo era mi regreso a la pelea... También significaba la posibilidad de regresar a las Luz. Y las esperanzas me inundaban...
Aún no le había comentado a Damir lo que me había dicho Sofía... Tampoco le había contado que ella ahora era un Ángel y había pasado a su lado varias hermosas horas...
Había decidido explicarle todo cuando nos hiciéramos cargo de los Demonios que habían llegado a la ciudad desde el Plano Oscuro.
Llegamos rápidamente a una casona en las afueras de la ciudad...
Había más Demonios de los que había sentido con Sofía.
Mientras uno de los monstruos vigilaba la puerta, los otros rebuscaban en la casa a los niños que allí vivían... Su almas puras y limpiar representaban una fuente enorme de energía para los Demonios... Eso me molestaba... Esas indefensas criaturas... Sus llantos desgarraban el silencio del amanecer...
Suspiré.
”Debemos hacer que salgan. Si entramos en ese edificio, ellos nos llevarán ventaja...” pensé para Damir.
-No...- respondió mi amigo con voz fría- Ellos no saldrán, no todos al menos... Yo me encargo del que está en la puerta... Tú entra y comienza a divertirte... Ya verás que luego algunos saldrán a enfrentarme...
Sonreí ante la actitud de Damir. Él se divertía luchando...
Damir desenvainó su espada y se encaró con el Demonio de la puerta, mientras yo entraba veloz a la casa...
El lugar estaba destrozado... El living y la sala de estar se mostraban hechos trizas.
Gruñí y las vértebras en mi cuello tronaron cuando giré mi cabeza hacia un lado y hacia otro pensando en cómo salvar a las familia y vencer a los Demonios a la vez... Mis dedos eran ahora garras filosas con ansias de matar...
Una risa metálica se extendió por la casa cuando un ser diabólico arrasó con una de la paredes y se detuvo a varios metros de mi posición. En sus brazos, un pequeño de unos 3 o 4 años lloraba y me tendía sus brazos suplicante.
Dos niños más que apenas si tenían los 10 años cumplidos, aparecieron de pronto y gritaron, pidiendo a su hermano y amenazando al Demonio...
Sólo un niño se enfrentaría a la muerte segura sin armas y sin escudos por salvar a su hermano.
El Demonio sonrió y lanzó a la criatura por los aires. Sus hermanos no lo podrían salvar de la caída. Sólo yo... Y eso bien lo sabía el monstruo que me observaba fijamente. Me estaba midiendo. Y atacaría cuando más indefenso yo estuviera.
No me importó, no podía permitir que un ser indefenso y inocente perdiera su vida... Menos un niño...
Me lancé para atajar al niño y por el rabillo del ojo, alcancé a ver que el Demonio se preparaba a matar a los hermanos de la criatura que yo había salvado.
Con el niño en brazos, salté y me interpuse entre los pequeños y el Demonio.
Pude sentir su golpe sobre mis alas. Como si mil martillos se estamparan contra los huesos de mi espalda...
Entonces, el milagro sucedió... Un destello enorme me rodeó y envolvió por unos instantes, iluminando toda la casa.
Sonreí al entender lo que ocurría... Extendí la alas y con sólo pensarlo, mis plumas se volvieron tan fuertes y filosas como el acero pulido de mi espada.
La criatura en mis brazos me miró, sorprendida mientras yo la dejaba a cuidado de sus hermanos y les pedía que busquen refugio en tanto giraba precavido para observar a mi oponente.
El Demonio dio un paso atrás, asustado... Sonreí aún más. Lo había logrado. Ahora era un Ángel de Luz nuevamente y mis poderes habían regresado a mi por completo... Yo era un Primer Nacido... Mi ataque siempre resultaba letal para los Demonios y el que tenía frente a mi no fue una excepción...
Veloz como un rayo, tomé al Demonio por el cuello y su corazón dejó de latir bajo mi garras.
