Javier reaccionó al dar contra el pavimento.
En medio de su borrachera, pudo discernir que quienes los rodeaban eran familia y amigos de Sophia, aunque no supo quién era su agresor.
Confundido, buscó con la mirada a Julieta, que había salido de la fiesta con él y la encontró peleando con Danlin...
-¿Se puede saber quién eres?- preguntaba Danlin, furiosa.
Julieta miraba a Javier, que aún estaba en el suelo pero ya había abierto los ojos.
-Niña, no tengo porqué responderte- replicó con tono agrio- No eres nadie a mis ojos...
Mar se había acomodado junto a su amiga, mientras Francisco y Nicolás estaban con Javier.
-Juli, ella es Danlin, la hermana de Sophia...- indicó el médico, mientras se ponía de pie con ayuda de Francisco.
Nicolás lo miraba enojado y con ganas de darle su merecido.
Julieta parpadeó varias veces y al comprender todo, sonrió.
-Oh, disculpa- dijo, tendiendo su mano- Danlin, es un placer conocerte. Mi nombre es Julieta, soy la hermana de Javier.
Danlin correspondió al saludo sorprendida y más tranquila.
Nicolás hizo una mueca, al ver el error que había cometido.
Mientras Mar y Danlin hablaban con Julieta, los muchachos se enfrentaban a Javier.
-Perdona, no sabía que era tu hermana- se disculpó Nicolás.
-Está bien, no hay problema.
-¿Qué diablos te sucede?- Francisco no entendía la actitud de Javier.
-Está todo en orden... Hice un plan, algo para lograr que Sophia no se case con Quimey. Esto es parte del plan... Le dije que salía a una fiesta y eso hice, hasta que me encontré con mi hermana que llegó a la ciudad de visita...
Danlin y Mar escucharon aquellas palabras y se miraron en silencio. Asintieron a la vez, como si se estuvieran leyendo los pensamientos.
-Nosotras queremos ayudar- dijeron a coro.
Francisco levantó su mano, al igual que Nicolás.
-Igual nosotros- confirmó el último.
Javier sonrió, mientras Julieta daba pequeños saltitos de alegría.
-Si Sophia se entera se enojará... Debemos trabajar en equipo, planear bien todo. ¡Esto será genial!- Danlin hablaba mientras escribía en su iphone.
Nicolás sonrió pensativo. Tremenda manera de conocer a Javier. Vaya primer día de regreso...
Ahora de verdad podría ayudar a su hermana.
Los días corrieron veloces.
Antes de lo pensado, la fiesta de egresados de Danlin y Mar había llegado. Las chicas estudiaban en el mismo instituto, pero en turnos diferentes. Los directivos habían decidido realizar la fiesta con todos los alumnos y todos irían... Menos William, que había preferido no hacer pasar un mal momento a sus hijos con su presencia.
Faltaba sólo una semana para la boda de Sophia con Quimey.
Javier había continuado con su idea de provocar a su paciente. Cada vez que ella mencionaba a Quimey, Javier sonreía y le daba la razón. Cada vez que lo buscaba para salir a pasear, él se comportaba como buen amigo. En ningún momento daba lugar a que sus celos salieran a flote, por mucho que Sophia empujara hablando de Quimey. Por el contrario, muchas veces salía con Sophia y terminaba haciéndola enojar al fijarse en cada mujer joven que pasaba a su lado.
En esos casos, Sophia sólo suspiraba, levantando levemente una ceja y seguía hablando como si nada hubiera pasado.
Ella no pensaba demostrarle de ninguna manera que él le importaba. Se iba a casar con Quimey y nada haría que ella diera un paso atrás...
Sophia pretendía que sus hermanas tuvieran el mejor recuerdo de su fiesta y por eso mismo, alquiló una limusina de lujo, costeó los gastos del vestuario de sus hermanas y hermano y también de Nana y Francisco.
Nadie se rehusó, simplemente para no llevarle la contra a Sophia.
Puesto que Francisco entraría con Danlin y Nicolás con Mar. En tanto, Sophia y Mariana se ubicaron en la mesa que les correspondía.
Nana iba acompañada por Andrés, Sophia estaba sola. Quimey tenía un viaje de negocios y aún no había regresado a la ciudad.
Esperaban que los egresados hicieran su ingreso cuando Sophia sintió que el mundo temblaba bajo sus pies.
