Capitulo 26: Luchando en busca de Luz...

Isabella caminó hacia su padre.
-¡Hija, qué sorpresa verte aquí!- la voz de Joaquín retumbó en el bosque.
Isabella se detuvo en seco.
-Hija, Isabella, ¿qué pasa?- preguntó el vampiro.
Pero Isabella no respondió... Sólo atinó a dar un paso atrás, y otro, y otro, hasta se detuvo a mi lado.
Aitor mantenía el escudo arriba, nada podía lastimarnos...

-Isa... ¿Qué ocurre?- susurré a su oído.
-Él no es mi padre... Su aroma es distinto y está mintiendo, no soy su hija... Es un camaleón, un impostor...- replicó la joven vampira gruñendo por lo bajo.
Tragué saliva y suspiré... Esto planteaba las cosas de otra forma...

-Niña... Es de mala educación hablar en secretos delante de otras personas...- se burló el falso Joaquín, y moviendo su cabeza para los costados, tomó su forma real... Un vampiro de cabellos rubios y ojos rojos... Sonreía con malicia cuando le dio orden a Javier de atacar.

El neófito mostró sus colmillos mientras con sus pensamientos arrancaba varios árboles de su sitio y los enviaba en nuestra dirección. Pero resultamos ilesos por la barrera que Aitor mantenía en pie.
-Quiero luchar... Anda, Naimé, déjame pelear...- Danlin gritó desde su lugar, ansiosa.
-Niña, ya te dije... Eres neófita y no permitiré que salgas lástimada...- grité en respuesta. ¿Ella no entendía que no debía mostrar sus poderes?
-Vamos... Tú nos entrenaste... Sabes que somos buenos luchando... Aunque no tengamos poderes como tú o Aitor, podemos luchar...- gritó Danlin, provocandome.

Los del clan Mc Callíster nos miraban curiosos... Nos observaban pelear entre nosotros y eso les causaba risa...
Javier seguía atacando nuestra barrera y los demás sólo se preparaban a lanzarse sobre nosotros en cuanto Aitor bajara la guardia.
-Vale... Pueden pelear... Pero recuerden sus entrenamientos... ¡Y acaten mis órdenes!- dije, sin girar para mirar a los gemelos o a Nana...
Los chicos se acercaron entonces a la línea que formaba junto a mi novio y Tommy... Lo mismo hicieron Emma, Anieli y Ángel... Todos luchariamos a la par... Y ganaríamos... Los lobos desde los árboles esperaban ansiosos para luchar también...

Aitor dejó de lado su escudo, lucharía a mi lado, como siempre.
-¡VAMOS!- gritó emocionada Danlin.
Los Mc Callíster se lanzaron a la pelea, igual que nosotros... Y los lobos no se hicieron esperar...
Isabella se encargó del vampiro que había fingido ser su padre, Nana luchaba también, cuidando de no usar sus poderes... Los gemelos se habían enfocado a luchar contra Javier, en tanto Tommy, ya convertido en lobo, cuidaba su retaguardia... Emma y Anieli tenían su forma peculiar de enfrentarse al enemigo, parecía que estaban sincronizados entre sí, pero en realidad todo era producto de años de entrenamiento siendo hermanos gemelos... Aitor, Ángel y yo peleabamos con cuanto vampiro nos cayera encima... Hasta que vi volar a Danlin por los aires y Dilann gruñía suspendido a varios metros del suelo, por sus gestos, parecía que se estaba asfixiando.
Me sincronicé con Javier mientras Aitor ayudaba a Dilann generando un escudo a su alrededor y Ángel corría a socorrer a Danlin.
-Nadie lastima a mis amigos- dije furiosa. Javier mostraba una mirada sadica y asesina...
Sonreí también y concentré todos mis esfuerzos en controlar al neófito. Puede que no fuera capaz de vencerlo, pero podía anularlo y los demás se encargarían de derrotarle al fin.
Javier gruñó y en sus pensamientos, se dibujó el intento de destruirme. El dolor llegó rápidamente... Una fuerza oprimía mi pecho y cerraba mi garganta... Como si fuera una simple humana, sentía que me estaba asfixiando, tal y como le había ocurrido a Dilann unos minutos antes.
Procuré no pensar en el dolor o la sensación de cansancio, sólo me enfoqué en competir contra Javier utilizando su propia capacidad.
Cuando él sintió los efectos de mi sincronización, su rostro mostró sorpresa y confusión. Le tomó varios segundos comprender lo que ocurría y darse cuenta de mi don. Mientras más fuerte el me atacara, igual de fuerte sería mi respuesta.
-Chicos, no puedo matarlo... Sólo puedo detenerlo... Encarguense ustedes- dije con voz entrecortada. Me sentía muy débil, pero las energías de Javier me mantenían en pie.

Podía escuchar a los lobos luchando y matando a su antojo... Sus risas lobunas sonaban fuerte y claras por sobre el lío de la pelea.
Emma y Anieli peleaban también, con grandes logros por su parte, al igual que Nana, que cuidaba que nadie se acercara a Isabella. Ella peleaba contra el impostor que fingió ser su padre y estaba a punto de matarle.

Aitor ayudó a Dilann a ponerse de pie, mientras Ángel y Danlin se les acercaban. Todos miraron a Javier detenidamente, y se dispersaron rodeando al neófito.
Javier me miró furioso y una fuerza increíble y violenta se cerró en mi cuello... Yo sólo atine a devolverle el ataque, rezando para que acabaran de una vez y por todas con el vampiro.

