La mañana llegó y descubrió a Javier que observaba maravillado a Sophia. La joven dormía entre sus brazos y parecía aún más hermosa y dulce de lo que ya era.
Sonrió. La noche anterior él y Sophia habían gozado de su amor y hoy el día prometía un futuro lleno de esperanzas.
Las últimas palabras de Sophia antes de dormirse habían sido alusivas al compromiso con Quimey. Ella pensaba cancelar la boda...
Javier se sentía en el cielo. La mujer que amaba había aceptado sus sentimientos y los recuerdos de las caricias y sensaciones vividas en horas anteriores le obligaban a sonreír a más no poder.
Cuando el teléfono comenzó a vibrar, sin hacer ruido alguno se puso de pie y salió al patio, dejando a Sophia durmiendo sin saber lo que ocurría.
La llamada era de Nana, quien intentaba explicar que Nicolás había sufrido un accidente y estaba muy grave. Era fundamental que Sophia no supiera nada...
Javier comprendía la postura de Mariana. Ante la noticia de Nicolás, Sophia podía descompenzarse o algo peor... Algo que el médico no pensaba considerar siquiera.
Con esa nueva noticia rondando sus pensamientos, Javier regresó a la casa y fue en busca de Sophia. Ella aún dormía y Javier se encontró en el incómodo lugar de tener que despertarla y mentirle a fin de regresar pronto a la ciudad.
-Princesa...- susurró, acariciando sus cabellos- Mi vida...
Sophia abrió los ojos lentamente y sonrió al encontrarse con Javier que la miraba con ternura.
-Mi amor, debemos emprender el camino de regreso. Me esperan en el trabajo- explicó sonriendo levemente.
Con esas palabras el médico no estaba mintiendo sino sólo contando una parte de la verdad.
-Me gusta que me llames "Amor"...- murmuró Sophia, aún reaccionando del sueño.
Javier sonrió y abrazó a Sophia durante un tiempo interminable.
Anhelaba decirle mil cosas... Cuánto la amaba, cuán importante era para él y, por sobre todo, que las cosas saldrían bien con respecto a Nicolás. Pero nada podía saber Sophia sobre su hermano y el médico decidió guardarse sus ideas bien profundo.
Sólo se limitó a decir en susurros:
-Te amo... Con todo mi ser, te amo...
Sophia levantó su rostro y con la felicidad dibujada en su rostro replicó:
-Y yo te amo a ti...
Mar había pasado la noche en vela.
Saber a su hermano en terapia intensiva y no poder ayudarle la destrozaba por completo.
Ya se sentía al borde del abismo con Sophia enferma y necesitada de un corazón. Ahora, con Nicolás en este estado, Mar sentía que caía por un túnel sin fondo.
Siendo que ella no había querido regresar a su casa, Nana, Danlin y Francisco decidieron acompañarla en la sala de espera del hospital. De ninguna manera podían dormir... Un buen amigo y hermano estaba postrado en una cama en grave estado y eso le quitaba el sueño a todos.
A media mañana el médico que estaba a cargo de Nicolás pidió de hablar con la familia.
-Nicolás no responde a los estímulos. Le hemos hecho varios estudios y todos dan el mismo resultado...- explicó con voz grave, el típico tono de los médicos.
Mar se puso de pie y caminó hasta el doctor, necesitaba mirarlo a los ojos cuando él diera esa mala noticia que tanto temía.
Danlin se ubicó junto a su amiga, mientras Francisco y Nana escuchaban atentos desde sus lugares.
-Lamento comunicarles esto... De verdad. Me encantaría decirles que en cuestión de horas o dias él va a despertar y todo va a estar bien, pero debo ser realista... Nicolás no va a reaccionar, su cuerpo apenas se mantiene con vida gracias a la asistencia respiratoria y los medicamentos que le hemos dado. El doctor Sánchez nos ha comunicado que Sophia, su hermana, necesita un transplante cardíaco. Dado que Nicolás y Sophia tienen el mismo grupo sanguíneo, son compatibles y si la familia acepta, podemos proceder a la cirugía...- mientras el médico hablaba, Mar cayó de rodillas, llorando. Danlin y Francisco reaccionaron tratando de calmarla y Mariana salió afuera a realizar varias llamadas.
-Necesitamos la autorización de un familiar directo, no tenemos mucho tiempo... Talvez no supere esta noche...- indicó el profesional- Lamento mucho todo esto, de verdad... Pero piensen que la vida de Nicolás puede salvar a Sophia.
Sin más palabras, regresó a su trabajo.
Mar logró calmarse y susurrar:
-Si es verdad que Sophia puede salvarse, sé que mi hermano lo habría aceptado.
Danlin asintió, en medio de tanta agonía, había una luz de esperanza para Sophia.
-Hay un problema...- murmuró Nana, que regresaba con un gesto de molestia- Mar, tú eres menor de edad y Sophia no debe enterarse aún. Sus médicos me han dicho que ella puede reaccionar muy mal. Si William no autoriza la donación, no podremos hacer nada...
El silencio cayó violento sobre los chicos.
Javier llegó al hospital y fue directo a ver a Sánchez.
Sophia, en tanto, concordó un encuentro con Quimey, a fin de comunicarle su idea de cancelar la boda.
