domingo, 4 de julio de 2010

Capitulo 8: El Corazón de Sophía

El tiempo suele moverse a su parecer. A veces lento, agonizante. Y otra veces rápido, veloz...
Antes de que nadie se diera cuenta, un mes había transcurrido desde que Javier comenzara la campaña "Tristeza Cero". Un mes desde que Sophia bajara la guardia y permitiera a Javier acercarse.
Aún no confiaba ciegamente en él. Había dejado un porcentaje mínimo, un 1%, para tener algo a qué aferrarse... Pero no podía negarlo, Javier se había vuelto un excelente amigo y le hacía bien, mucho bien...
Si desconfiaba, en esa diminuta fracción que desconfiaba, era por temor, por recordar su pasado y pensar que tal vez algo similar podía ocurrir...
Era difícil, muy difícil entregar su confianza a alguien y sufrir luego el abandono, sin importar de qué forma de abandono fuese, siempre dolía.
Su padre y aquel a quién no pensaba nombrar, ambos habían logrado destrozar en ella algo que ahora Javier estaba siendo capaz de sanar.
Tiempo. Eso había pedido Javier y era todo lo que Sophia podía dar.

Ahora, un mes más tarde, Javier seguía pareciendo molesto, pero en el mejor de los sentidos... Él cuidaba de Sophia tanto como Danlin y Nana, y la molestia radicaba en los límites y reglas que Sophia debía de cumplir y los cuidados que debía tomar siempre.
Pero lo hacían porque la querían... Por eso la cuidaban. Al menos Danlin y Nana. Javier era otro asunto. Para él era un trabajo, o al menos eso pensaba Sophia.

En ese mes Javier había observado un cambio enorme y muy favorable en su paciente.
Y él mismo había cambiado mucho.
Ella le importaba. Mucho. Tal vez demasiado.
Verla todas las noches y corroborar que estaba bien era su prioridad.
Cuidar que durmiera abrigada, que descansara adecuadamente y dejara las tristezas de lado, que viviera tan plenamente como le fuese posible era su trabajo constante.

Sophia ahora sonreía y reía fácilmente.
Compartía con Javier secretos, sueños, miedos...
Él era su mejor amigo. Ella era su mejor amiga.

Mientras Nana vivía sumida en su trabajo, del cual intentaba hablar lo menos posible con Sophia, Danlin trataba de rendir los últimos exámenes para graduarse.
Sophia, entonces, depositaba su afecto en Javier.
Por eso no se sorprendió cuando Javier un día comenzó a llamarle "princesa". Sólo sonrío tímidamente.
Tampoco lo pensó mucho al comenzar a decirle a su médico y mejor amigo, "encanto", "ternura".

A veces Javier iba más lejos y susurraba un dulce "mi vida" que dejaba a Sophia atónita.
Incluso la última noche, cuando la joven se quedó dormida a mitad de película y Javier la cargó en brazos hasta su habitación, ella creyó escuchar que él le decía entre murmullos:
-Mi hermosa Sophia, creo que podrías dormirte entre mis manos... Y sería hermoso verte así, descansando y sabiendo que tu sonrisa es por mí...
Pero Sophia consideró que todo era parte de su sueño y no hizo caso. Simplemente lo dejó pasar...
El 1% de desconfianza había desaparecido… ella confiaba ahora plena, rotundamente. Y sentía que él nunca la lastimaría ni permitiría que daño alguno la afectase.



La noche en que se cumplía un mes desde que Javier se había convertido en médico de Sophia, el muchacho preparó una sorpresa para ella.
Llegó a su apto vestido de gala, con traje negro y camisa blanca.
En sus manos, dos obsequios esperaban ansiosos que Sophia los abriera.
La joven se sorprendió de ver a Javier tan elegante y más aun por los regalos.
-Vamos, a ver si te gustan…- dijo Javier sonriendo.
Sophia sonrió y tomó el regalo más grande, rápidamente rompió el envoltorio y encontró un cuaderno de tapas negras con un bolígrafo plateado.
-Sé que te gusta escribir en todos lados… y bueno, pensé que un lugar más donde escribir no te vendría mal…- explicó Javier, encogiéndose de hombros.
Sophia sonrió y abrió el otro regalo… Un hermoso sobre de papel blanco que contenía dos entradas para el concierto de Eros Ramazzotti que sucedería en un par de meses.
-Bueno, no ibas a perdértelo, ¿o si?- inquirió el médico mientras la mirada de Sophia se iluminaba aún más.
-Gracias...- respondió la joven, sonriendo hasta le punto que casi podían dolerle las mejillas y feliz del momento que estaba viviendo.
Cenaron como todas las noches, mirando una película de la infinita colección de Sophia y una vez más, Sophia se durmió antes del final del largometraje.
Javier acomodó a Sophia en el sofá, la cubrió con una frazada, como hacía habitualmente y se marchó a su apto, no sin antes decir:
-Mi hermosa Sophia, sueña rico, descansa dulce...

La mañana siguiente Sophia despertó tarde....
Recordó entonces que Nana y Danlin habían ido al aeropuerto a buscar a Francisco y decidió darle una sorpresa a Javier. Prepararía un almuerzo especial... Ya imaginaba la sonrisa de su amigo... El día pintaba hermoso, aun con el cielo nublado...

5 comentarios :

  1. No tengo mucho para decirte.
    SIMPLEMENTE GRACIAS! por todo lo que me dijiste en el blog. En serio :) Estoy muuuuuuuuy agradecida (:

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  2. Hola! Empecé a leer tu historia "El Corazón de Sophía" y me comienza a gustar mucho, en los próximos días seguiré leyendo tu blog (:
    Saludos ...azya...

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  3. este cap esta genial.. me alegro que le haya dado su confianza a javier... me gusto la cita de verla dormida en sus brazos.. quedo genial.. esperemos el prox cap.. ya se veran nuevas sorpresas.. y no seran tan buenas.. saludos erz.. espero estes bien y hablar contigo pronto..

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  4. Erz linda, qué capítulo más dulce! Me encantó y espero el siguiente con ansias :-)
    Besos
    T.

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  5. yo quiero un doctorciito asiii ejejje1 bello hermanita bellisimo! besotes y mordisquitos :)

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Gracias por ayudar a que el mío crezca!!!