Ataque sorpresa

   -¿Estás segura? -preguntó Jaref dudando.

   -Es obvio que está segura, segura y loca... esto no me gusta nada -comentó Karim.

   -Chicos, bajen el tono, se supone que debe ser un ataque sorpresa, si nos escuchan estamos perdidos -les detuvo Makena.

   Saileen sólo suspiró, tensó la cuerda de su arco y apuntó al lugar por donde pronto se mostraría el objetivo. En esos momentos no escuchaba a sus compañeros, sólo se limitaba a prepararse para el instante culmine de aquella espera.

   -Saben tan bien como yo... -dijo sin girarse a mirar a alguno de ellos- Que sólo así tendremos oportunidad de estar a solas con él y reclamarle justicia.

   -Piensas secuestrar al Comandante en Jefe sólo para decirle que no te gusta que haya enviado a prisión a Joshua sin un juicio previo -replicó Karim.

   -Josh es inocente, lo sabes tan bien como yo. No tolero la idea de saberlo en una celda minúscula esperando a que la Corte atienda su caso. Es injus...

   -Aún sigo pensando que esta idea es demasiado descabellada -le detuvo Jaref- Sé que es tu hermano y claro que me molesta verlo tras las rejas, pero esta no es la manera.

   -Si no les gusta, pueden irse -Makena intercedió, haciendo una mueca.

   Karim y Jaref se observaron fijamente. Los gemelos se conocían muy bien, no precisaban hablarse para dar a conocer lo que estaban pensando. Joshua era su mejor amigo, su compañero de batallas, su hermano de guerra. Dejarlo a la deriva era un crimen que no podían permitirse.

   Karim bufó. Si fuese Jaref el condenado, él mismo haría lo que fuese para rescatarlo. Y tanto Saileen como Makena estarían a su lado para brindarle apoyo y ayudar en lo posible.

   Jaref sonrió. Sabía exactamente dónde vagaban los pensamientos de su hermano. Él sentía lo mismo...

   -No nos iremos. Sabes que no podemos -murmuró Karim negando con un gesto.

   -Simplemente creemos que podríamos buscar otra forma -agregó su gemelo.

   -No tenemos tiempo. Mañana salimos en una nueva misión, dejar a Josh aquí sería muy... -Makena no pudo terminar la frase. A pocos metros de su posición, Saileen había movido sus dedos y la flecha liberada surcaba ya el aire rumbo al blanco fijado.

   Con un ruido seco, el caballo que hacía las veces de transporte del Comandante cayó al suelo y derribó a su jinete.

   Saileen sonrió triunfante.

   -Vamos -urgió-, debemos apresurarnos antes de que lleguen los guardias. Es ahora o nunca.

   Sincronizados, los demás corrieron junto a su compañera rumbo al lugar donde el Comandante yacía inconsciente.

   -Esto va a ser interesante -anunció Karim sonriendo-. Vamos a ver cómo hacen para seguirnos el rastro.

   Saileen hizo oídos sordos al comentario en tanto amordazaba, con ayuda de Makena, el cuerpo del maltrecho jefe de armada, presurosa por escapar cuanto antes.

   -Será divertido -afirmó Jaref vigilando los alrededores- No sé por qué nos preocupaba tanto secuestrar al Comandante. Esto ha sido más sencillo de lo que pensaba.

   -El problema será conseguir que haga lo que pedimos -indicó Makena- y liberarlo luego sin que nos atrapen.

   Los gemelos hicieron silencio una vez más, mientras cargaban con la víctima. Makena llevaba la razón, pero no se arrepentían de haber acompañado a Saileen en aquella travesía. Debían rescatar a Joshua, eso era lo único que importaba por el momento. Lo demás se vería después, si lograban su principal objetivo.

Escrito con música de fondo: The York Reel Dancing Feet, Gerald Trimble.

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Regresamos de a poco, activando el blog de la mejor manera que conozco: escribiendo y liberando mis ideas al viento.
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