Cierro los ojos y tan solo escucho.
Los murmullos de la vida que me rodea gorgotean por lo bajo.
Podría aniquilarlos a todos. O darles la chispa que les falta para convertirse en seres completos.
Sonrío. Se me da bien esto de manipular a mi antojo su suerte.
No podré jugar con ellos siempre, eso lo sé. En algún momento deberé elegir a quién mantener y a quién desechar.
Mientras, mi papel descansa en blanco y mi pluma rebosa de tinta.
Mis personajes pelean entre sí, reclaman mi atención.
La noche oscura envuelve sus apariencias y se me figuran simples almas en pena.
Cuando escribo sobre ellos, se cargan de color y cuerpo, forma y fuerza.
No es tiempo todavía. Falta bastante para que ocurra.
Mis pensamientos danzan cerca, intentando convencerme de una u otra historia.
Hago de cuenta que no los escucho y me voy a dormir.
Hay días que siento que mil vidas corren por mis venas. No todas son mías, pero saberme con el poder de dominarlas me alegra un poco la noche...
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Nos leemos pronto!
Me encanto... y me siento tan identificado (:
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