Capitulo 18: Batir de Alas

Damir estaba desesperado. Necesitaba ver a Sasha, hablar con ella, salvarla de una vez y por todas.
Sabía bien que era una tarea herculea y casi imposible. Pero no perdía la fe... Él haría cuanto estuviera a su alcance por salvarla. Y sino... Sino recurriria a su última carta... Mataría a Sasha... De esa forma, el Ángel Negro volvería al Plano Celestial y algún día alcanzaría la Luz...

Damir prefería estar lejos e imposibilitado de ver al amor de su existencia durante milenios antes que perderla definitivamente. Porque ya no habría marcha atrás si Sasha se convertía en Demonio.
No, eso nunca ocurriría. Él la detendría de algún u otro modo...

El Ángel de Luz cerró los ojos y apretó los puños con fuerza. Nunca había llorado... Ni por enojo, ni por felicidad, ni por dolor... Pero esto era diferente. Sentía que el alma se le desgarraba. Ahora entendía lo que había vivido Erzengel, un calvario en vida...
Y aún así, a pesar de esa agonía que le destruía el corazón haciendo que se desangrase vivo, a pesar de todo, tampoco lloró ahora... Sólo suspiró. Prefería guardar todo ese dolor y convertirlo en fuerzas para seguir adelante.

Sabía que la guerra se aproximaba... Sasha seguramente estaba en la mira de muchos... Pero él la salvaría...


Milena aún dormía cuando Damir se calzó su impermeable y salió a caminar... Estaba amaneciendo y el cielo mostraba un hermoso color anaranjado.

Damir saboreó el aire limpio... Había determinado buscar y encontrar a Sasha esa misma mañana. Y lo haría. Él nunca se fijaba una meta y abandonaba antes de alcanzarla.


Mientras, Sasha había abandonado su cama y había subido a la terraza.
Y se quedó ahí, mirando al vacío... Tratando de comprender... Una vez más se cuestionó qué había sucedido, cómo su vida se había transformado en esto... Algo sin retorno... La oscuridad absoluta...
Cerró los ojos y suspiró...

Comprendía bien que Damir estaba en todo su derecho de odiarle e incluso, de pretender matarle. Pero aún así, quería hablar con él, explicarle la situación...
"Damir..." Sasha pensaba en su antiguo amor, esperanzada con que, talvez, él la escucharía e iría a su encuentro.
Durante casi una hora, Sasha permaneció con los ojos cerrados, esperando a que un milagro le trajera a su lado a Damir y que otro milagro más grande le permitiera que él atendiese a sus explicaciones.

Un leve batir de alas se dejó escuchar traído por la brisa mañanera...

-Tienes mucho que explicar...- la voz de Damir sonaba fría, distante. Él no quería mostrar sus emociones ni sentimentos, no aún.
Sasha sonrió, y giró su rostro hacia Damir.
-Es una historia muy larga... Hay demasiado para contar...- dijo, con una leve sonrisa.
-Te escucho... Tengo todo el tiempo del mundo...- replicó el Ángel de Luz, sentándose al borde de la terraza.
Sasha caminó tranquila y se acomodó en el mismo reborde que Damir, pero a unos 3 metros de distancia.

-Cuando falleciste, la vida se me fue contigo. Perdí toda noción de diferencia entre bien y mal, renegué de mi fe y creencias y perdí así la Luz... Me converti en un Ángel Negro...- explicó Sasha, mirando al suelo.
-Pero sólo murió mi cuerpo físico...- repuso Damir.
-Pero yo no sabía eso...- replicó Sasha, con la mirada cargada de dolor- Yo creí que te había perdido... Y me sentí caer... Después descubrí que... Los Demonios tienen un plan para ganar el mundo... Y pérdida por pérdida, siendo un Ángel Negro, fingí ser uno de ellos y me llevé a Noah... He cuidado de él, para que ni Lucifer ni ningún otro Demonio se le acerque. Los Ángeles deben proteger al humano... Es eso o matarle... Pero debemos evitar que Lucifer le alcance...

Damir miró a Sasha lleno de asombro. Él pensaba que ella era maligna y en realidad ella actuaba por bien... No sólo Noah corría peligro... Si descubrían lo que estaba pasando, Sasha pagaría con su vida esa traición.

-Cuidaré de Noah... y también de ti...- dijo Damir, mientras se acercaba a Sasha poco a poco- Puedes volver a la Luz... Yo te ayudaré a que lo logres...
Sasha miró fijamente a Damir. Sus palabras le resultaban promesas lejanas, y aún así, en su interior nació una chispa de esperanza.
Damir se detuvo a ella, la abrazó fuerte, muy fuerte y mirándola con locura y amor, inclinó su rostro... Sus labios se encontraron con los labios de Sasha... Tenían sed el uno del otro...

Muchos en el cielo pudieron sentirlo. Las cosas estaban cambiando... Ese día marcaría un antes y un después en la historia del mundo.
Saltaba poco... En breve se enfrentarían los seres más puros y luminosos contra los más corrompidos y oscuros que se conociera...
Y la humanidad en medio del tiroteo, ajena a todo...
El momento se acercaba.
Sasha lo sintió cuando concluyó el beso y se vio en el reflejo de los ojos de Damir...