Pluma a pluma me desgajé.
Pluma a pluma me desangré.
Y en el fondo del mar,
al mar mismo me entregué.
Sabía que no llegarías,
ni me rescatarías.
El mar me arrastra al fondo,
y la noche se vuelve oscura y fría.
[Camille intentó hacer un poema, pero salió algo triste y lastimero.
Joaquín no se va a sentir nada bien cuando lo lea.]
Nos leemos pronto!