jueves, 8 de julio de 2010

Capitulo 9: El Corazón de Sophía

Este cap se cuelga hoy, 8 de julio, porque es el cumple de mi hermanita del corazón, Mar... encanto, espero que te guste... a ver qué te aparece el personaje nuevo que hice para ti... juju, aún hay misterio detrás de su pequeña aparición...
Hermanita, feliz cumpleaños!!!!! besotes!!!

Sophia llegó al hospital con una sonrisa, pensaba darle la sorpresa a Javier... Un almuerzo preparado exclusivamente para él sólo por ella...

Pero al llegar a la puerta del consultorio se detuvo en seco.
Una sensación extraña y oscura la envolvió.
Todos los miedos que podía haber tenido, el miedo mismo, se apoderó de ella.
El pánico, queriendo estallar con una horrible puntada en el pecho.
La tristeza, que corría por sus venas como si de eso viviera ahora Sophia.
Y un click... Un leve sonido que sólo ella pudo escuchar. Un sonido que conocía bien. Un sonido que ya había sentido antes, en dos ocasiones... Y asombrosamente, esta vez, dolía más que nunca...
En verdad... Nunca antes había sentido tal agonía... Creyó incluso que caería ahí mismo y la vida se le escaparía del cuerpo antes de que pudiese reaccionar.

Javier... Javier en brazos de una mujer... Una hermosa mujer...

Parpadeó varias veces. Ningún sonido nacía de sus labios. Ninguna palabra despertaba tratando de expresar lo que vivía en ese instante.
El mundo había quedado sin sonidos. Sin sentimientos. Sin razones para sonreír.

Click... Click... Click...
El corazón de Sophia comenzaba a fisurarse.
Y esta vez no tendría cura ni salvación...
No había luz al final del túnel. No habría motivo para querer seguir.
Ya no...
¿Cómo era que su existencia se había reducido a esto? A este punto en que simplemente por verle a él, su médico, junto a una mujer; ella, la fuerte e independiente Sophia, se caía rota en mil pedazos igual que su corazón.

¿"Tristeza Cero"? ¿"Nunca te dejaré caer"?
Palabras sin sentido. Sólo eso. Palabras. Vanas promesas de un ayer que nunca tendría mañana.

No tenía derecho. No. Lo sabía bien.
Ningún derecho a reclamar nada de ninguna forma.
Él era su mejor amigo. Sólo eso.
Nunca había dado lugar a pensar nada más...
Pero aún así. Sophia no tenía ni fuerzas para salir de allí.
Mientras, delante de sus ojos la escena se desenvolvía sin interrupciones...
Aquella desconocida abrazaba a Javier y le besaba con total entrega.

Con sus últimas fuerzas. Con el último poder sobre su cuerpo, se ordenó a si misma salir de allí urgente, rápido, ya mismo...

Javier no supo nunca lo que había ocurrido. En ningún momento habría imaginado que Sophia podía querer darle una sorpresa llegando al hospital en la hora del almuerzo.

Sophia caminó por el largo pasillo a paso lento. Tomó otra ruta para salir. Una por la cual se garantizaba que Javier no la vería y nadie tampoco se percataría de su pasar. Así, no habría forma de que el joven médico supiera que ella estaba en el mismo edificio mientras él se besaba con aquella extraña...

Poco a poco la respiración comenzó a desmejorar.
"Tranquila... Tranquila..." se decía a si misma mientras lograba pisar la salida del hospital.
Una densa lluvia caía sin resguardos y Sophia ni la sintió...
No. No estaba lloviendo. Ese aguacero que golpeaba la ciudad era producido por ella misma... Su llanto, si acaso era posible.
Si. Esa feroz tormenta era la expresión máxima de su dolor.

Sophia continuó caminando.
Aún con la respiración entrecortada.
Aún con esa horrible puntada en medio del pecho.
Aún sabiendo que la lluvia le haría mal...
Continuó caminando.
De pronto no encontraba motivos para cuidarse... Ya su corazón estaba destrozado. ¿Cuánta vida podía quedarle? No mucha... En verdad muy poca...

Comenzó a temblar.
Nana y Danlin estaban en el aeropuerto, demoradas quién sabía hasta cuándo, esperando al hermano de Nana...
Y Javier en el hospital, con aquella mujer que Sophia ni quería recordar.

Todo el camino, durante más de 40 minutos, ella recorrió el sendero a pie, sin abrigo ni impermeable.
Se sentía un zombie. Un robot. Un títere.
Alguien más fuerte y poderoso que ella la conducía hacia su apto.

