sábado, 21 de agosto de 2010

Capítulo 16: El corazón de Sophia

Nana miraba en silencio a esa niña que decía ser familia de Sophia.
Danlin, reaccionando luego de la sorpresa, había invitado a Mar a pasar a la casa y todos estaban en la sala intentando entender lo que sucedía.

-Así que... Tu apellido es Urlin, como el de Sophia...- dijo la niña de rasgos orientales levantando levemente las cejas, necesitaba escuchar una explicación aunque bien se imaginaba ella por dónde venía el asunto.
Francisco estaba sentado entre su hermana y Danlin, sosteniendo en sus manos la mano nerviosa de Nana, más su anhelo no era precisamente dar sostén a su hermana... Pero acercarse de esa forma a Danlin era algo que él mismo se había prohibido, o al menos, pensaba evitar tanto como le fuese posible.
Mar, por otro lado, estaba sentada en un sofá a parte, frente a esta familia que la miraba ansiosa.
-William es mi padre- dijo al fin- Sophia y yo somos medio hermanas...
Danlin hizo una mueca de dolor que disimuló rápidamente. Su miedo había tomado forma y vida...

-Lo lamento... De verdad, lo siento...- dijo Quimey, acercándose a Sophia.
Ella le miraba sorprendida, nunca hubiese imaginado su regreso. Y tampoco había deseado en el último tiempo tenerle cerca. No después de todo el sufrimiento que le había hecho padecer.
-De verdad, Sophia. Lo siento, no te das una idea cuánto me ha dolido estar lejos tuyo...- agregó, bajando la mirada.
Sophia tragó saliva, en un intento inútil por controlarse. Sabía bien lo que sentía por Javier, pero así y todo, ver a Quimey le alegraba y confortaba. De pronto sintió nostalgia por los tiempos pasados y pensando a Javier con Shia, no vio mala la idea de escuchar al menos la disculpa de su ex...
-¿Cómo puedo creerte? Me dejaste cuando más te precisaba. La vida se me derrumbó entre la muerte de mi madre y tu abandono. Creí que perecería de tristeza, pero no... Mírame, logré superarlo y acá estoy. Dime, ¿por qué debo confiar en ti?- cuestionó con tono frío.
Quimey sonrió levemente mientras sacaba de un bolsillo de su chaqueta un chocolate, el preferido de Sophia, y se lo tendía con un gesto de vergüenza.
-Sé que no merezco tu perdón, pero no me daré por vencido. Sophia, no sabes el pánico que sentí al pensar que mis sueños contigo a mi lado bien podían nunca concretarse... Tuve miedo, fui cobarde. Trata de entenderme, cada día estabas peor y yo quería un futuro en el cual lo fueras todo. La sola idea de pensar tu falta me destrozaba... Fui cobarde, lo sé. Perdóname...- suplicó Quimey y Sophia por primera vez lo vio herido y abatido, sin orgullo alguno y dispuesto a todo por ella.
Y cuando Quimey se arrodilló a su lado y comenzó a sollozar aferrado al borde de la cama, a Sophia se le desmoronó el mundo. La ternura alejó el enojo por un momento y la joven no dudó en acariciar la nuca de Quimey, como siempre hacía cuando él estaba afligido.
El muchacho levantó la mirada, sus ojos claros, enrojecidos por el llanto, se mostraban atónitos ante la reacción de esa hermosa chica que, él habría jurado, nunca lo perdonaría.
Sophia se sentía mal. Terrible en verdad. ¿Por qué estaba Quimey diciéndole todas esas cosas? ¿Por qué no estar así con Javier, riendo sinceros y expresando todo?
Un anhelo surgió en ella...
-Por favor, abrazame...- susurró y él no dudó un momento en cumplir su petición.
Sophia se descubrió segura y a salvo, aún cuando esos no fueran los brazos que quería sentir a su alrededor.

-Pero... Si eres su hermana, ¿Por qué apareces recién ahora?- cuestionó Francisco, expresando la duda que Mariana y Danlin tenían y aún no podían convertir en palabras.
-Yo no sabía que tenía una hermana... Me enteré cuando escuché a papá pelear con Andrés, su abogado...- explicó Mar, mirando a los chicos con un extraño gesto de suplica.
Mariana anheló saber más sobre Andrés, pero no era momento para eso, sólo se limitó a decir:
-Por eso te encontré en el hospital... ¿Estabas intentando acercarte a ella?
-Siendo que papá estaba casado con la madre de Sophia, mi nacimiento da muestra de su adulterio y escuché a Andrés pelear con mi padre por eso y papá me prohibió acercarme a Sophia, me dijo que era una chica cruel, pero no le creí... Por eso iba al hospital y trataba de averiguar cuanto pudiera sobre ella...- replicó la niña.
Danlin miró a Nana esperanzada. Era verdad... Si se demostraba el engaño de William para con su madre, entonces él no podía reclamar herencia... De pronto, a Danlin comenzaba a caerle bien Mar, aún cuando tuviera ciertos miedos y dudas.

