jueves, 29 de marzo de 2012

Decir adiós me duele en el alma...

Uno no se prepara para estos momentos.
Sencillamente, no imagina ni es capaz de pensarse en la situación de decir adiós y ya no mirar atrás.
Nos tomamos el tiempo, procuramos deglutirlo, pero nada se compara con el momento último.
Ya no volver a vernos, no ver a tenerte en mis brazos, ni escucharte andar por la casa... eso destroza.

Mis ojos de 8 años te van a recordar siempre como esa bolita de pelos que eras entre mis manos. Mis ojos de 8 años piensan en la mirada brillante de mi hermanita de 4 años, esa que te sostenía entre sus manitas con fascinación, que aprendió que no eras un peluche ni un juguete, sino alguien más de la casa.
Mis ojos de 26 años te ven como esa parte esencial del hogar. ¡Cuántas veces habrás dormido conmigo en la cama! ¡Cuántas mañanas me habrás acompañado a estudiar, sentándote sobre mis carpetas y papeles, esperando a que te mimara!
Todavía recuerdo tus ratos junto a la puerta, esperando a que mi hermana regresara de la escuela, porque esa nena de 4 años fue creciendo, pero siempre estuvo para vos y vos fuiste y sos todo para ella...
Mis ojos de 26 años miran a esa mujer de 21 años, que dedicó horas completas a cuidarte, amarte y darte tanto cariño como era posible. Esa mujer que amo, porque es mi nena, esa mujer niña que aceptó despedirse, igual que yo, sufre en silencio.

Y duele, Pancho, vos sabés que duele. Duele decirte adiós, nos duele en el alma.
Mamá, abuela, todos sufrimos. Es imposible no pensar en un momento de nuestras vidas y no recordarte ahí, siempre ahí, con nosotros.
Toleraste todo, desde cambiar de casa varias veces hasta soportar una operación cuando los especialistas daban pocas posibilidades. Lo hacías por nosotros, lo hacías por esa criatura de 4 años, ya crecida, que te necesitaba a su lado.

Hay quienes creen que a los chicos no deben darles mascotas. Vos no fuiste jamás una mascota. No pudimos ni podemos mirarte así, jamás lo haremos.
Hermano, sobrino, hijo... miembro de la familia, eso fuiste y eso serás siempre.
Nunca vendrá otro como vos. Nunca podremos encontrar en otro el cariño que vos supiste darnos.

Jamás pensé ni quise pensar en tener un gato... hasta aquella noche, hace 18 años atrás, cuando llegaste a casa. 
Jamás creí que podría llorar tanto pensándote, ni que comprendería recién ahora lo mucho que te eché en falta al irme de casa hace ya algunos años. Y vos estabas siempre esperando, aguardando a que regresara para llenarte de cariños y tenerte entre mis piernas. 
Nunca te ibas del lado de mi hermana, con quien dormiste y viviste hasta el último momento. Eras su sol, ¿lo sabías? Eras nuestro pequeño sol, que nos hacía sonreír con sus travesuras, que siempre estaba listo para aceptar nuestros mimos.

Pancho, te voy a extrañar mucho... tal vez deje de hablar de vos. Tal vez ya no te mencione, porque me conocés, odio mostrarme sentimental frente a los demás, pero sabés también cuánto te quiero y me importas.
No soy capaz de decirte adiós, Pancho, no puedo ni quiero. Sólo te diré hasta pronto e intentaré sonreír. Seré fuerte, mi nena de 4 años que te quiere me precisa. Yo, la nena de 8 años que una vez fui, la hermana mayor, debo poner el hombro y sonreírle a ella, que lo necesita, y no soy capaz, el llanto me gana y ella termina confortándome a mí, aunque ambos sabemos que debería ser al revés.
En ese cielo en el que ya debes estar paseando, espero que existan camitas mullidas y cobijas calentitas. Espero que te encuentres con Lucy, que si bien se peleaban bastante, se querían, ¿verdad? Ella debe estar esperándote, te quería como un hijo a pesar de ser de especies diferentes.
Te quiero, Pancho… no nos olvides. Jamás te vamos a olvidar.
Hasta pronto, tigre chiquito. Vamos a reencontrarnos, lo prometo. Somos energía. Como energía llegamos al mundo y fluimos de un lado a otro... Hasta pronto! Me duele en el alma decir adiós.

10 comentarios :

  1. Seguro que Pancho sonríe desde el cielo ^^

    ResponderEliminar
  2. Una de esas lecturas que lo dejan a uno que no sonríe ni llora...

    ResponderEliminar
  3. Lamento querida que hayas perdido a tu querido gato Pancho... Sé lo duro que es perder una mascota querida... Por eso te dejo aquí estas palabras de ánimos, para darte fuerzas... Y sigue con tu vida, seguro que Pancho querrá verte feliz y sonreir >.<

    Besitos dulces, muak!

    ResponderEliminar
  4. Hola divina me sacaste lágrimas con tú entrada ya que te comprendo muy bien.Me ha tocado pasar por lo mismo.Te mando un fuerte abrazo y fuerza.tkm

    ResponderEliminar
  5. Que bonitas palabras... siento mucho la pérdida :(

    ResponderEliminar
  6. Sé lo que es pasar por eso, y volveré a pasar más veces porque no me resisto al calor de su compañía. Mucha fuerza!

    ResponderEliminar
  7. Siempre es difícil perder a una compañía. Siento esa pérdida pero te doy muchos ánimos :)

    ResponderEliminar
  8. Triste, también ya pasé por eso y lo siento mucho pero ánimo!
    Un abrazote!

    ResponderEliminar
  9. Es un dolor muy grande que solo quien lo vive alguna vez puede entenderlo. Fuerza !

    ResponderEliminar
  10. Qué triste!! pero hay que pensar que Pancho ya está en el cielo feliz y que todo el amor que vos le diste está con él, formando un lazo tan fuerte e irrompible. Te mando toda la fuerza.
    Besos y ánimos.

    ResponderEliminar

Los blogs viven de los comentarios...
Gracias por ayudar a que el mío crezca!!!