El cielo oscuro, aún en pleno mediodía, le hacía doler aún más...

Click, click, click...
El corazón seguía doliendo. Las tensiones y fuerzas parecían querer desgarrarlo allí mismo.
No. No aún. Primero debía llegar a casa.

Su cuerpo, empapado más por su propio llanto que por la lluvia, se estremecía mientras ella sólo pensaba en alejarse del hospital a la vez que trataba de calmar su respiración.

Llegó al fin a su apto.
Abrió la puerta y a duras penas se dejó caer en el sofá.
Un sueño intranquilo la envolvió mientras por sus pensamientos sonaban viejas palabras, dichas una noche con total sinceridad...
"yo cuidaré tú corazón"... No. No lo había hecho. No estaba ahora para ayudarle a sonreír. Para espantar esa tristeza que la cubría de pies a cabeza y la hacía tiritar de frío... Tristeza que él mismo había provocado.
Javier no estaba y por eso mismo, nunca sabría que Sophia se hundió en sueños llorando por él...


Javier se soltó del beso de Shia ni buen tuvo oportunidad.
No entendía nada... ¿Por qué su ex regresaba ahora y se mostraba así, tan cariñosa?
Sin palabra alguna salió del consultorio dejando a Shia sola y sin tiempo a dar explicaciones. No quería hablar con ella. Ya no... No le importaba... En absoluto...

Iba de camino al laboratorio cuando creyó ver a Sophia a varios metros, en el pasillo principal.
Si. El andar de esa joven, la forma de peinarse los cabellos... Era Sophia.
Pero... ¿Qué hacía un mediodía en el hospital?

-Hey... Sophia...- le llamó.
La joven ni se dio vuelta.
-Princesa... Vamos...- dijo, preocupado.
Pero ella parecía no escucharle.
Suspiró y comenzó a correr para alcanzarle.
En cuanto llegó a su lado y la detuvo, la sorpresa cayó sobre él.
Esa chica no era Sophia... Pero se le parecía mucho. Sus ojos café. Su cabello castaño... Sus gestos... En verdad parecía Sophia.
La muchacha le miró extraño y con una tímida sonrisa se fue sin decir palabra.

Un presentimiento golpeó a Javier con violencia.
Sophia le necesitaba.
No lo pensó dos veces. Sólo salió del hospital y se subió al primer taxi que encontró.
Llegó al apto ya desesperado y temeroso de lo peor...
Sophia no había atendido a sus llamadas. Algo grave ocurría.

Tocó el timbre. Una. Dos. Tres veces. Nadie atendió.
Llamó nuevamente al celular. Lo escuchó sonar dentro del apto. Sophia seguramente estaba allí, pero no respondía...
Buscó sus llaves pero al querer utilizarlas descubrió que la puerta no tenía seguro... Bastó con girar el picaporte y ya estaba viendo la sala...
Caminó preocupado hacia el sofá.

Con su rostro cubierto de sudor. Temblando. Hablando en sueños, Sophia dormía en un descanso que parecía de lo más intranquilo.
Javier se arrodilló a su lado y le abrazó, suspirando.
Pero ni bien sus manos tocaron el rostro de Sophia el gesto de posible y mínima tranquilidad desapareció y el pánico quiso reclamar reino...
Sophia deliraba, presa de una fiebre que parecía querer quitarle hasta el último respiro.
La joven estaba grave. Mucho...

Un susurro se desprendió de los labios de Sophia mientras Javier la cargaba en brazos.
"¿por qué... Me... Dejaste... Caer?"

4 comentarios :

  1. Hola guapa. Estaré encantada de colgar tu reseña y también y con tu permiso cuando terminé de leer tu historia me gustaría también hacer una reseña de ella, que nosotras también nos lo merecemos en mi opinión mucho, mucho. Por qué nos dejamos las pestañas escribiendo con el único fin de compartirlo con todos.


    Besos

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  2. Erz amor, qué capi!. Todavía estoy estremecida!! Por mucho que me avisaras, nunca se está preprada para sufrir... pero yo soy optimista. Me encantó hablar contigo el otro día, saber más de ti y de esta historia que me fascina. Eres fantástica, por completo.
    Besos
    T.

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  3. Hermanota!!
    wou! Aunque me casi me haze llorar el capi me a encantado el regalo!! jeje.. Gracias Erz! :)
    Te quiero mucho linda!
    Mar..

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  4. ok hermanita! casi me haces llorar :( pero ya vere que sigue! te adoro

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Gracias por ayudar a que el mío crezca!!!