sábado, 5 de junio de 2010

Capitulo 3: El Corazón de Sophía

-De alguna manera debes tratar de aceptarme...- dijo Javier, mirando a Sophia.
-No tengo porqué aceptarte. Sabes perfectamente que no te quiero como mi médico. Debo hacer caso a la decisión de Nana, pero eso no significa que seremos amigos o que te tomaré confianza. Tú harás tu trabajo de doctor, yo cumpliré mi papel de paciente...- replicó la joven, fríamente.
Javier se maravillaba ante la obstinación de aquella joven que le hablaba sin mirarle a los ojos. ¿Qué habría sucedido para que ella actuara así? ¿Había algo en su pasado que la empujaba a no quererle a él como médico? ¿Qué secretos escondía ante su máscara de enojo?

-Deja de mirarme así...- las palabras de Sophia hicieron salir a Javier de sus pensamientos.
-¿Y cómo sabes que te miro?- preguntó él, levantando una ceja- Pensé que no me dirigías la mirada...
Sophia entrecerró los ojos, claramente enojada.
-Eres la persona más molesta que conozco...
Javier sonrió, divertido.
-Y tú te enojas muy fácil, pero no me quejo...- repuso, encogiendose de hombros- Aún así, pienso que detrás de tu armadura fría hay una alguien simpática y dulce que quiere conocerme y me gustaría también conocerla...
Sophia se mordió el labio. En sus ojos la furia brillaba, pero no llegó a dar respuesta alguna porque Danlin apareció sonriente con una bolsa llena de chocolates.

-Wow... Me compraste chocolates, qué linda...- dijo Javier, riendo.
-No... Son para Sophia...- replicó Danlin- Pero si tanto te gustan, puedes tomar uno...
La niña tendió el paquete a Javier y él tomó un chocolate mirando a Sophia.
-¿Ves? Tenemos algo en común... Yo también adoro el chocolate...- dijo, sonriendo.
Sophia desvío su mirada en silencio y Javier se dirigió a la puerta de la habitación mientras quitaba el envoltorio de la golosina.
-Regresaré en un rato... Si sucede algo busquenme en mi consultorio...- avisó, antes de cerrar la puerta tras su paso.

Danlin se acercó a Sophia y sonriendo se sentó su lado en la cama, como siempre hacía cuando su hermana estaba internada.
Puso la bolsa con chocolates sobre su regaso y permaneció en silencio.
Conocía bien a Sophia. Ella nunca permanecía mucho tiempo enojada y menos si había chocolates de por medio. Siempre que peleaban, las pocas veces que habían peleado mejor dicho, Danlin traía chocolates y lograba que su hermana sonríera.
Pero en realidad Sophia dejaba de lado su enojo por la actitud de su hermana, por su intento de hacer las paces, no por el chocolate. Aunque amaba el chocolate y no le venía mal si Dan se los ofrecía luego de cada pelea.

Sophia suspiró y regalandole una sonrisa a su hermana tomó un chocolate y comenzó a comerlo lentamente.
-Tienes que hacer el esfuerzo por llevarte bien con él...- dijo Danlin- Por favor... Tu salud está delicada y quiero que vivas muchos años más... Por favor... Hazlo por mi...
Sophia le miró fijamente. Tenía la típica mirada de "perrito triste" que usaba siempre que quería convencerle de algo. Y sabía bien que en verdad le preocupaba su salud.
-No lo quiero como mi médico...- dijo, lentamente- Pero quiero estar mejor y quiero que Nana y tú estén bien y no se preocupen por nada... Trataré de no ser mala paciente, pero no seré su amiga...

Danlin saltó de la cama con una sonrisa dibujada en su rostro, le alcanzaba con la promesa de su hermana, por ahora...
-Bueno... Voy a comprar algo para beber... Ya regreso...- dijo alegre- Portáte bien...
Sophia asintió, riendo y prendió la televisión con el mando a distancia.


Javier estaba analizando la historia clínica de Sophia cuando vio pasar a Danlin con dos latas de refresco en sus manos.
-Hey... Danlin...- le llamó.
La niña volvió el rostro y le miró atenta.
-¿Me permites que te acompañe a la habitación de tu hermana? Quiero preguntarte algo en el camino...
Danlin hizo una mueca, curiosa, y aceptó mientras Javier se aprestaba a llamar al ascensor.
Una vez dentro Danlin se paró mirándole fijo y preguntó:
-¿Qué quieres saber?
-¿Por qué no le agrado Sophia?- inquirió Javier.
Danlin sonrió suspirando profundo.
-Eso es sencillo... No le agradas porque eres hombre... Y ella no confía en los hombres...
Javier entrecerró los ojos tratando de entender.
-Sophia ha vivido muchas cosas... Y luego de todo lo vivido, bueno, aprendió a no confiar en los hombres...- explicó Danlin.
-Yo lograré que confíe en mi...
-Buena suerte entonces...- repuso la niña.
Javier sonrió y cambió de tema de conversación preguntando:
-¿Y tú no tienes escuela... No hay problema si faltas?
-No soy tan niña... El año próximo comienzo la universidad... Tengo 17 años...
Javier sonrió.
-Pero no respondíste a mi pregunta- repuso.
-Bueno, aunque estoy tan cerca de graduarme, rindo los exámenes de forma libre porque no quiero alejarme de Sophia...
-¿Vives con ella? Nunca te vi en su apto...
-No... Ahora estoy viviendo con Nana, justamente porque mi hermana quiere que termine logr estudios como una adolescente común... Pero, ¿Cómo sabes donde vive Sophia?...- Danlin miraba a Javier con notable curiosidad.
-Ah... Simple, soy su vecino. Mi apto queda frente al de tu hermana...
Danlin abrió la boca, sorprendida y sin saber qué decir. Estoy era increíble... Así Sophia tendría quién la vigilara y cuidara incluso estando sola en ese apto... Su mayo miedo se desvanecía ahora gracias al comentaría de Javier.

