POV Haziel
Aún no podía creer lo que estaba ocurriendo. En cuestión de horas nuestras vidas habían dado un vuelco sorprendente...
Había estado a punto de morir y, peor, Haydée se había visto también afectada.
Nilnad estaba gravemente herido luego del ataque a traición de Matirus y al dar su último respiro, Danlin había caído inconciente...
Sólo podía esperar que Agenor tuviera el valor y la fuerza como para salvar a su hermano...
Cuando la sangre comenzó a fluir por la herida del muchacho y sus ojos dorados brillaron tenuemente, supe que estábamos al borde del abismo. Un paso en falso y todo se perdería...
El padre de los chicos procuraba no romper en llanto, pero el dolor ganaba la pelea.
Los ancianos a mi alrededor cantaban sin cesar.
Danlin respiraba muy pausadamente, mientras el cuerpo de Nilnad se mostraba absolutamente carente de vida.
Agenor cerró los ojos ya exhausto y todo ocurrió...
Una fulminante luz envolvió a los mellizos y el silencio cubrió la habitación mientras todos mirábamos espectantes la increíble escena.
Minúsculas particular brillantes se desprendían de la sangre de Agenor y una tenue melodía se elevó en el ambiente... Dos corazones comenzaban a latir a la par. Dos corazones cantando la misma canción... Como al despertar a la vida hacía ya muchas décadas, de igual forma Nilnad y su hermano abrieron los ojos a la vez y respiraron entrecortadamente...
El júbilo y la alegría se apoderó de todos los presentes y comenzamos a gritar felices ante la salvación de los muchachos.
-Eso fue...- dijo Agenor con sus ojos brillando de emoción.
-Si... Fue increíble...- replicó Nilnad respondiendo a las palabras de su mellizo.
Ambos me miraron entonces con una sonrisa dibujada en sus rostros. La sanación era en verdad milagrosa.
El padre de los chicos y los ancianos salieron del cuarto a dar la buena nueva, en tanto los mellizos, perfectamente repuestos, y yo nos acercabamos a Danlin.
Agenor se quedó junto a mí, mientras Nilnad tomaba la mano de la joven y comenzaba a susurrarle palabras cariñosas...
Tal y como ocurrió con Haydée, Danlin despertó serenamente, como si su vida nunca hubiese estado en peligro.
Nilnad le miraba en silencio, sonriendo. Agenor y yo nos manteníamos unos pasos más atrás, procurando darles espacio pero dispuestos a ayudar si algo ocurría.
-Nilnad...- dijo ella, parpadeando varias veces.
-¿Si?- inquirió él, tomando su mano.
De pronto el gesto de tranquilidad en el rostro de la joven cambió drásticamente, alejó su mano de la de Nilnad y enojada dijo:
-Nunca más me hagas algo así... Ni pienses en irte y abandonarme... ¿Tienes idea de cuánto me preocupé?
Agenor y yo nos miramos sorprendidos, pero Nilnad simplemente sonrió y asintió, diciendo:
-Perdona, mi vida... Nunca más me iré, lo prometo.
Ante las palabras de mi amigo, sonreí también y jalando del brazo a su mellizo, salimos del cuarto sin hacer ruido.
Mientras cerraba la puerta, alcancé a escuchar a Danlin.
-No me digas mi vida... ¿Qué te impulsa a mostrarte tan meloso? Debería negarte la palabra y estar furiosa contigo...- replicaba molesta.
-¿Por qué no? ¿Acaso no me amas? ¿O cómo explicas todo esto?- cuestionó él.
No pude evitar reírme por lo bajo.
Ahora Nilnad y Danlin debían de tener una larga conversación...
Y mientras todos festejaban la salvación de los chicos, mientras Agenor era rodeado por sus padres y tíos y recibía abrazos y cariños a millón, yo sólo pensaba en Haydée.
Mi novia debía de estar muy preocupada... Toda esta situación había sido de lo más estresante y ella no merecía nada de esto. También nosotros debíamos hablar y aclarar varios puntos...