Caminando hacia ella, Javier iba con una sonrisa en el rostro. Su traje negro le hacía ver aún más apuesto de lo que era.
Por un momento, Sophia sintió que todo a su alrededor se movía en cámara lenta. La imagen de Javier, yendo a su encuentro tan feliz y confiado...
Ella volteó a mirar a Nana, buscando una explicación. Su amiga sonrió y susurró:
-Las chicas decidieron invitarlo...
Sophia asintió, suspirando.
Javier se veía hermoso, pero ella no lo admitiría.
-Hola, princesa. Estás muy bella...- murmuró el médico al saludar a su paciente.
Ella no pudo evitar sonreír ante esas palabras. Él era dulce. Eso tampoco lo admitiría...
La cena transcurrió tranquila y al concluir el postre, comenzó el baile.
Andrés y Nana se fueron a la pista, dejando a Sophia y Javier solos.
Sophia miraba cómo los invitados bailaban la música de moda. Javier miraba a Sophia...
Por pedido de su hermano, Mar invitó a bailar a Francisco.
Nicolás entonces se acomodó junto a Danlin y comenzó a hablarle en susurros.
-Danlin, necesito preguntarte algo...
Ella lo miró curiosa.
-Esto es difícil, por lo general no me es complicado hacerlo, pero contigo todo es diferente. ¿Saldrías conmigo si te invito?- Nicolás miraba provocativamente a Danlin y ella no sabía cómo redaccionar.
-No. Nunca...- murmuró unos segundos después, intentando no sonar fría o cortante.
-¿Por qué no? ¿No te parezco apuesto? ¿No te gusto?
-Nicolás, eres el hermano de Sophia, mi hermana. Perdona, pero te quiero como hermano y amigo, no como hombre. Por otro lado, no me interesa salir con muchachos. No quiero novio...
Nicolás entrecerró los ojos.
-Pero, imaginemos que no soy hermano de Sophia ni soy tu amigo. Digamos que Francisco nos presentó y yo quiero salir contigo, ¿aceptarías?- él insistía, buscando el punto débil de la adolescente.
-Mmm... En el caso hipotético que planteas, igual te rechazaría. Me llevas demasiados años...
-Pero si tuviera tu edad o la de Francisco.
Danlin suspiró.
-Tampoco, de ninguna manera- recalcó.
-No te creo... No es por darmelas de hermoso, pero puedo asegurarte que siempre que hay una mujer cerca, le resulta imposible no mirarme. ¿Crees que no me doy cuenta que a los ojos femeninos soy apuesto y cautivador?
Danlin hizo una mueca. ¡Este muchacho sí que era engreído!
-Vamos, dime la verdad. Yo te parezco "lindo", te gusto aunque no lo quieras aceptar.
-No, de ninguna manera. No me gustas...
-Pero te he visto observándome con un brillo especial en los ojos.
-No es a ti a quién miro.
-¡Sí, cómo no! ¿Y a quién más puedes mirar?
-A Francisco- ni bien soltó la respuesta, Danlin empalideció. Ella había admitido algo que hacía tiempo venía negandose a sí misma.
Nicolás sonrió, victorioso.
-Bien, conseguí la respuesta que buscaba- susurró sonriendo aún más.
-¿De qué hablas?- el terror en ella crecía más y más.
-Danlin, no me interesa salir contigo, también te veo como otra hermana menor. Pero pensé que sería bueno si te ayudaba a admitir algo que a mis ojos era obvio...
Danlin negó con un leve movimiento de su cabeza.
-No te preocupes, no se lo diré a nadie. Sin embargo, es mi deber informarte que Francisco también siente algo por ti...
Luego de decir esas palabras, Nicolás se puso de pie y como si nada hubiese sucedido, fue a recibir a su hermana, que venía a buscarle para bailar.
Danlin observó a Francisco, que caminaba tranquilo hacia ella. Confundida, en vez de acercarce a él, salió a paso rápido en busca de la salida de aquel majestuoso salón.
Francisco salió tras ella. ¿Qué le sucedía a Danlin? ¿Estaba llorando o eran sólo ideas suyas?
Cuando la canción lenta comenzó a sonar en la pista de baile, Javier se puso de pie y tendió su mano a Sophia.
-Es un lento, no te pasará nada malo si lo bailas...- le explicó sonriente.
