sábado, 24 de julio de 2010

Capitulo 12: El Corazón de Sophía

Sophia abrió grandes sus ojos. Aquellas palabras le llegaban extrañas, distantes.
Podía esperar cualquier cosa menos eso. Que su médico y (recientemente ex) mejor amigo, saliera diciendo que la amaba.
¿Cuándo había ocurrido eso? ¿Cuándo él había traspasado la puerta de la amistad y se había enamorado de ella? ¿Habría sido su amigo en verdad en algún momento? Si... Ella sabía que si. Pero ahora era distinto. Él había confesado. Había expulsado de su interior aquella proclamación de amor. Y ella estaba allí, mirándole, sin saber qué hacer.
Había intentado miles de veces evadir lo que sentía por él. Había ocultado todo pensamiento referente a eso en lo más profundo de su ser. Porque él era su amigo. Era su médico. Y principalmente, porque sin importar lo que sintiera, no quería salir lastimada nuevamente.
Las heridas que Quimey había causado aún dolían y mucho.

Javier miraba a Sophia esperando su reacción. La joven le observaba fijo, pero él podía notar que sus pensamientos volaban lejos, muy lejos.
¿Qué ideas ocuparían su mente ahora?
No debería haberle dicho que la amaba. No. Debería de haber guardado sus sentimientos bien profundo.

Sin decir palabra alguna, Sophia se puso de pie y se dirigió a su habitación.
Tomó una frazada bien abrigada, confeccionada con piel de peluche y se envolvió por completo, acomodandose en su sofá de lectura.
No tenía ganas de regresar a la cama, pero sabía que debía hacer reposo.
Aún no digería por completo la declaración de Javier.
Ahora más que nunca quería que la tierra se abriera y la tragara.
¿Qué se suponía que debía responder?
Ella bien sabía lo que sentía. Aún cuando había procurado evitarlo, lo sabía. Pero... Ahora más que nunca tenía miedo de confiar en él.
Tantas cosas habían ocurrido en tan pocas horas...
Ver a Javier con aquella mujer. Sentir que el corazón se le partía en mil pedazos. Caminar bajo la lluvia sintiendo que se hundía cada vez más. Y para peor... En su delirio por tanta fiebre, había sido capaz de decirle a Javier que lo amaba, ¡y lo había besado! Lo que más se lamentaba, aunque nunca lo admitiría, era que al menos él podía recordar todo con detalle y para ella sólo era un sueño. No sabía qué había vivido en verdad al besarle...

Javier suspiró, pensando qué hacer.
Sophia no hablaba y eso no era buena señal.
Fue a su cuarto, a ver qué hacía y la encontró hecha un ovillo en esa frazada color azul eléctrico que tanto quería. Parecía el capullo de una mariposa. Aunque él veía a Sophia más bien como un ángel...

Comprobando que la joven no lo expulsaba de su habitación, sino más bien parecía no percatarse de su presencia, el muchacho caminó hasta el sofá.
Sophia suspiró y Javier se hizo un espacio para sentarse junto a ella.
Los roles estaban invertidos respecto a la noche anterior y ambos estaban ahora despiertos. La tensión era evidente.
"Tan diferente y tan similar" pensó el muchacho y miró a Sophia, que seguía sin moverse, con un gesto en el rostro que él no sabía interpretar.

