Capitulo 11: Melodía - Fic para Danlin

Haydée POV

Los últimos meses habían sido una pesadilla.
Desde que... No pensaba pronunciar nunca más su nombre. No, ya no más.
Desde que él me dejó, todo se había vuelto oscuridad.

Sólo Danlin me acampañaba en mi dolor. Ella era mi mejor amiga, pero yo la consideraba más bien mi hermana.

Y cuando llegaron las vacaciones, al enterarme que Danlin se iría con su familia de campamento, me sentí triste e increíblemente infeliz. ¿Quién me salvaría de la rutina diaria? ¿Quién me escucharía paciente y me calmaría ante mi frustración? Estaba siendo egoísta, pensando en mi dolor en vez de mirar la molestia de Danlin por viajar al medio del bosque donde no había electricidad ni, mucho menos, señal telefónica o internet.

Me despedí de mi amiga temprano, en la mañana. Vivíamos a sólo 2 cuadras de distancia y ya nuestras familias estaban acostumbradas a vernos juntas de aquí para allá.
Con Danlin de viaje, mi primer día de vacaciones fue aburrido y triste... Hasta que él me mandó un mail... Se burlaba de mi, mostrándome fotos con su nueva novia, una chica hermosa y de gran sonrisa. Eso me sumió aún más en la tristeza y lloré durante horas, hasta que me quedé dormida...

Entonces, todo dio un giro enorme y extraordinario.

Comencé a soñar... Sueños llenos de luz y colores. Paisajes encantadores y deslumbrantes se sucedían uno tras otro... Y una melodía... Una melodía sonaba en mis sueños. Una melodía dulce y encantadora. Un sonido tan hermoso que me llenaba de vitalidad y energías...
De la nada, en mi sueño, me encontraba caminando por un bosque luminoso, buscando el origen de esa melodía...
Y cuando al fin estaba a punto de encontrar lo que buscaba... el sueño se cortó.

Por primera vez, desperté sonriendo y el día siguiente transcurrió tranquilo...
Y a la noche, volví a ese sueño... Comenzaba como la noche anterior, con paisajes y colores... Con la dulce melodía llamándome a seguirle.
Y está vez, mi búsqueda no se vio cortada... Logré encontrar el origen de la melodía... Un ser hermoso hasta lo imposible, perfecto y hermoso...
Nunca había visto un muchacho de rostro y cuerpo tan... Tan hermoso... Este ser parecía más bien irreal...
Caminaba entre los árboles moviéndose en dirección hacia donde yo estaba, cantando con los ojos cerrados. Y yo caminaba hacia él... Hasta que, de improviso, el joven se detuvo y su canto tomó un tono dulce.
Y mientras más dulce se volvía la melodía, más me acercaba yo a él. Me detuve y comprobé que estaba a menos de un metro de distancia de este ángel hermoso y perfecto.

Entonces, dejó de cantar y abrió sus ojos, dos gemas preciosas que me observaban sorprendidas. Sonriendo, se acercó aún más, hasta que sólo un paso nos alejába el uno del otro y con su suave y mágica voz, susurró:
-Amor... Te he esperado tanto tiempo...

Yo le observaba y escuchaba incrédula. ¡Este ser hermoso me llamaba "amor" y se mostraba feliz de verme!

Cuando acercó su rostro al mío el mundo y todo lo demás dejó de importar... Porque su labios habían hecho contacto con los míos en el beso más dulce y tierno que jamás había probado.
-Me llamo Haziel...- dijo luego, mientras me abrazaba delicadamente y acariciaba mis cabellos con cariño. Sonreí y le correspondi al abrazo, sintiéndome la persona más dichosa del mundo...

Entonces, sonó el despertador... Y toda mi alegría se desvaneció al abrir los ojos...

Durante el resto de mis vacaciones, soñé cada noche con Haziel... De pronto, él parecía tan real como yo lo era. Había soñado con sus amigos, su familia... Y con un muchacho en particular... Nilnad. Alguien que había encontrado a su amor pero había sido rechazado... Haziel me había explicado que no era humano. Pero que podía serlo si yo se lo pedía. También dijo que otra opción era que yo aceptara volverme Minorean e ir a vivir a su mundo... Pero eligiese lo que eligiese, él nunca me dejaría... Me comentó la extraña forma en que ellos encontraban a sus almas gemelas, exactamente como había ocurrido con nosotros...

Las clases comenzaron y yo seguía soñando con Haziel... Sólo anhelaba saber si acaso era posible que alguien como él existiese de veras... Y el primer día en el instituto lo comprobé... Un nuevo alumno compartía todas mis clases... Nilnad. Era idéntico al de mis sueños y hasta se llamaba igual... Él se mostraba encantado por Danlin y ella apenas si le miraba...

Una idea loca y divagante surgió en mi cabecita... Si lo de mis sueños era cierto, era posible que Nilnad hubiese conocido a Danlin y ésta lo rechazara. No había otra explicación... Porque según mis sueños, raramente los Minorean convivían con humanos... Si es que los Minoreans existían... Si es que lo que yo había soñado era posible de alguna forma...

Y pensando que todo era posible, aferrandome a mi idea, y sin dejar de sonreírle a mi nuevo compañero, comencé a pensar con todas mis fuerzas. Sabía que ellos podían leer mis pensamientos y era justo lo que buscaba...

En cuanto Nilnad se percató de mis ideas, comprendí que todo era verdad...

Le ofrecí mi ayuda, le pedí ayuda... Y Nilnad parecía dispuesto a colaborar.
Por eso no dudé ni un momento cuando me invitó a pasear...
Pero Danlin parecía desencantada ante la propuesta. Y ahí cerré mi plan... Darle celos a Danlin era buena forma de acercarla a Nilnad... Sólo esperaba que Haziel fuese tan real como Nilnad...

En mi paseo con mi nuevo compañero, él me llevó por el bosque que rodeaba la ciudad. Un lugar hermoso y lleno de vida.

Allí, en medio de la nada misma, donde ningún humano podía oírnos, abrí mi corazón y quité toda vergüenza, toda preocupación del medio... Simplemente, le conté todo a Nilnad.

El dolor causado por mi ex, las noches tristes y la ayuda y compañía de Danlin... Y principalmente, todos mis sueños.

Nilnad me escuchaba atento, su mirada denotaba sorpresa, pero sabía que creía en mi palabra y eso me daba ánimos para contarle todo...

Cuando terminé de hablar, miré a mi compañero, esperando su opinión.
Él sonrió y suspirando, comenzó a hablar...

-Es increíble todo esto que me estás contando. Y por lo que veo en tus pensamientos, sabes tanto de mi mundo como si fueras una Minorean. Pero debo serte sincero. Aún cuando mucho de lo que soñaste es verdad, no puedo asegurarte que podrás escuchar el canto de Haziel... Eso es algo que se da y ya. Sólo puedo ayudarte impulsando a mi amigo a que cante en estos bosques. Pero si no lo escuchas, él no te mirará...

Asentí. Sabía a lo que me estaba enfrentando. Pero debía intentarlo.

-No importa. Quiero intentarlo. Por favor, ayúdame- supliqué.

-Claro que te ayudaré... Ya veremos luego qué pasa con Danlin...- susurró Nilnad sonriendo levemente, mientras comenzaba el camino de regreso.

Llegué a casa cuando caía el anochecer.
Y cuando sonó mi teléfono celular, supe sin mirar el número que era Danlin...

-¿Qué hicieron?- su voz sonaba extraña... Una rara mezcla entre ansiedad, enojo y celos.

Suspiré, pensando en qué decirle y cómo decírselo...