Ella lo miró a los ojos fijamente y suspiró. Puede que nada malo le sucediera físicamente, pero a nivel emocional, era bien distinto. Aún así, aceptó la invitación y de la mano de su médico, caminó hacia la pista de baile.
Eran tantos los invitados que Sophia no podía localizar a sus hermanos o amigos. Eso le agradó, no debería dar explicaciones luego...
Javier envolvió con sus brazos la cintura de Sophia y la abrazó, estrechandola suavemente contra él.
Ella sonrió y apoyó su cabeza en el pecho de ese hombre dulce y apuesto que amaba en silencio, mientras situaba sus manos alrededor de su cuello.
Seguramente ésta sería la última oportunidad de estar tan cerca suyo, por eso no se preocupaba de lo que pensaran quienes los observaban.
Así como estaban, ella podía escuchar los latidos del corazón de Javier. Rítmicos y nerviosos. No sólo ella sentía especial este momento.
Durante un tiempo bailaron en silencio. Aunque bailar no era exactamente lo que hacían. Apenas si se movían de la baldoza sobre la cual estaba parados. Sin embargo, era tan único, tan mágico ese instante...
El médico sólo anhelaba estar así, con su dulce Sophia entre sus brazos, por el resto de su vida.
Ella sonreía, imaginando lo hermosa que sería la vida si las cosas fueran distintas. Si su prometido fuera Javier, si su existencia no tuviera el tiempo contado...
Javier habló, haciendo que Sophia volviera en sí de su mundo de pensamientos.
-Princesa, yo...- el médico se quedó en silencio unos instantes, perdiendose en la mirada de Sophia. Esa mirada café que tanto amaba...
Lentamente acercó su rostro al de su paciente, Sophia cerró los ojos, sonriendo levemente. Si Javier quería besarla, ella no se resistiría... En verdad lo deseaba, aunque nunca lo diría.
Fue un esfuerzo sobrehumano el que empleó Javier, pero logró escapar a la tentación de probar una vez más esos labios.
Con una lentitud que evidenciaba su pelea interna, el médico buscó su objetivo. En apenas murmullos, le dijo a Sophia:
-Princesa, mi vida. Necesito que sepas que te deseo la mejor de las suertes y que anhelo que tu matrimonio esté colmado de felicidad y dicha. Te mereces lo mejor y sin duda, Quimey lo es...
Sophia sintió que todo comenzaba a girar a su alrededor. La tierra la devoraba y no encontraba de dónde aferrarse.
En medio de su borrachera, pudo discernir que quienes los rodeaban eran familia y amigos de Sophia, aunque no supo quién era su agresor.
Confundido, buscó con la mirada a Julieta, que había salido de la fiesta con él y la encontró peleando con Danlin...
-¿Se puede saber quién eres?- preguntaba Danlin, furiosa.
Julieta miraba a Javier, que aún estaba en el suelo pero ya había abierto los ojos.
-Niña, no tengo porqué responderte- replicó con tono agrio- No eres nadie a mis ojos...
Mar se había acomodado junto a su amiga, mientras Francisco y Nicolás estaban con Javier.
-Juli, ella es Danlin, la hermana de Sophia...- indicó el médico, mientras se ponía de pie con ayuda de Francisco.
Nicolás lo miraba enojado y con ganas de darle su merecido.
Julieta parpadeó varias veces y al comprender todo, sonrió.
-Oh, disculpa- dijo, tendiendo su mano- Danlin, es un placer conocerte. Mi nombre es Julieta, soy la hermana de Javier.
Danlin correspondió al saludo sorprendida y más tranquila.
Nicolás hizo una mueca, al ver el error que había cometido.
Mientras Mar y Danlin hablaban con Julieta, los muchachos se enfrentaban a Javier.
-Perdona, no sabía que era tu hermana- se disculpó Nicolás.
-Está bien, no hay problema.
-¿Qué diablos te sucede?- Francisco no entendía la actitud de Javier.
-Está todo en orden... Hice un plan, algo para lograr que Sophia no se case con Quimey. Esto es parte del plan... Le dije que salía a una fiesta y eso hice, hasta que me encontré con mi hermana que llegó a la ciudad de visita...
Danlin y Mar escucharon aquellas palabras y se miraron en silencio. Asintieron a la vez, como si se estuvieran leyendo los pensamientos.
