La noche despierta y me invita a
caminar.
Doy el primer paso y me detengo.
Miro hacia los lados, esperando alguna reacción del universo que me rodea. Como
atendiendo mis acciones, el cielo responde y se acerca… las estrellas brillan
al alcance de mis manos.
Una suave brisa despierta a mis
espaldas y me impulsa a seguir.
Sonrío y doy el siguiente paso. Puedo
sentir el suelo bajo mis pies al tiempo que se hunde levemente. La oscuridad me
impide ver las huellas, pero sé que están ahí. De todas maneras, no volveré
sobre ellas. El mundo se desarrolla frente a mis ojos y me invita a conocerlo.
El sabor a verde me inunda y me estremezco.
Hay un tinte de alegría que no sé nombrar, pero está ahí y me conmueve sin
pedir permiso.
Esta es de esas noches mágicas,
donde uno puede soñar y volar alto y nada ni nadie es capaz de hacer de
obstáculo.
Me dejo llevar por la brisa y el
sendero se dibuja poco a poco, siempre unos pasos más adelante, pero sin dar
mucha información, sólo la suficiente para que me sienta animada y desee saber
qué hay más allá.
No pongo resistencia. Camino,
siento, vivo a pleno.
Hay noches en que simplemente,
uno debe ser. Dejarse existir y sentirlo en cada poro de la piel. Permitirse vivir
y saborearlo sin miedos ni dudas.
Noches despiertas que invitan a
caminar…
-----------------------------
Inspirada en You Raise Me Up, de Westlife.
Nos leemos pronto!