Entonces, los gemelos, Danlin y Dilann saltaron a la vez desde lados opuestos y golpearon a Javier con todas sus fuerzas. El neófito gruñó ante el ataque y me liberó por unos instantes. Cuando Ángel y Aitor estaban dispuestos a atacar, Danlin gritó, llamando nuestra atención:
-Miren su cuello... Lleva un collar... Creo que está siendo controlado...
Aitor me miró preocupado y miró a Danlin sin saber qué hacer. Él no mataba sin razón justificada y si el vampiro que me atacaba estaba siendo manejado por alguien más, no podía matarle.

A varios metros, Isabella lograba su objetivo... Una humadera de olor dulce y repugnante subió hasta el cielo cubierto de nubes... Los restos del camaleón ardían rápidamente.

Javier entonces gritó, mientras su collar hacia cortocuito y ante mis compañeros, el vampiro cayó inconciente.
Inmediatamente me sentí libre de la opresión y pude respirar tranquila. Me sentía muy débil, tanto que ni intenté moverme de donde estaba.
Mientras Ángel y los gemelos esposaban a Javier con cadenas de cazavampiro, Aitor llegó a mi lado y me miró preocupado.
Me resultaba difícil respirar y mantener los ojos abiertos. Si Aitor no me sostuviera en brazos, estaría en el suelo sin duda. Había consumido mis energías luchando sin moverme... Era mi cerebro el que estaba cansado. Sentía mucha sed... Pero sin fuerzas para cazar, sólo me quedaba esperar que alguien me trajera el alimento.

Gritos de júbilo se escucharon en el todo el bosque... Habíamos ganado. Nadie del otro bando quedaba vivo, salvo Javier.
Pero la alegría no duró mucho... Cuando los demás se percataron de lo que me sucedía se acercaron rápidamente para ver cómo ayudar.

-Vamos, debemos llevarla urgente a casa de Carlisle. Ha trabajado mucho sin descansar. No sólo ha sufrido el ataque de Javier, esto es un efecto acumulativo luego de todo lo que hicimos por buscar a Danlin- dijo Ángel, disponiendo responsabilidades para todos.
Sólo mi oído funcionaba. Reconocí que estaba de regreso en casa de los Cullen por los gritos de Alice y Edward... Ellos me esperaban.

El tiempo, una vez más, se detuvo y me vi navegando por nuevos mares de inconciencia. Aitor estuvo a mi lado en todo momento, susurrando, rogando, que fuera fuerte y no me dejara caer. Hasta que Carlisle le regañó y sacó fuera. Entonces, quién me hablaba eran los otros miembros de nuestro grupo.
Danlin sólo pedía disculpas, se sentía culpable por mi enfermedad. Dilann me decía que no había nada porqué preocuparme, que él cuidaba de su hermana y del resto de los chicos. Ángel me hablaba sobre el día a día, contándome qué ocurría afuera, revisando a veces mis recuerdos para verificar que estuviera bien. Nana comentaba sobre cómo Isabella, la única que no me visitaba, trataba de reponerse a la idea de que su padre había muerto. Emma y Anieli entraban juntos y siempre hablaban entre los dos, uno comenzaba la frase y el otro la terminaba. Ellos prometían cuidar del grupo, junto a Ángel. Tommy era el más directo, él explicó que Aitor estaba en cama, con una crisis de nervios por lo que me había ocurrido. El metamorfo me pedía que despertara pronto, por el bien de Aitor.
Aún cuando mis amigos me acompañaban y ayudaban, yo no encontraba fuerzas para reaccionar. Me veía en un laberinto y no sabía cómo salir.

No sé cuanto tiempo pasó... Por los comentarios de Ángel, creo que varios dias, cuando una tarde al fin, Carlisle se sentó a mi lado y dijo:
-Hermana... Realmente me preocupa verte así. Edward sabe que puedes oírnos. Por eso te explico esto. Creo que puedo hacerte reaccionar. Has tenido un shock y si Emmett aplica fuerza sobre ti, talvez despiertes... Es mejor intentarlo que perderte...
Acto seguido, mi sobrino fortachon golpeó con todas sus fuerzas contra mi pecho. Un dolor que nunca antes había sentido me inundo y sentí que nada peor podía ocurrir... Hasta que otro golpe impactó en mi pecho... Sentí que me ahogaba, que no podía respirar... Y entonces abrí los ojos... Toda la familia me miraba expectante.
Danlin y Nana corrieron a abrazarme, al igual que Isabella y Emma. Pero ninguno de los hombres de mi equipo vino a saludarme... Dilann, Anieli, Ángel, Tommy, Aitor, todos faltaban en la habitación... Es más, ni sentía sus aromas cerca. Podía jurar que estaban fuera de la casa.

Emma me miró y asintió, comprendiendo mi gesto.
-Aitor se fue esta mañana. Los chicos salieron a buscarle. Él creyó que tu muerte estaba cerca porque malentendió una conversación entre Esme y Carlisle y por eso se fue... Ángel y Edward tomaron un sendero, Dilann y Tommy siguen otro camino y Anieli rastrilla con los animales... Lo encontraremos...- prometió, sosteniendo mi mano.

Tomé aire lentamente y más lento aún lo exhale.
Cerré los ojos, tratando de buscar al amor de mi vida... Una zona oscura y húmeda se abrió ante mis ojos. Acurrucado contra una pared, Aitor se daba la nuca contra el muro donde se apoyaba. En sus manos, una daga se preparaba para penetrar la fina piel de su cuello...
Abrí los ojos y salté de la cama... Debía evitar un suicidio... Debía salvar a Aitor.