-Nosotras queremos ayudar- dijeron a coro.
Francisco levantó su mano, al igual que Nicolás.
-Igual nosotros- confirmó el último.
Javier sonrió, mientras Julieta daba pequeños saltitos de alegría.
-Si Sophia se entera se enojará... Debemos trabajar en equipo, planear bien todo. ¡Esto será genial!- Danlin hablaba mientras escribía en su iphone.
Nicolás sonrió pensativo. Tremenda manera de conocer a Javier. Vaya primer día de regreso...
Ahora de verdad podría ayudar a su hermana.
Los días corrieron veloces.
Antes de lo pensado, la fiesta de egresados de Danlin y Mar había llegado. Las chicas estudiaban en el mismo instituto, pero en turnos diferentes. Los directivos habían decidido realizar la fiesta con todos los alumnos y todos irían... Menos William, que había preferido no hacer pasar un mal momento a sus hijos con su presencia.
Faltaba sólo una semana para la boda de Sophia con Quimey.
Javier había continuado con su idea de provocar a su paciente. Cada vez que ella mencionaba a Quimey, Javier sonreía y le daba la razón. Cada vez que lo buscaba para salir a pasear, él se comportaba como buen amigo. En ningún momento daba lugar a que sus celos salieran a flote, por mucho que Sophia empujara hablando de Quimey. Por el contrario, muchas veces salía con Sophia y terminaba haciéndola enojar al fijarse en cada mujer joven que pasaba a su lado.
En esos casos, Sophia sólo suspiraba, levantando levemente una ceja y seguía hablando como si nada hubiera pasado.
Ella no pensaba demostrarle de ninguna manera que él le importaba. Se iba a casar con Quimey y nada haría que ella diera un paso atrás...
Sophia pretendía que sus hermanas tuvieran el mejor recuerdo de su fiesta y por eso mismo, alquiló una limusina de lujo, costeó los gastos del vestuario de sus hermanas y hermano y también de Nana y Francisco.
Nadie se rehusó, simplemente para no llevarle la contra a Sophia.
Puesto que Francisco entraría con Danlin y Nicolás con Mar. En tanto, Sophia y Mariana se ubicaron en la mesa que les correspondía.
Nana iba acompañada por Andrés, Sophia estaba sola. Quimey tenía un viaje de negocios y aún no había regresado a la ciudad.
Esperaban que los egresados hicieran su ingreso cuando Sophia sintió que el mundo temblaba bajo sus pies.
Caminando hacia ella, Javier iba con una sonrisa en el rostro. Su traje negro le hacía ver aún más apuesto de lo que era.
Por un momento, Sophia sintió que todo a su alrededor se movía en cámara lenta. La imagen de Javier, yendo a su encuentro tan feliz y confiado...
Ella volteó a mirar a Nana, buscando una explicación. Su amiga sonrió y susurró:
-Las chicas decidieron invitarlo...
Sophia asintió, suspirando.
Javier se veía hermoso, pero ella no lo admitiría.
-Hola, princesa. Estás muy bella...- murmuró el médico al saludar a su paciente.
Ella no pudo evitar sonreír ante esas palabras. Él era dulce. Eso tampoco lo admitiría...
La cena transcurrió tranquila y al concluir el postre, comenzó el baile.
Andrés y Nana se fueron a la pista, dejando a Sophia y Javier solos.
Sophia miraba cómo los invitados bailaban la música de moda. Javier miraba a Sophia...
Por pedido de su hermano, Mar invitó a bailar a Francisco.
Nicolás entonces se acomodó junto a Danlin y comenzó a hablarle en susurros.
-Danlin, necesito preguntarte algo...
Ella lo miró curiosa.
-Esto es difícil, por lo general no me es complicado hacerlo, pero contigo todo es diferente. ¿Saldrías conmigo si te invito?- Nicolás miraba provocativamente a Danlin y ella no sabía cómo redaccionar.
-No. Nunca...- murmuró unos segundos después, intentando no sonar fría o cortante.
-¿Por qué no? ¿No te parezco apuesto? ¿No te gusto?
-Nicolás, eres el hermano de Sophia, mi hermana. Perdona, pero te quiero como hermano y amigo, no como hombre. Por otro lado, no me interesa salir con muchachos. No quiero novio...
Nicolás entrecerró los ojos.
