Capítulo 21: El corazón de Sophia.

Hacía tiempo ya que Danlin había dejado de mirar con buenos ojos a Mar.
Ya no soportaba sus actitudes, la forma en que miraba a Francisco ni cómo hablaba con Sophia cuando ella salía de la habitación...
Simplemente, Danlin había comenzado a odiar a esa niña tan parecida y a la vez tan distinta a su hermana.

-Sophia llegará en cualquier momento y saldremos todos a almorzar- dijo Nana, mientras terminaba de ordenar la sala.
Francisco y Danlin a penas respondieron, pues estaban jugando con la consola wii.
El timbre sonó entonces y cuando Danlin abrió, su sonrisa se atenuó bastante al ver junto a su hermana a Mar.
Sophia notó algo raro en la adolescente, pero nada dijo, simplemente la abrazó fuerte y llenó de besos.

Mar pasó junto a las chicas, saludó a Nana y fue directo a Francisco.
Danlin miraba la escena ya molesta.
-Hoy estás muy lindo...- dijo Mar, mirando al muchacho de manera provocativa. Él se encogió de hombros, pero nada dijo. No le interesaba Mar en lo absoluto.
La chica entrecerró los ojos y empujó un poco más al decir:
-Que te hagas el difícil me encanta...
-Bueno, ¡ya basta!- el grito de Danlin resonó fuerte en toda la casa.
Nana y Sophia estaban hablando entre sí y quedaron mudas de asombro al ver esa reacción en alguien tan calmo como era Danlin.
Mar sonrió, como incentivándola a pelear.
-Debo soportar que llegues con mi hermana, te hagas la que ni me ves, no me dirijas el saludo y encima que prácticamente te le tires encima a mi mejor amigo... ¡Basta! ¡No te soporto!- los gritos de Danlin provocaban la risa en Mar, mientras Nana y Sophia comenzaban a enojarse y Francisco miraba atónito a su amiga, sin saber cómo reaccionar.

-¿Se puede saber qué te pasa?- ahora la que planteaba su enojo era Sophia, molesta con los gritos de su hermana.
Danlin la miró asustada y dudó su respuesta.
-Pero...
-Danlin, ¿qué te pasa? ¿Puedes responder a esa simple pregunta? ¿Por qué tratas así a Mar?
-Sophie, no entiendes...
-No, no entiendo. Y tampoco soporto verte así...
Danlin quedó muda, dolorida y triste ante el regaño de su hermana. Ella nunca le había levantado la voz.
Antes de que el llanto le ganara, Danlin se fue directo a su habitación, sin saludar a nadie ni decir palabra alguna.
Mar se disculpó, con la mirada baja y se fue de la casa previo un "hasta luego" en susurros.

Nana miró a su amiga enojada y molesta.
-Francisco, ve con Danlin, tal vez te necesite... Yo hablaré con Sophia- dijo la joven abogada con voz grave.
Sophia observó cómo Francisco asentía y hacía el mismo camino que minutos antes había recorrido Danlin.
-Bien... ¿Qué fue eso? ¿Por qué le dijiste esas cosas?- cuestionó Mariana.
-¿Por qué? Por cómo trató a Mar, tú también la escuchaste...
-Sí, pero sé bien que Mar ha estado provocando a mi hermano muchas veces y veo también la forma en que mira a Danlin cuando está cerca tuyo.
Sophia miró a su amiga en silencio.
-Danlin tiene derecho a sentirse mal, Mar es tu hermana de sangre, algo que ella nunca podrá ser y encima, Mar la trata mal... Deberías disculparte.
Sophia bajó la mirada, comprendiendo que había cometido un error.
-Tienes razón...- murmuró- Pero sé bien cómo es, esperaré un rato antes de hablarle.
Nana sonrió, contenta con la respuesta de su amiga y rápidamente cambió de tema.
-Y hay algo más de lo que debemos hablar...
-Te escucho.
-Es sobre tu padre y la demanda. El juicio aún sigue, porque hay registros de una denuncia de tu madre en la fiscalía, denuncia donde explicaba que ella y William se separaban de común acuerdo...
-¿Y eso qué significa?- Sophia se veía confundida.
-Significa que no importa si William engañó a tu mamá y que aún tiene derecho a reclamar herencia.
-Pero Nicolás tiene mi edad- replicó la joven, desanimada.
-Sí, pero él no lleva el apellido de William y los registros de la época en que Nicolás era pequeño se perdieron de la Oficina Pública de Personas como otros miles más, el día de la gran inundación... Es como si él siempre fue sido hijo sólo de su madre. Es algo complicado y engorroso, pero la cuestión es que el juicio aún sigue y tenemos oportunidades de ganar si manejamos bien nuestras cartas...
Nana hablaba con el típico tono profesional, lo cual le daba más confianza a Sophia.
En verdad, todas estas cosas de la herencia le molestaban bastante.

-Pero... La herencia que él reclama es sólo su parte. Las empresas, casas y todo lo demás a mi nombre seguirá siendo mío- dijo, pensativa.
Nana asintió.
-Entonces que él se quede con su parte, yo les dejaré lo mío a Danlin, Francisco y a ti... Ustedes son mi familia.
Ante las palabras de Sophia, Mariana hizo una mueca de dolor. Ella no era capaz de imaginar la pérdida de su amiga, menos aún heredarla...
Pero Sophia sabía que estaba cada vez más débil y no pensaba perder tiempo con nada.