Es ascensor llegó al piso número 6 y Javier y Danlin comenzaron a caminar hacia la habitación de Sophia.
Danlin había descubierto que Javier era muy simpático y le agradaba...
Javier estaba más que entusiasmado, veía claramente que Danlin empezaba a confiar en él y eso era un excelente primer paso...


Nana había terminado todo el papeleo. Danlin la había dejado sola haciendo los trámites porque quería comprarle chocolates y Sophia y Mariana pensó que era buena idea...

Ahora, Nana regresaba a la habitación donde su amiga descansaba y ya cuando estaba a punto de abrir la puerta alguien le llamó.
-¿Mariana?- la voz de Andrés denotaba sorpresa.
-Oh... Andrés... ¿Me estabas buscando?- preguntó ella, sonriendo.
-No en realidad. Según tengo entendido en este cuarto está la hija de mi cliente...- repuso el muchacho.
Nana miró la puerta, como si acaso dentro no estuviera Sophia sino cualquier extraña, verificó el número de habitación, exactamente era la 225...
-¿La hija de tu cliente? ¿Y quién es tu cliente?- inquirió alejándose de la habitación lentamente.
Andrés le imitió mientras decía:
-Mi cliente es el señor William Urlin. Busco a su hija, Sophia...
El rostro de Mariana se tiñó de preocupación y molestia.
-¿A si? ¿Y qué quiere tu cliente?
-Disculpa pero no es cuestión tuya, sino de Sophia...- Andrés hablaba dudando.
-Es cuestión mía, ya que soy la abogada de Sophia, representante legal y tutora y William es un completo idiota que hace años que no ve a su hija ni se interesa por ella...- poco a poco, Nana había comenzado a levantar el tono de voz, enojada.
-Bueno... Mi cliente quiere lo que le corresponde, su parte de la herencia de su difunta esposa, Patricia, y todo lo que eso significa...
-¡Pero si separaron hace más de 15 años! Nunca hicieron el divorcio por Sophia... Esto es una locura...- Nana se contenía de gritar para no preocupar a su amiga.
-Ante la ley, ellos estaban casados y es correcto reclamar la herencia... Y nos referimos a todo, dinero, empresas, casas...
-No, no y no... A él no le corresponde nada de eso... Y en todo caso, debe considerar que hay una menor de edad de por medio...
-Mi cliente sólo tiene una hija y la menor de edad fue adoptada fuera del país, hay leyes que no la consideran como posible heredera y nos ceñimos a esas leyes...
Nana no podía creer lo que estaba escuchando. Querían dejar a Danlin en la calle... ¡Andrés era un tremendo idiota!
-¿Cómo te atreves a venir aquí, siendo que Sophia está tan delicada de salud y pretender que las cosas serán sencillas y terminarán a tu favor? No, él no recibirá herencia, Danlin seguirá siendo una de las beneficiarias del legado de Patricia y no te acercarás a Sophia de ninguna manera...- dijo, furiosa.
-Eso ya lo veremos...- replicó provocativo Andrés.

-Mariana tiene razón. Usted debe retirarse inmediatamente. No regrese o tendrá que verselas conmigo...- detrás de Andrés, Javier se mostraba serio- Mi paciente necesita estar tranquila. Retirese antes de que llame a seguridad...
Andrés giró sobre si mismo y se encontró con un muchacho de 1.90 m de altura y contextura física marcada.
-Tendrán noticias mías... Las cartas documento llegaran pronto... Iremos a tribunales y no me detendré hasta no lograr mi objetivo...- dijo, mientras se retiraba a paso rápido.

Nana miró a Danlin, preocupada y la abrazó fuerte. Sabía que tanto Javier como Dan habían escuchado todo y ahora sus preocupaciones eran varias, pero el principal problema era cómo explicarle todo a Sophia.
Sin dudas esto le afectaría y mucho.
¿Cómo podía William ser tan insufrible como para jugar de esa manera con la salud de su hija? Ya había destrozado en gran parte el corazón emocional de Sophia, ahora parecía ir en pos del corazón físico también...

Javier suspiró, mirando a Nana y Danlin y pensando en Sophia, su joven paciente. Ahora entendía porqué ella no confiaba en los hombres... Sería algo complicado hacerle cambiar de parecer. Complicado, pero no imposible... Él lo intentaría...

5 comentarios :

  1. ^^ Ojala Javier logre cambiar las ideas se Shophía ^^ Buen capi ^^
    Un beso
    Andrea^^

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  2. Gracias por el capi...

    Necesito saber mas! seguro que Nana logra vencerle!

    Danlin, TKM!

    MAP!

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  3. Madre mía! me encantan los personajes! Si si si!! Apasionante Erzengel!
    Besos.
    T.

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  4. genial.. como esta engranando todo, me parece de muy mal gusto lo de el papá de sofia.. pero buenoo.. cada loco con su tema.. espero que javier los ayude.. erz.. eres excelente escritora.. muy buena la historia gracias por deleitarno con ella..

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  5. Maldito William! jumm jeje muy buen cap Hermanita :) claro que lo lograr hermanita jajaja bueno supongo xD

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Gracias por ayudar a que el mío crezca!!!