-Pero, imaginemos que no soy hermano de Sophia ni soy tu amigo. Digamos que Francisco nos presentó y yo quiero salir contigo, ¿aceptarías?- él insistía, buscando el punto débil de la adolescente.
-Mmm... En el caso hipotético que planteas, igual te rechazaría. Me llevas demasiados años...
-Pero si tuviera tu edad o la de Francisco.
Danlin suspiró.
-Tampoco, de ninguna manera- recalcó.
-No te creo... No es por darmelas de hermoso, pero puedo asegurarte que siempre que hay una mujer cerca, le resulta imposible no mirarme. ¿Crees que no me doy cuenta que a los ojos femeninos soy apuesto y cautivador?
Danlin hizo una mueca. ¡Este muchacho sí que era engreído!
-Vamos, dime la verdad. Yo te parezco "lindo", te gusto aunque no lo quieras aceptar.
-No, de ninguna manera. No me gustas...
-Pero te he visto observándome con un brillo especial en los ojos.
-No es a ti a quién miro.
-¡Sí, cómo no! ¿Y a quién más puedes mirar?
-A Francisco- ni bien soltó la respuesta, Danlin empalideció. Ella había admitido algo que hacía tiempo venía negandose a sí misma.
Nicolás sonrió, victorioso.
-Bien, conseguí la respuesta que buscaba- susurró sonriendo aún más.
-¿De qué hablas?- el terror en ella crecía más y más.
-Danlin, no me interesa salir contigo, también te veo como otra hermana menor. Pero pensé que sería bueno si te ayudaba a admitir algo que a mis ojos era obvio...
Danlin negó con un leve movimiento de su cabeza.
-No te preocupes, no se lo diré a nadie. Sin embargo, es mi deber informarte que Francisco también siente algo por ti...
Luego de decir esas palabras, Nicolás se puso de pie y como si nada hubiese sucedido, fue a recibir a su hermana, que venía a buscarle para bailar.
Danlin observó a Francisco, que caminaba tranquilo hacia ella. Confundida, en vez de acercarce a él, salió a paso rápido en busca de la salida de aquel majestuoso salón.
Francisco salió tras ella. ¿Qué le sucedía a Danlin? ¿Estaba llorando o eran sólo ideas suyas?
Cuando la canción lenta comenzó a sonar en la pista de baile, Javier se puso de pie y tendió su mano a Sophia.
-Es un lento, no te pasará nada malo si lo bailas...- le explicó sonriente.
Ella lo miró a los ojos fijamente y suspiró. Puede que nada malo le sucediera físicamente, pero a nivel emocional, era bien distinto. Aún así, aceptó la invitación y de la mano de su médico, caminó hacia la pista de baile.
Eran tantos los invitados que Sophia no podía localizar a sus hermanos o amigos. Eso le agradó, no debería dar explicaciones luego...
Javier envolvió con sus brazos la cintura de Sophia y la abrazó, estrechandola suavemente contra él.
Ella sonrió y apoyó su cabeza en el pecho de ese hombre dulce y apuesto que amaba en silencio, mientras situaba sus manos alrededor de su cuello.
Seguramente ésta sería la última oportunidad de estar tan cerca suyo, por eso no se preocupaba de lo que pensaran quienes los observaban.
Así como estaban, ella podía escuchar los latidos del corazón de Javier. Rítmicos y nerviosos. No sólo ella sentía especial este momento.
Durante un tiempo bailaron en silencio. Aunque bailar no era exactamente lo que hacían. Apenas si se movían de la baldoza sobre la cual estaba parados. Sin embargo, era tan único, tan mágico ese instante...
El médico sólo anhelaba estar así, con su dulce Sophia entre sus brazos, por el resto de su vida.
Ella sonreía, imaginando lo hermosa que sería la vida si las cosas fueran distintas. Si su prometido fuera Javier, si su existencia no tuviera el tiempo contado...
Javier habló, haciendo que Sophia volviera en sí de su mundo de pensamientos.
-Princesa, yo...- el médico se quedó en silencio unos instantes, perdiendose en la mirada de Sophia. Esa mirada café que tanto amaba...
Lentamente acercó su rostro al de su paciente, Sophia cerró los ojos, sonriendo levemente. Si Javier quería besarla, ella no se resistiría... En verdad lo deseaba, aunque nunca lo diría.