-Para nombrar heredera a Danlin tendrás problemas, ella no está nacionalizada, sigue siendo China... Y peor, es menor de edad- replicó, suspirando.
-Bueno, Francisco y tú se harán cargo.
-¿Y si nos sucediera algo? Debemos buscar otra solución...
-Bueno, lo haré fácil. Me casaré y adoptaré a Danlin y caso cerrado. Igual, no me queda mucho tiempo, da igual con quién me case, haremos un contrato y listo.
El rostro de Mariana se cubrió de espanto y miedo. La naturalidad con Sophia hablaba de la cercanía de su muerte le inquietaba. Aún así, Sophia parecía resuelta a lograr su cometido...
Mientras, Francisco intentaba hablar con Danlin a varias paredes de distancia.

-Vamos, ¿no vas a dirigirme nunca más la mirada?- preguntó el muchacho observando a Danlin que estaba tendida en la cama con la almohada cubriendo su rostro.
-No. Nunca...- dijo ella, calmando el llanto- ¡Mira la vergüenza que he pasado!
-Danlin... Primero y principal, sabes que tu hermana te quiere y que si supiera lo que Mar hace a su espalda no te habría regañado. Segundo, es imposible nunca más mirarme... Algún día deberás levantarte de la cama.
Francisco sonreía, esperando la respuesta de su amiga.
-Perdona- Danlin bajó la almohada y miró a ese chico apuesto y simpático que estaba consolandola con una sonrisa en el rostro- Perdona, de verdad. Sé que no debería haberme metido, pero me desespera cómo te mira.
-¿No serán celos lo que percibo?- inquirió Francisco riendo.
Le gustaba y mucho ver así a Danlin, marcando terreno. Incluso enojada, ella era hermosa.
Dios... Cada día la amaba más. No tenía remedio, no podía evitarlo.

Danlin abrió grande los ojos, sorprendida. No, de ninguna manera. Ella no estaba celosa, no había forma... Él era su mejor amigo. Simplemente odiaba ver a Mar cerca de Francisco.
-No estoy celosa...- dijo, cubriendose el rostro una vez más con la almohada, con el único objetivo de ocultar el tono escarlata de sus mejillas.
-Te creo, te creo- mintió el muchacho y estalló en risas.
Pocos segundos después, Danlin también reía, debido a las cosquillas que Francisco le hacía.

Sophia miró a Nana y esbozó una gran sonrisa.
-Creo que voy a ganar la apuesta- dijo segura de sus palabras.
-Sí, es verdad... Helado de chocolate con chispas de chocolate blanco, uff, será costoso el pago...- repuso Mariana riendo.
Tiempo atrás, la apuesta había surgido una tarde de primavera.
Hacía pocos meses que Sophia y Patricia habían regresado de China trayendo consigo a Danlin, con a penas 7 años de edad.
Danlin y Francisco recién comenzaban su amistad por aquel entonces.
Estaban en la plaza, jugando, cuando un niño quiso golpear a Danlin para arrebatarle el columpio. Francisco era mayor en edad, pero no tanto en físico y aún así, defendió a Danlin valientemente.
Sophia y Mariana lo habían visto todo desde el banco donde estaban tomando un rico helado.
Ante la reacción de Francisco, Sophia había propuesto:
-Te juego un helado de estos a que algún día tu hermano y mi hermana terminarán juntos... Así seremos familia oficialmente.
Nana sonrió y estrechó su mano con la de su amiga.
-Vale, pero deberemos esperar...
-No importa. Esperaremos.

Ahora, 10 años más tarde, Sophia mantenía su idea y Mariana sonreía entusiasmada.
Mientras, Danlin y Francisco seguían riendo ajenos a la apuesta de sus hermanas.

Mar tomó el camino de regreso a su casa.
Odiaba el plan de su padre. No quería seguir molestando a Danlin, pero William le había dicho que era lo mejor...
En situaciones como ésta, Mar rogaba para que su hermano regresará pronto. Quería irse a vivir con él, dejar de hacer maldades. En verdad anhelaba llevarse bien con Danlin, Sophia y los demás.
Las amenazas de William la mantenían en curso, y día a día más odiaba eso en que se estaba convirtiendo. Francisco le caía bien, pero no sentía nada por él y eso de fingir le pesaba bastante.
Además, ver el enojo en Sophia, el regaño a Danlin y el dolor en ella cuando se fue a su cuarto le hacían sentir peor.
Mar sabía que podía ser mejor persona. Necesitaba a Nicolás como apoyo y defensa y si todo salía bien, muy pronto podría dejar de hace el papel de mala. Incluso podría explicarle todo a Sophia y los demás, pedir disculpas y tratar de entablar una relación sincera.
Sí. Así sería... Cuando Nicolás regresara todo cambiaría y para bien. Al menos, eso sonaba Mar.

(Dedicado con mucho amor y cariño para:
Nana, hermanita, felicitaciones por tus excelentes calificaciones! Descansa un poco ahora...
Danlin, encanto, pilas y ánimos, sé que puedes con el insti. Cuenta conmigo siempre...
Mar, sé que seguramente no leas esto, pero igual te pienso y deseo lo mejor.
Hermanitas las quiero mucho a todas! Espero tener noticias suyas pronto ;) )