El tren parte y tú no estás.
Sola, una vez más, salgo en busca de mi camino.
Prometiste estar siempre para mí. Juraste que serías mi puerto seguro.
Duele admitirlo, algo en el fondo de mi alma me avisaba a gritos que no debía creerte.
Por eso no hiere estar así, sola, una vez más.
Ya no rogaré por tu presencia. No. Nunca jamás.
[Camille sigue siendo tan sincera y lastimera como siempre. No sé si Joaquín será capaz de ganarse el perdón. O si lo pretende siquiera...]
¡Hola Erzengel! ¿cómo estás?
ResponderEliminarSi digo que nunca me he sentido como lo que siente la protagonista de lo que has escrito, mentiría ^^.
¡Me encanto!
¡ Cuídate mucho! y adiós.
Ay Joder Erz!!!!!! Comienzo a odiar a Joaco :( ... aunque a Camille le diría "Nunca digas nunca" ;)
ResponderEliminarPrecioso =) muy profundo.
ResponderEliminarAinsss... ese momento en que te sientes defraudada pero con todo el amor del mundo aún en el pecho :O
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