Dejé caer su cuerpo y comencé a recorrer la casa... Mi aura inspiraba terror a estos Demonios que nunca habían visto a alguien de mi rango. Pude sentir cuando uno de ellos corrió fuera a enfrentarse con Damir, mientras yo caminaba con paso firme buscando sobrevivientes... Necesitaba encontrar a los niños y a sus padres y comprobar que estaban todos bien.
En un cuarto a oscuras, 3 niños se abrazaban llorando mientras un Demonio amenazaba con matarles.
Su poder era inferior... Un novato que quería pelear conmigo... Ni siquiera me moví...
Mis alas se extendieron y miles de plumas volaron por todo el cuarto... Miles de pequeños cuchillos que se incrustaron directamente en el cuerpo de aquella criatura oscura que yo deseaba matar...
La casa tembló ante el grito que dio el Demonio al morir.
En tanto otros dos monstruos corrieron fuera... Damir ya había matado a otro contrincante.
Comprobé que los niños estaban bien y luego de indicarles que se mantuvieran a resguardo, seguí camino... Faltaba comprobar la salud de tres niños y los padres.
Un estruendo resonó en el pasillo por donde caminaba, se abrió una puerta y apareció un Demonio de alas azules... Una encantadora mujer que acurrucaba un niño pequeño en su regaso mientras sus garras amenazaban con matarle frente a mis ojos...
Los niños más grandes aparecieron de nuevo y saltaron sobre el Demonio, que atacó de inmediato...
La sangre comenzó a brotar de las heridas de la niña más grande y su hermano, pero habían logrado arrebatarle al bebé...
Les hice señas para que escaparan y comencé a pelear con el Demonio... Entre golpes y evasivas, desenvainé mi espada y lancé mi ataque directo al corazón...
Bien... Sólo faltaba un Demonio... Y debía de estar con los padres seguramente.
Un grito llamó mi atención. Corrí hasta el final del pasillo y tiré la puerta abajo.
Una mujer embarazada, la madre de los chicos, gritaba de dolor mientras un muchacho de cabellos blancos y alas plateadas se proponía arrancarle el bebé de las entrañas.
No sin esfuerzo, cerré los ojos y me concentré... Lentamente los abrí y miré al Demonio. Con un movimiento de mi mano, su cuerpo se elevó por los aires y quedó suspendido a varios metros del suelo.
La mujer lloraba... Su dolor era palpable, todo su cuerpo estaba cubierto de heridas.
Con mi espada decapité al monstruo rápidamente y luego corrí a atender a la embarazada.
-Mi marido... Está trabajando... El bebé ya viene...- dijo en susurros cuando me agaché a su lado para ayudarle.
”Damir... Ven ya mismo...” grité en mis pensamientos.
Recordando que mis lágrimas podían curar cualquier herida, comencé a llorar sobre las laseraciones de la mujer, para detener el sangrado.
Estaba muy débil, si seguía sangrando al dar a luz moriría...
Damir llegó rápidamente.
-Varios de los niños están heridos, debes curarlos...- dije entre lágrimas.
Damir asintió, pero se quedó mirando a la mujers que tenía en mis brazos...
Pude oír sus pensamientos... Damir se cuestionaba si acaso la mujer daría a luz ahora mismo.
-Sí...- repuse, respondiendo a sus pensamientos- Está en trabajo de parto... Por eso estoy curando sus heridas, necesita estar fuerte para traer a su bebé al mundo... Vamos, encargate de los niños y regresa pronto, necesitaré tu ayuda...
Damir asintió de nuevo y comenzó a buscar por la casa a los niños, tratando de tranquilizarlos y sanando sus heridas, mientras yo sólo rogaba que la madre sobreviviera y diera a luz a su hijo sano y salvo...
Vaya vaya! con que va a hacer de medico de parto! jaja , que way!
ResponderEliminarEspero que el ninio salga sano y salvo y todos esten bien! Y que bien que los dos hayan alzancado ser angeles de la luz! asi guardan energias para la batalla final! XD
De Danlin, TKM!
MAP!
no puedo leer el cap 11, cuando le doy clik me envia a una pagina del mail de yahoo T-T solo a mi me ha pasado??? yo kiero leer el cap 11 plis
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