lunes, 21 de junio de 2010

Capítulo 12: Custodia Eterna

Nuevamente sentía ese extraño impulso de salir a caminar, de ir en busca de alguien...
Aún me sentía cansada. Lo sucedido la noche anterior todavía me afectaba.
Y Reuen se había ido... ¿Con quién podía hablar sobre mis dudas? ¿Con quién habría de descargar mis miedos?
Todo esto parecía irse de control...
Gracias a dios Karim estaba bien y no había resultado herido seriamente.
Todo esto resultaba ser más peligroso de lo que podría haber imaginado y una vez más deseé cerrar los ojos y al abrirlos descubrir que todo había sido un sueño.
¿Quién me creería si me escuchaba decir que yo no era yo, no era en verdad la hija de mis padres sino que sólo el era un cuerpo conteniendo el alma de una antigua bruja que no debía morir para no desatar el peor mal sobre el mundo?
Todo parecía salido del peor cuento de hadas, porque por como yo lo veía, todas las lanzas, flechas y balas apuntaban a un único blanco dibujado en el medio de mi pecho...

Suspiré, mientras saboreaba sin ganas mi almuerzo.
Reuen tenía razón. Yo debía aceptar su ayuda y comenzar a entrenar cuanto antes. No podía dejarme vencer. No iba a permitir que mi vida corriera peligro. ¿qué pasaría si alguno del bando "malo" intentaba dañar a mi familia? No... No podía permitir que eso sucediera. Nunca.

Una sensación de haber vivido algo similar me invadió. Odiaba tener tantos deja vu, últimamente sentía que muchas de las cosas que hacía ya las había hecho antes... Tal vez Queila las había hecho. Tal vez yo estaba recordando de forma inconsciente aquella otra vida.
Cerré, los ojos cansada y me hundi en un suave sueño...

Un enorme espejo se levantaba en medio de la habitación. Me acerqué para contemplar mi reflejo en él y para mi sorpresa, el espejo devolvió la imagen de dos mujeres... A la derecha podía ver a una joven de cabellos rubios y ojos claros, que me sonreía cálidamente. A la izquierda mi reflejo, con mis cabellos castaños y mis ojos café, también sonreía.
Lo más extraño era que mi reflejo y el de la otra chica estaban juntos, ambas figuras se mostraban tomadas de la mano...
-Yo te ayudaré...- susurró la extraña de rubia melena.

-Hollie... Hollie...- mi hermano sacudía mi hombro, hasta que vio que yo abría los ojos.
-¿Qué pasa?- lle pregunté, bostezando.
-Te quedaste dormida mientras almorzabas. Vaya noche que tuviste...- dijo, sonriendo.
Asentí, desperezandome y poniéndome de pie.
No podía explicarle lo sucedido a mi hermano, nadie debía saberlo. No quería poner en juego la vida de nadie más.

Regresé a mi cuarto a paso lento, luego de limpiar mi plato y ordenar todo en la cocina.
Me tumbé en la cama, mirando el techo.

Una vez más, como siempre que estaba en silencio absoluto, pude escuchar débiles voces que armaban conversaciones entre si.
Nunca dije nada a nadie respecto de eso que podía escuchar. No quería que me tomaran por loca.
-Debemos hacer algo... Y pronto...- decía una voz desconocida- Antes de que sea demasiado tarde...
-Si... Mi deber es protegerla y eso haré...- replicó otra voz, asombrosamente parecida a la de Reuen- Debemos encontrar la forma...
El sonido se hizo más distante y se apagó.

Un sonido junto a la ventana llamó mi atención.
Dirigí mi mirada hacía ese lugar y descubrí a Reuen que me sonreía, sentado en el marco el ventanal.
-¿Todo bien?- preguntó, un brillo extraño iluminaba sus ojos.

1 comentario :

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