Fue un esfuerzo sobrehumano el que empleó Javier, pero logró escapar a la tentación de probar una vez más esos labios.
Con una lentitud que evidenciaba su pelea interna, el médico buscó su objetivo. En apenas murmullos, le dijo a Sophia:
-Princesa, mi vida. Necesito que sepas que te deseo la mejor de las suertes y que anhelo que tu matrimonio esté colmado de felicidad y dicha. Te mereces lo mejor y sin duda, Quimey lo es...
Sophia sintió que todo comenzaba a girar a su alrededor. La tierra la devoraba y no encontraba de dónde aferrarse.
Ella se imaginaba a Javier obstinado, luchando hasta último momento. Esto era sin dudas algo bien diferente.
Y aunque era algo que quería, ver que Javier aceptaba su decisión, no le gustaba en absoluto que lo hiciera.
Abrió los ojos lentamente. Javier la observaba sonriente. Sonrió también, ocultando por completo su dolor y sorpresa. Así debía ser, aunque no le agradara...
Francisco buscó a Danlin por todos lados. La encontró sentada en un columpio, meciéndose lentamente.
Aún cuando lo escuchó acercándose, ella no levantó la mirada cuando él se acomodó a su lado, en otro columpio.
Leves marcas de color blanco se dibujaban en el rostro de Danlin, como evidencia clara de sus lágrimas.
-¿Estás bien?- preguntó él -¿Qué sucede?
Ella suspiró, pero nada dijo.
-Vamos, no puedo leerte los pensamientos, ¿sabes? No me hagas preocupar...
Danlin cerró los ojos. Una nueva ola de llanto amenazaba con arrasar con su calma levemente establecida.
-No pasa nada. Está todo bien...
-Ajá... Y por eso estás sola a mitad de la fiesta, en el patio de juego de los de primaria. De verdad, Danlin, no soy tonto. Algo te pasa. Sabes que siempre puedes contar conmigo, dime qué sucede...
Francisco desvió su mirada al cielo. Conocía a Danlin, si ella lo descubría mirándola fijamente, se sentiría cohibida y nada diría.
Danlin volvió a suspirar y luego miró de reojo a Francisco.
-¿Por qué no tienes novia? ¿O es que sales con alguien y no me lo has dicho?- las preguntas salieron veloces, nerviosas y sorprendieron al muchacho.
-Pues... Hubo un tiempo en que no me interesaba tener novia, quería ser libre, ir donde se me antojase, estar con quien quisiera. Ahora, quiero tener una relación formal, pero la situación es complicada...
Danlin miró a Francisco, la curiosidad empujaba.
-¿Complicada?
-Sí. Ahora hay prioridades y no muchas lo entenderían. Mi hermana, la universidad, Sophia... Son cosas que no puedo ni quiero dejar de lado. Además, para ser pareja hacen falta dos y yo sólo soy uno...
-¿A qué te refieres?
-Uff...- se le hacía difícil hablar el tema con la propia causa de sus problemas- Bueno, que si quieres a alguien, aún si deseas ser su novio, es preciso que esa persona te quiera, sino de nada sirve el resto. Si dos individuos se quieren, lo demás no importa, todo se supera y tolera. Pero hacen falta dos, no sólo uno...
Danlin asintió, regresando su mirada al suelo.
-Nunca me dijiste que querías a alguien- murmuró, con un deje de enojo.
Francisco hizo una mueca de dolor, esto era cada vez más difícil. Él la amaba y se había prometido dejar de lado esos sentimientos, pero las preguntas de Danlin lo sacaban de cuadre.
-Creo que siempre estuve enamorado, pero recién al concluir mi viaje y regresar aquí me di cuenta de la verdad. Igual, preferiría no hablar del tema...
-¿Y por qué no?- Danlin se puso de pie de un salto- Yo estaba aquí, tranquila, pensando y viniste a ver qué me pasaba... ¿Y si me pasa algo como a ti? ¿Y si en el último tiempo me di cuenta de algo inevitable y no puedo hacer nada al respecto?- de pronto, Danlin ya no se pudo contener, se puso de pie y comenzó a llorar.
Francisco reaccionó veloz. La abrazó suavemente y acarició sus cabellos, intentando calmarla.
-Por favor, no llores... Todo estará bien- prometió, sin entender aún qué le sucedía a esa dulce niña que abrazaba con tanto amor.