Javier sintió la necesidad de exponerse por completo. Si había llegado a este punto, podía seguir. Perdido por perdido...
-Hay cosas que nunca te dije. Pero necesito decirlas ahora- susurró y Sophia le miró atenta- Es maravilloso sentir que alguien cuida de tu corazon y le da ese calor que le hace falta para seguir adelante. Y eso haces tú, mi princesa. Me impulsas siempre a seguir... Y no lo ves, pero en verdad vales mas que un monton de diamantes, tu brillo es mucho mas valioso... Me gustaria estar contigo y cuidarte mejor, abrazarte cuando lo necesites y hacer que te rías de todo y que veas que en la vida se puede ser feliz y que hay mucho mas días alegres que tristes. Perdona, talvez no te agrade lo que digo, pero es lo que siento...
La joven sonrió a medias, pero la tristeza inundaba su mirada.
-¿Qué esperas que responda? Javier... Eres mi médico, mi mejor amigo. Bueno, lo eras, porque aún me cuesta recuperar la confianza en ti. Y vienes y me dices que me amas. Javier, yo...
-No estoy pidiendo nada. Sólo te doy a conocer lo que siento y pienso. De verdad quisiera sacar de ti todo lo que te inhibe o te da miedo, hacer cosas atrevidas que no vallan en contra de tu salud, claro está, pero que te den el placer de ver la vida mas hermosa de lo que es...
Sophia cerró los ojos y los volvió a abrir lentamente.
-Ya mis mayores miedos han tomado cuerpo y se han cumplido. Ayer sin ir más lejos vi uno con mis propios ojos...
Javier se mordió el labio y apretó fuerte sus manos cerradas en puño.
-Princesa... Por favor. Ya te expliqué...
-Si, lo hiciste. Pero me cuesta creer.
Movido por un súbito ataque de emociones, Javier acercó su rostro al de Sophia. Sólo los distanciaban 5 minúsculos centímetros.
-Soy un hombre de palabra y lo sabes- murmuró, levantando una ceja- Te escudas tras esa armadura y te envuelves en miedos porque no quieres aceptar la verdad, que te amo y que tú también sientes algo por mi y que podría hacerte feliz si me lo permites. Pero piensas que te haré lo mismo que Quimey y eso ¡no es cierto!
-Quimey me abandonó al ver que mi estado se agravaba. Pero tú, por el contrario, puedes dejarme en cuanto yo sane. Son dos personas distintas y un miedo similar. No confundo las cosas como crees- repuso la joven, mirando al suelo.
-Sophia... Sabes que no es cierto. Sabes que más allá de mi profesión soy tu amigo y no te dejaré...
Estaban tan cerca, tan próximos y a la vez tan lejos.
Javier se veía sometido por la idea de cortar esa distancia y rozar sus labios con los de Sophia.
Ella se imaginaba en brazos de él, escuchandole decir mil veces cuánto la amaba.
Más Sophia era orgullosa y aún no quería exponerse. Ya bastante había sucedido.
Y Javier, entre su orgullo y su intento por no lastimar aún más ese lazo que lo unía a su paciente, prefería no hacer nada.
No solía conformarse fácilmente, pero debía buscar otro camino para que ella confiara en él. Suspirando, regresó a su lugar...

-Te propongo algo...- susurró Sophia- Si sano, si algún día logró estar mejor, entonces volveremos a retomar esta conversación...
Javier le miró confundido.
-Veras... Sin importar lo que tú sientas ni lo que yo sienta, mi salud no va mejorando y eso ambos lo sabemos. Hasta tanto yo no esté fuera de peligro, no tocaré más éste tema.
El muchacho entrecerró los ojos.
-Mi vida... Vas a estar bien, de verdad. Por favor, no pienses así, no me gusta escucharte hablar de esa forma.
-Nací con esto, crecí con esto. Ya sé lo que va a ocurrir. Tarde o temprano, la muerte les llega a todos. Y puede que a mi me llegue antes... Aún si te amara, no te lo diría, no te ataría a mi sabiendo que sufrirás a mi lado mientras yo empeoro día tras día...
Sophia no estaba negando sus sentimientos ahora. Por el contrario, ella estaba exponiendo uno de sus mayores miedos, sino era ya el más grande...

Javier suspiró y repuso:
-Vas a estar bien. Vas a sanar... Ya encontraremos donante para ti. Sólo has un esfuerzo y mantente bien, a salvo... ¿Si?
Sophia sonrió a medias.
-Si... Prometo intentar estar bien. Y sé que llevará tiempo encontrar un corazón para mi. Aprovecha ese tiempo, ganate mi confianza de nuevo, si quieres y puedes...- replicó y su sonrisa creció, pícaramente.
El médico sonrió también. Sophia le estaba dando otra oportunidad y no pensaba desaprovecharla...

Mientras Sophia descansaba Javier limpió la cocina y regresó luego junto a su paciente, para ver cómo estaba.
-Princesa... ¿qué tal te sientes?- preguntó con una sonrisa.
Ante la mirada sorpresiva del médico, la joven tembló de pronto, un escalofrío recorría su espalda violentamente.
-Javier... Tengo frío...- susurró, mientras el médico tocaba su frente y un gemido despertaba fuerte en su pecho.
Sophia tenía fiebre nuevamente. Esto no era bueno... Ya notaba él que le costaba respirar y ahora la fiebre regresaba. No, no era nada bueno.
-Debemos ir al hospital. No puedes seguir así...- susurró el muchacho mientras llamaba al hospital y pedía una ambulancia.
La joven a penas escuchó las palabras de su médico, se sentía arrastrada por un agotador cansancio.

2 comentarios :

  1. Erz amor, qué capítulo más apasionanate!! Espero que llegue el momento que retomen esa conversación!! Ohhh sí! y el final...ains...la dichosa fiebre...Espero el siguiente!!
    Besos
    T.

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  2. SI que se pondra bien! eso espero! que bella esa relacion! DIoss! gracias Erzengel

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