Sánchez esperaba impaciente a Javier. Las noticias que tenía eran de carácter extremista. Por un lado, sabía que sería un duro y agónico golpe para todos la cercana muerte de Nicolás y por otro lado, la posibilidad de haber encontrado un donante para Sophia significaba una gran alegría y un respiro importante... Pero en la balanza, como mucho se llegaría a un equilibrio. Habría llanto, eso era seguro, y las alegrías no se sentirían en mucho tiempo.
Ni bien Javier entró a su oficina, Sánchez comprendió que el médico ya estaba al tanto del caso de Nicolás. Sólo necesitaba comunicarle entonces lo del transplante...
El encuentro entre Sophia y Quimey ocurrió sin inconvenientes.
Ella le explicó la situación y el aceptó sin queja alguna la decisión de su, ahora, ex-prometida.
En los últimos días Quimey había comprendido que amaba a Sophia al punto de desear su bien por sobre todo. Él sabía que ella no lo quería, que amaba a Javier. Si había aceptado las condiciones para la boda era porque quería ayudar Sophia de alguna manera. Devolverle algo de lo mucho que ella había hecho por él. Le dolía aceptar que Sophia nada sentía por él, pero sabía que ella merecía lo mejor y Javier bien podía ser lo mejor para Sophia.
Así, sin pelea ni contradicho alguno, Sophia emprendió camino a casa de Mariana. Al no encontrar nadie allí, decidió ir en busca de Javier para comentarle lo sucedido.
El día brillaba gracias al cielo sin nubes y Sophia sentía que la vida sonreía... Hasta que llegó a la oficina de Javier. Cuando estaba a punto de llamar a la puerta escuchó que Javier hablaba con otro médico, el doctor Sánchez.
-¿Estás seguro?- preguntó Javier- ¿Tan mal está la situación?
-Sí- replicó Sánchez- De otra forma no te hubiera mandado a llamar.
-Pero... Esto... Es simplemente increíble. Me cuesta creer.
-Ya hemos visto los estudios varios especialistas. Tú mismo los viste. Es contundente. No hay nada para hacer...
-¿Qué le diremos a Sophia? ¿Cómo le explicaremos...?- Javier sonaba más que preocupado.
Sánchez se tomó su tiempo para contestar.
-Creo que debemos darle la libertad de ser feliz por un tiempo más, aunque ese tiempo puede ser pocas semanas, algunos días o tan sólo horas. Sophia precisaba estar fuera de todo dolor, no le digamos nada aún.
Sophia hizo un gran esfuerzo para no llorar, necesitó de toda su concentración para controlar su respiración y regresar sobre sus propios pasos sin que nadie, en especial Javier, la viese.
Estaba en plan de salir del hospital cuando pasó por la sala de espera.
Una voz familiar atrajo su atención, Sophia se acercó para escuchar mejor a través de la puerta.
-¿Qué haremos? Dios... Esto es terrible- decía Francisco con voz entrecortada.
Danlin lloraba y Mar intentaba calmar su hipo, producto de sus lágrimas y respiración complicada.
-Ya escuchamos a los especialistas. No hay vuelta atrás. Sólo es cuestión de tiempo...- Nana hablaba en susurros. A Sophia no le costó trabajo entender esas palabras. Tenían relación con la conversación de Sánchez y Javier.
-Hay que mantener a Sophia alejada- murmuró Francisco- No podemos permitir que caiga en shock. Será terrible para ella enterarse de esto...
-Tan poco tiempo. Tanto que queríamos hacer... Ya no habrá oportunidad para nada- Mar se sonaba la nariz mientras dejaba esa última frase en el aire.
-Debemos tener fe, tal vez el transplante funcione- agregó Danlin.
La respiración de Sophia comenzó a acelerarse más y más.
Primero Javier, ahora su familia.
¿Podía ser cierto? ¿Tan mal estaba? Pero si ella se sentía bien... Pero lo había oído por sí misma. Estaba grave y sólo le quedaban horas.
"Voy a morir", pensó, "y nadie es capaz de decírmelo en la cara..."
Una súbita ola de furia despertó en Sophia. Furia para con la vida, su salud y esas personas que tanto amaba y le estaban ocultando algo tan importante.
Sin hacer ruido, se fue del hospital a paso calmo. De alguna forma, aunque hoy no hubiera lluvia, se sentía como el día que había visto a Javier con Shia.
Ya en plena calle,
su móvil sonó.
Una idea nació en sus pensamientos.
Su familia quería que ella fuera feliz. Javier quería que fuese feliz. Bien, ella sabía dónde ir para divertirse un rato y ser feliz al menos por unos minutos...
Javier se dirigió a la sala de espera para hablar con la familia de Nicolás.
Si todo salía bien, él mismo haría el transplante.
Mientras Mar lloraba porque sabía que William se negaría a dar su autorización sobre Nicolás, Danlin tomó su mochila y se fue sin decir palabra.
Si había forma de salvar al menos a Sophia, la muerte de Nicolás no sería en vano y ella tenía una palabritas que cruzar con cierto hombre importante...
Primera parte del cap final... Que tal? La segunda parte llegará también hoy sábado. Dije que sería cap doble y lo es, pero se me complicó para enviar todo junto, jeje... Que el celular tiene medida en su mails y no me deja hacer un cap extenso! No se preocupen, hasta les regalaré el epílogo hoy mismo... Como les prometí, la historia de Sophia concluye hoy. Besos! Espero sus comentarios...
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Impaciente por leer mas!
ResponderEliminarDanlin, TKM!
MAP!