-No puede estar todo bien. No puedes prometer algo que no puedes cumplir...
-Dios, ¿Danlin, quién te hizo esto? ¿Quién es el bestia que te ha hecho llorar? Te juro que...
-Vamos, no puedo leerte los pensamientos, ¿sabes? No me hagas preocupar...
Danlin cerró los ojos. Una nueva ola de llanto amenazaba con arrasar con su calma levemente establecida.
-No pasa nada. Está todo bien...
-Ajá... Y por eso estás sola a mitad de la fiesta, en el patio de juego de los de primaria. De verdad, Danlin, no soy tonto. Algo te pasa. Sabes que siempre puedes contar conmigo, dime qué sucede...
Francisco desvió su mirada al cielo. Conocía a Danlin, si ella lo descubría mirándola fijamente, se sentiría cohibida y nada diría.
Danlin volvió a suspirar y luego miró de reojo a Francisco.
-¿Por qué no tienes novia? ¿O es que sales con alguien y no me lo has dicho?- las preguntas salieron veloces, nerviosas y sorprendieron al muchacho.
-Pues... Hubo un tiempo en que no me interesaba tener novia, quería ser libre, ir donde se me antojase, estar con quien quisiera. Ahora, quiero tener una relación formal, pero la situación es complicada...
Danlin miró a Francisco, la curiosidad empujaba.
-¿Complicada?
-Sí. Ahora hay prioridades y no muchas lo entenderían. Mi hermana, la universidad, Sophia... Son cosas que no puedo ni quiero dejar de lado. Además, para ser pareja hacen falta dos y yo sólo soy uno...
-¿A qué te refieres?
-Uff...- se le hacía difícil hablar el tema con la propia causa de sus problemas- Bueno, que si quieres a alguien, aún si deseas ser su novio, es preciso que esa persona te quiera, sino de nada sirve el resto. Si dos individuos se quieren, lo demás no importa, todo se supera y tolera. Pero hacen falta dos, no sólo uno...
Danlin asintió, regresando su mirada al suelo.
-Nunca me dijiste que querías a alguien- murmuró, con un deje de enojo.
Francisco hizo una mueca de dolor, esto era cada vez más difícil. Él la amaba y se había prometido dejar de lado esos sentimientos, pero las preguntas de Danlin lo sacaban de cuadre.
-Creo que siempre estuve enamorado, pero recién al concluir mi viaje y regresar aquí me di cuenta de la verdad. Igual, preferiría no hablar del tema...
-¿Y por qué no?- Danlin se puso de pie de un salto- Yo estaba aquí, tranquila, pensando y viniste a ver qué me pasaba... ¿Y si me pasa algo como a ti? ¿Y si en el último tiempo me di cuenta de algo inevitable y no puedo hacer nada al respecto?- de pronto, Danlin ya no se pudo contener, se puso de pie y comenzó a llorar.
Francisco reaccionó veloz. La abrazó suavemente y acarició sus cabellos, intentando calmarla.
-Por favor, no llores... Todo estará bien- prometió, sin entender aún qué le sucedía a esa dulce niña que abrazaba con tanto amor.
-No puede estar todo bien. No puedes prometer algo que no puedes cumplir...
-Dios, ¿Danlin, quién te hizo esto? ¿Quién es el bestia que te ha hecho llorar? Te juro que...
-No puedes golpearte a ti mismo- negó ella, moviendo levemente la cabeza y encogiéndose de hombros.
Francisco guardó en silencio, tratando de interpretar esas palabras.
Danlin hundió su rostro en el pecho de su amigo. Se sentía tan cálido, tan reconfortante...
-Por favor, explícate- pidió él, luego de unos minutos de desesperado análisis y antes de caer en conclusiones erróneas.
Ella hizo de cuenta como no había escuchado nada.
-Danlin, vamos. Dime de qué va la cuestión, me harás volver loco...- Francisco aflojó el abrazo y se alejó un poco, muy a desgana, de la adolescente. La miró fijamente, tratando de entender qué sucedía en sus pensamientos.
Para sorpresa de Francisco, ella no desvió la mirada, sino que la mantuvo.
Se perdían en las miradas el uno en el otro...
De pronto, Francisco no precisó más palabras, supo qué sucedía. Danlin comprendió también qué pasaba con él...
