(Basado en el relato “Después del resplandor”, de Roberto Forte)
La noche cae plácida, ajena a la tragedia que en breve habrá de suceder.
Pronto la vida se extinguirá dolorosamente.
-Por culpa de un polvo resplandeciente- dirán algunos.
-Por culpa de un error humano- afirmarán otros.
La vida se extinguirá, trágica, triste, terriblemente.
La muerte llegará implacable y arrancará tantas existencias como le sea posible.
Luego el resplandor, esa luz de intenso color, ganará oscura fama.
Los hospitales se colmarán y el llanto habrá de despertar fuerte en toda la ciudad.
-Por culpa de un polvo resplandeciente- afirmarán los inocentes.
-Por culpa de un error humano- dirán quienes carguen la culpa.
La vida se extinguirá.
La muerte clamará victoriosa, trágica y terrible. Poco y nada quedará.
Antes del resplandor, la calma todo lo cubre.
La noche cae plácidamente, ajena al terror que pronto habrá de despertar…
Como dice la introducción, este relato surge luego de leer un cuento del escritor Roberto Forte. Un hombre humilde y excelente narrador que conocí este año en el curso. En realidad, ya había leído cuentos de este autor antes, pero me encariñé con sus textos este año, al leer cuentos de un libro que publicó hace poco tiempo.
Este relato forma parte de una carpeta que le regalamos a Forte como agradecimiento por una charla que nos dio en el taller.