Javier observaba los resultados de los estudios y análisis sin mirarlos. Sus pensamientos vagaban una y otra vez hacia la habitación en la cual descansaba esa muchacha que tanto amaba.
Él lo sabía bien, Sophia tenía todo el derecho de alejarse. Ya bastante dolor había sufrido...
Sophia no merecía sino cosas buenas y, por primera vez, Javier dudó. ¿Sería él lo mejor para ella? Definitivamente, era mejor que Quimey, él había destrozado a Sophia a más no poder.
No. No podía asegurar aquello. Javier conocía a Quimey sólo por cuentos. No había vivido como testigo el padecer de Sophia por el abandono de su prometido. Pero si había visto el efecto que un simple malentendido había causado en su querida paciente.
Una vez más, tuvo el deseo irrefrenable de pedirle perdón... Y no lo pensó dos veces. Suspirando, apretó fuerte los papeles que llevaba a nombre de Sophia y salió rumbo a su habitación.

Mientras Mar le contaba a Danlin y Francisco la vida que llevaba con William, Nana hacía averiguaciones...
Era todo un descubrimiento el engaño de William y era más que seguro, Sophia ganaría la demanda.

-Andrés, te tengo atrapado... Ya sé que William engañó a Patricia, sé que tiene otra hija... Pobre de ustedes cuando los encuentre en el juzgado...- dijo Mariana, ni bien el abogado atendió a su llamada.
-Pues, no me verás a mi...- replicó él, fríamente.
-¿De qué estás hablando?
-Renuncié... Ya no soportaba ciertas cuestiones de William... No puedo darte detalles, pero es bueno que sepas de Mar...
Nana no sabía qué decir. Un sonrisa se dibujaba en su rostro mientras pensaba que su tercera impresión de Andrés bien podía revalidar la primera y dar por el suelo a la segunda.
-He estado pensando en ti...- agregó Andrés y espero la respuesta de esa joven y simpática abogada que tanto le agradaba.

-Debes entender que me es imposible confiar en ti... Aún si te perdono, ya no confiaré como antes...- dijo Sophia, mirando al suelo. No quería encontrarse con la cristalina mirada de Quimey.
-Lo sé y lo acepto. Comprendo perfectamente tu actitud... Dame una oportunidad... Por favor. No pido nada más que me permitas estar cerca. Sólo eso, deja que venga a visitarte, comparte tiempo conmigo. Sin compromiso, como amigos...
Sophia levantó la mirada y se encontró con esos ojos que tanto había amado.
Él la había hecho muy feliz y de igual forma, también la había lástimado a diestra y siniestra.
Pero necesitaba al amigo que él sabía ser. Precisaba de sus consejos y ayuda. Eso era lo que más extrañaba de Quimey: su amistad.
Ahora no podía confiar en él, pero desea creerle y tener a su lado a ese amigo que había sabido ser.
Ella ya pensaba a Javier perdido, absorbido por Shia, el bebé y su trabajo. No quería ser una molestia para su médico, sólo deseaba verle bien...

-Bien, a las 21 hs en el restaurant "Girasoles"... Allí estaré...- dijo Mariana, sonriendo.
Una cita con Andrés. Debía pensar qué vestido ponerse y cómo recogerse el cabello. Pero antes, pensaba definir varios detalles con su socio respecto a William...

Javier entró a la habitación de Sophia. No se sorprendió de verla pensativa y silenciosa. Con todo lo ocurrido y conociéndola como la conocía, sabía que ella se recluiría en sus pensamientos, se cerraría y evitaría mostrar dolor alguno.
Entonces recordó al muchacho que se había cruzado hacía ya rato.
-Princesa, ¿vino alguien a visitarte?... Porque te buscaban y pedían de saber la habitación donde estabas internada...- preguntó curioso.
-Oh, sí... Era Quimey, recién se fue...- respondió Sophia en susurros. Pero no pudo continuar hablando, Javier había salido de la habitación furioso.
Fue directo a la salida y encontró a Quimey a punto de subir a su auto.
-¡Hey, tú!- dijo mientras el muchacho giraba para atender a su llamado.
Un golpe, sólo eso bastó. Con una limpia trompada, Javier dejó a Quimey sin conociendoto en el suelo...

6 comentarios :

  1. o_o Pobre Sophia, como me gusta ese personaje :P Y Quimmey!! anda que.. me imagino el puñetazo de Javier.
    Besos ;))

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  2. Mmmm.. pues ami me preocupa mas la parte de Mar... No me fio mucho... V.V'

    Bueno, veamos que pasa...

    Danlin, TKM!

    MAP!

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  3. Erz me encantó el capi ¡Oh sí!

    Me alegro mil de que Quimey se haya llevado un golpe, a pesar de su confesión, que me ha encantado.

    Con Mar ojalá algo se pueda hacer en el juicio...con un padre así, mejor haber tenido un florero, en fin.

    Me gustó mucho que Andrés echara de menos a Nana, sí! y a ver que pasa con Francisco y Danlin... ¡¡qué nervios!!

    Un beso enorme preciosa.
    T.

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  4. uffffff pedazo capitulo pero que pasa en el proximo entre Javier y Quimey

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  5. bien merecido se lo tiene yo le ubiese dado 2 trompadas para que fuera mas machito.. jajajajaja.. espero sofia deje de pensar en que javier solo esta abstraido, con shia, el bebe y el hospita... si el solo tiene mente para ella en estos momentos.. bueno espero el proximo cap.. realmente gran escritora erzengel

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  6. OMG Quimey! despues de todo era eso! Diosss y no me parece el golpe! jaja buehh ya veremos... waaa una cita :)

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