sábado, 31 de julio de 2010

Capitulo 13: El Corazón de Sophía

Nana y Danlin llegaron temprano al aeropuerto.
Nana estaba nerviosa, entusiasmada por ver a su hermano luego de tanto tiempo.
Danlin quería volver a encontrarse con aquel amigo de su niñez. Lo recordaba lleno de sonrisas, simpático y siempre alegre.
Las horas se movían lentas y el avión no llegaba.
Por el altavoz avisaron que había tormenta y los vuelos se retrasaban.
Francisco tardaría más de lo esperado en regresar.

Nana suspiró y llamó a Sophia, para avisarle. Su amiga podía ponerse muy ansiosa en cuestiones como ésta. Ademas... Francisco había prometido traer chocolates de cada ciudad que visitara. Él siempre cumplía sus promesas. Ella siempre sonreía ante las ocurrencias del muchacho.
Siendo que Nana y Sophia eran amigas desde muy niñas, Francisco era uno más del grupo, de bebé había sido el muñeco con que jugaban siempre y de más grande, un excelente amigo.
Si Nana era su hermana del corazón y mejor amiga, para Sophia, Francisco era un hermano menor.

Recién a la tarde, casi noche, el avión llegó luego de un extenuante vuelo.
En cuanto los pasajeros comenzaron a bajar, Nana y Danlin corrieron a esperar a Francisco.
Ambas buscaban entre aquellas personas que se movían cargando equipaje ligero un rostro conocido.
Ambas recibieron una gran sorpresa al encontrarle...

Nana esperaba ver a su pequeño hermano, el chico desgarbado y algo bruto para caminar, de piel muy blanca y cabellos castaños.
En su lugar, un joven de musculatura bien desarrollada, piel bronceada y con mechas de color rubio en sus cabellos peinados a la moda, le sonreía mientras caminaba hacia ella. Ya no era ningún niño. Ahora parecía todo un hombre.
En tan sólo unos meses su hermano se había convertido rotundamente.
Pero no perdía su característica sonrisa. Sólo eso y su mirada brillante le permitían a Nana reconocerlo.

Danlin buscaba a su amigo de la infancia.
Ese niño que siempre hacía bromas pero sabía ser serio cuando era preciso.
Cuando le vio llegar, le miró atónita.
Un muchacho apuesto, de radiante mirada y físico bien torneado sonreía a Nana y caminaba tranquilo hacia ellas.

Detrás, varias azafatas miraban al joven con gesto atontado. Él era el tipo de personas que atraía no sólo por su belleza, sino también por la frialdad con que sabía responder cuando una mujer se aproximaba a decirle algo...

-Hermanita...- dijo Francisco entre risas mientras abrazaba a Nana y la levantaba por los aires- Cielos... Te extrañé mucho.
-Y yo te extrañé a ti... Uff... Estás enorme...- respondió entre carcajadas mientras Danlin recomponía la postura.
El muchacho soltó a su hermana y miró a esa linda chica de rasgos orientales que estaba allí, también esperándole.
Se sorprendió de ver lo adulta que estaba Danlin y un brillo despertó en sus ojos.
-Niña... ¡Tú si que creciste en estos meses! - dijo sonriendo levemente mientras la abrazaba fuerte y aspiraba el dulce perfume de sus cabellos. Lilas... Siempre que él sentía ese aroma pensaba en Danlin y ahora la tenía entre sus brazos luego de tantos meses.
Danlin correspondió al abrazo algo molesta, confundida.
Él seguía siendo su amigo de la niñez, pero la miraba de una manera extraña, que la hacía sentir rara...

-Tengo hambre... ¿Qué tal si vamos a algún restaurant?- propuso Nana.
Francisco liberó de su abrazo a Danlin y ambos aceptaron la idea de Mariana. Ya habría tiempo después para ponerse al día...

Cuando por fin regresaron a su casa, Francisco se mostraba muy contento por vivir junto a su hermana y Danlin.
Mariana estaba exhausta, por lo que Danlin y Francisco se quedaron solos, en la sala, conversando sobre las miles de aventuras que el muchacho había tenido.

-¿Y Sophia? ¿Cómo está ella?- preguntó el muchacho cambiando de tema. Le resultaba extraño no tener mensajes en su celular o llamadas pérdidas... Ella lo cuidaba como a otro hermano más.
-Mi hermana cambió de médico y se mudó a un apto, cerca del hospital...- explicó Danlin.
-Si... Algo me había explicado en el último mail que me envío... ¿Ahora le agrada Javier? ¿O aún sigue mirándolo como si sólo fuera una molestia que no puede quitarse de encima?
Danlin estalló en risas ante la mueca con que Francisco había hecho la pregunta y suspirando dijo:
-Bueno, se hicieron muy amigos en verdad... Resulta que él es tan fanático del chocolate como mi hermana y también es muy tenaz... Logró ganarse su confianza y eso es bueno. Siempre está haciendo bromas y logrando que Sophia sonría.
-Vaya... Eso es todo un logro...- murmuró sorprendido el muchacho- Luego del asunto de Quimey pensé que yo sería el único especímen masculino con el que Sophia mantendría trato...
-Si... Yo pensé lo mismo... Pero Javier logró ganarse a mi hermana y cuida muy bien de ella... Vive en el apto frente al de mi hermana así que puede ayudarle si lo necesita...
Danlin sonrió, pensando en su hermana y valorando los cambios notables en que había influido Javier.
Sophia había sabido ser una persona llena de vida y alegría y luego, entre el abandono de Quimey y la muerte de su madre, ella se había transformado en alguien triste, con la mirada siempre lejana, viviendo más en sus pensamientos que en la realidad. Y ahora ella volvía a ser la de antes, volvía a tener ganas de vivir y para Danlin, Javier era responsable de eso... Por eso aceptaba a ese joven médico de mirada cálida, aunque no le gustara mucho que se refiriera a su hermana diciendo "princesa" o "mi vida", lo soportaba porque Sophia estaba bien y merecía ser feliz...
Javier había logrado que Sophia volviera a sonreírle a la vida y Danlin siempre le estaría agradecida por eso.

