Capitulo 9: Hasta que el tiempo deje de transcurrir...,

Le di paso a Damir, para que se pusiera cómodo y le miré, nervioso...

¿Cómo confesar una mentira de 500 años de antigüedad? Porque yo dejé que Damir y Sasha y todos los demás creyeran que mi problema era Selene y nunca hablé de Sofía... Yo era responsable de esto. Y necesitaba decirlo, liberar ese secreto de una vez y por todas...

-Erzengel, ¿Qué pasa? Me preocupas...- dijo Damir mirándome detenidamente.

Sonreí y asentí, diciendo:
-Sí, verás... Yo... Debo decirte algo y necesito que me escuches con atención...
-Te escucho, pero háblame de una vez porque no me agrada verte así...- replicó mi amigo.

Tomé aire lentamente y comencé a explicar:
-Todos creen que perdí las alas por Selene, por su desplante. Pero no es así...- Damir me miró curioso y yo seguí hablando:
-Antes de llegar al castillo conocí a una joven, Sofía. Ella provenía de una familia adinerada y me enseñó lo básico sobre utilizar la espada y arco y también a andar a caballo. Pero había una condición, yo debía presentarla como mi ayudante. Verás, en aquel entonces si recuerdas bien, todo se basaba en el orgullo familiar y Sofía quería evitar que perder el orgullo de su familia y pensó en hacerse pasar por su hermano, que había escapado, y yo acepté...

Los ojos de Damir brillaban de emoción mientras me escuchaba.

-Ella se hacía llamar Agustín y mi nombre frente al rey era Nicolás. Entrenamos durante varias semanas, en las que entablamos una fuerte amistad. Y nos dirigimos al castillo, a ofrecer nuestros servicios al rey, que nos aceptó sin pensarlo dos veces. Ahí conocí a Selene y durante el mes que estuvimos entrenando en el castillo, pasé cada minuto que tenía con Selene y dejé de lado a Sofía, cosa que siempre me lamenté...- la voz se me quebró y durante unos instantes, hice silencio, tratando de componerme.

Damir sólo me miraba, sin decir nada...

Suspiré y seguí contando mi historia:
-Marchamos al campo de batalla... Había varios Demonios, como Sofía me había dicho y yo mismo había pensado... Uno de ellos atacó, y cayeron muertos muchos de mis compañeros, incluso el rey. Enviamos una comitiva al castillo, para dar la noticia y hacer las ceremonias correspondientes al rey. Soportamos la lucha hasta que llegaron refuerzos. Ahí me enteré que Selene se iba a casar. Sólo cerré los ojos y seguí adelante. Continúe luchando. Sofía siempre estaba a mi lado. Hubo un momento... Hubo un momento en el alguien apuntó para matarme. Un arco y una flecha nada podían hacerme, pero Sofía ni pensó en eso cuando corrió y se interpuso como escudo para salvarme...- cerré los ojos e hice una mueca. Me dolía pensar en eso.

Tragué saliva y seguí con el relato:
-Sofía murió en mis brazos... Lloré, imploré... Igual la perdí... Ahí fue donde mis alas se destrozaron... Comprendí que era Sofía lo que más amaba, su sonrisa ya no sería mi luz, ya no me reflejaría en sus ojos... Eso me destrozó. No poder salvarla. Verla morir en mis brazos... Fui tonto... No me eh cuenta de lo que sentía por ella hasta que la perdí... Y nunca tuve fuerzas para decírselo a nadie. Gabriel me hizo el favor de llevar su cuerpo a su hogar, para que recibiera los honores y descanso que merecía. Durante todos estos años sólo Gabriel supo mi secreto. Todos, al igual que tú, pensaban que mi dolor se debía a Selene y no intenté desmentirlo... Me culpaba a mi mismo por su pérdida y me aborrecía por ello... Ahora, he encontrado paz y me siento capaz de abrirme y contar la verdad. Al menos a ti, hermano. Siempre has estado para ayudarme... Por eso pensé en decirte la verdad... Disculpa si te oculté algo tan importante, yo...- no pude seguir hablando.
Damir se puso de pie y me abrazó con fuerza.

-Hermano!!!! Tanto tiempo guardaste esto.... ¿Cómo me voy a enojar? Sufriste tanto tú solo... deberías haberlo dicho antes... así te acompañaba mejor...- dijo él riendo- Además... creo que las cosas cambiaran y para mejor... ya verás... Has dado un paso muy grande al contarme esto.

Sonreí y asentí, era verdad... era bastante ser capaz de sacar afuera mis problemas...

-Bueno... disculpa... pero debo irme... debo serciorarme de que Milena regresó... y sino, salir a buscarla...- dijo Damir y yo le miré, sin entender de qué hablaba.

-Luego te explico...- dijo mi amigo y abriendo las alas, emprendió vuelo a su hogar.
Me sentía asombrosamente tranquilo...
Hasta que llamaron a la puerta.

¿Quién sería a estas horas?...
Podía sentir que era un Ángel, pero no era Damir...
Abrí y me quedé de piedra... la sola presencia de ese ser me dejó por completo sorprendido...

-¿Qué? Tanto tiempo sin vernos... ¿Y ni un saludo o abrazo?... ¿Así me recibes?- su voz cristalina resonó en mis oídos.
Sus alas se agitaban con leve movimiento cuando salté para abrazarle...
Frente a mí, Sofía sonreía encantadoramente...