Francisco estrechó nuevamente el abrazo con Danlin, que correspondió con gusto.
Sus rostros se acercaron lentamente, saboreando el momento previo.
Con la luna y las estrellas como únicos testigos, Danlin y Francisco descubrieron la magia del primer beso...
Sophia tomó aire lentamente. Seguía sintiendo que todo le daba vueltas, pero esta vez, comprendió que no era sólo emocional...
La sonrisa de Javier se desvaneció cuando su paciente parpadeó varias veces mientras se aferraba a él.
Ella nunca llegó a caer, él la tenía ya entre sus brazos. Su pedido de auxilio se escuchó en todo el salón. La multitud comenzó a movilizarse.
Sophia se había desvanecido y nadie entendía porqué...
Bueno, bueno... a que este cap fue super extenso y super emocionante?
Sucede que ya sólo faltan otros tres capítulos y listo, nuestra historia concluye. Por eso decidí darles este capítulo recargado ;)
Es mi manera de darles las gracias a todos mis lectores, especialmente a Teles, por sus comentarios constantes, Andrea, Irene, Iona y Vivi, por estar siempre también, a Danlin, Nana y Geiser, por haber ayudado a que esta historia exista....
Además, es mi manera de festejar que concluí mi primer semana en el trabajo y todo ha salido muy bien ^_^
Hay un vídeo cuya canción me ha dado vueltas en la cabeza mil veces mientras escribía este cap...
Aquí se los dejo, simplemente esta canción me encanta!!!!
Hola princesa... muy buen cap.. extenso pero muy completo.. mucha acción en el comienzo, mucho romanticismo, parte feliz con el beso de danlin y francisco y la desilución de sofia al encontrarse con el beso negado de javier, pero con un final intrigante y misterioso que te deja con ganas de saber mas.. que por cierto me vas a dejar asi.. en ascuas jajjajajajja quiero saber el proximo capitulo jajajjajajaja.. muy buen cap princesa erz.. que triste que solo falten # caps.. de verdad queria mas, pero como toda historia tiene principio y final. esta no sera la excepción lo triste que se vera muy pronto pero espero un final feliz... de verdad eres una gran escritora y lo sigo aseverando.. cada semana estoy más convencido con cada una de tus hitoria.. un abrazo y un mega beso erz.. cuidate.. ahorita voy a comenzar las 4 rotaciones finales para graduarme estoy feliz, sumamente atareado pero feliz.. saludos ..
ResponderEliminarO.O Erz una vez mas me dejas sin palabras Cada una de tus historias tienen un toque unico que atrae al lector; cada personita que pasa por tu blog le es imposible no volver a hacerlo! Me enanto El capi como cada anterior, pues (como ya te lo he dicho mil veces) lograr que los sentimientos traspacen las letras hasta el lector es algo que, solo los mejores escritores, saben hacer :3
ResponderEliminarUn besote Erz, Un Abrazo y Felicitaciones por vuestro trabajo ^.^
Con Mucho Cariño
Andrea
Erz! Genial! Lastima que falta solo 3 capitulos... Pero bueno Gran capi... lleno de emociones :)
ResponderEliminarEsperare con ansias el prox sabado...
Besotes y un abrazo enorme!
Mar
...
ResponderEliminarDanlin
Erz preciosa, mil gracias por la mención!! estoy muy emocionada!! Ayer estive fuera y estaba deseando leerte!!! No me imaginaba esta sorpresa, ahhhhh!!!!
ResponderEliminarY el capi magnífico!!!! Qué primer beso de Danlin! Y Javier, siiiiiiiiiii!!!!!! nada, el chico a aguantar el tirón ;-) Espero que lo de Sophia no se nada muy muy malo:-)
Se me ha hecho corto y es que leerte es una delicia y esta historia me apasiona!!!!
El beso más enorme del mundo para ti.
T.
¿quedan tan pocos capitulos? jooo es que se me hace corto mi reina, pero este estubo genial, ese beso me llego al mismo alma y la desilusion despues del rechazo, uuuuuffff me arranco alguna lagrimilla
ResponderEliminarel vidoe de la cancion es magnifico, le he tenido que escuchar dos veces porque con una me quedaba con ganitas de mas, me encanta esa cancion desde niña, un beso reina mia que t¡ya sabes que te adoro
Irene