-¿Y si Sophia se enamora de Javier?- preguntó Francisco sacando a Danlin de sus pensamientos.
-¿Qué?- inquirió ella, confundida.
-Bueno, sólo digo que podría suceder que ella se enamore de su médico o viceversa... ¿no crees?
-Mmm... Eso es cosa de ellos, no mía... Mientras mi hermana esté bien, yo la acompañaré en cada decisión y seré feliz también...
El muchacho asintió, en silencio, mirando fijamente a Danlin.
Aún se maravillaba al ver que no había cambiado en nada, que seguía siendo igual de dulce y protectora que cuando eran niños y se descubrió demasiado interesado en ella.
Era inevitable mirarle y por eso mismo, sin dar muestra de su interés, decidió levantar un delgado muro de hielo... él no debía mostrar emoción alguna por Danlin... No, de ninguna forma... ella era su amiga y él debía de comportarse como buen amigo... Y aun así y todo, la curiosidad le empujó fuerte:
-Danlin... ¿y tú? ¿No tienes novio? ¿Nadie que te cante serenata fuera de tu ventana?- preguntó, esperando escuchar una negativa por parte de ella.
Danlin hizo una mueca de fastidio y sólo dijo:
-No tengo tiempo para novio alguno... Entre las clases y Sophia, mi día está completo.
-Oh... Ya veo... Pero, ¿No te gusta nadie? ¿No sientes interés por nadie?- diablos... el muro se estaba derritiendo, no, debía hacer fuerza y mantener el hielo...
-Francisco, no sé si te habrás caído y golpeado fuerte en algún paseo durante tú viaje, pero estás bien extraño... Sabes como soy, tengo mis metas claras. Prometi a Sophia que me graduaría a tiempo y eso intento y tampoco quiero alejarme de ella... Muchos de los chicos que conozco, por no decir todos, querrían que les dedique todo mi día y yo no tengo tiempo para eso...
-Vale... Perdona, sé cómo eres, sólo tenía curiosidad... No me has escrito ni un mail en todos estos meses... Sentía curiosidad, simplemente...- bien, la actitud de Danlin le ayudaba a mantener la barrera... ¿qué pasaba con él hoy? ¿qué efecto tenía Danlin sobre su persona para que no fuese capaz de mostrarse tan frío como con las demás mujeres?

Danlin sonrió. Era verdad, no le había escrito.
-Bueno, sobre los mails... Es que no sabía qué pensarías ante mi mudanza a esta casa, con tú hermana y contigo y sabía bien que si te escribía en algún momento saldría el tema y debería enfrentarte... Por eso no te escribí...- replicó, mirando al suelo.
-Danlin... ¿Cómo no te voy a querer en casa? Eres mi mejor amiga... Vamos...- sonrió Francisco, abrazando a la joven.
-Vale... Gracias... También tú eres mi mejor amigo... Estoy agotada... Me voy a dormir...- era imposible no devolverle la sonrisa, pero el sueño llevaba las de ganar.
-Si, yo también debo descansar...- respondió él, recuperando al compostura e intentando una vez más mantener el muro invisible que había creado.
Danlin asintió y se retiró a su cuarto.
Tenía una extraña sensación, un miedo que no sabía explicar. Miró el reloj, eran las 3 am... Demasiado tarde para llamar a su hermana. Debería esperar.


El teléfono sonó varias veces.
Danlin tardó en reaccionar, pensando que Nana respondería primero.
Pero Mariana estaba ya en el estudio jurídico...

-Hola...- dijo Francisco, desperezandose.
-Hola... ¿Estoy hablando con la casa de Mariana Anhart?- preguntó una voz masculina desconocida para el muchacho.
-Si... Soy Francisco su hermano. ¿Qué precisa?
-Yo soy Javier Sucre, el médico de Sophia... Llamo para avisar que ella está internada, por un cuadro de bronquitis...
-Bien, ya mismo vamos para allá...
Francisco cortó la comunicación mientras corría a despertar a Danlin y llamar a su hermana.
"Hermoso primer día de regreso", pensó mientras golpeaba la puerta de Danlin y esperaba que ella le atendiera.

2 comentarios :

  1. Ohhh Francisco!! me gusta este chico! La historia está cada vez más interesante, Erz genial!!!
    Besos
    T.

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  2. Hermanita! feliizz que bello cap! a demas has visto?? que bien.. muchas GraciasLilith! Ella estara encantada de eso... en el mundo bloggero hay mucho talento oculto!

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Gracias por ayudar a que el mío crezca!!!