Planes a futuro que ponían en evidencia su pensar revolucionario.
Él anhelaba otra realidad. Quería cambiarlo todo y alcanzar los sueños que guardaba para su amado país.
Y llegó al límite, a la frontera de lo permitido.
Jugó a ser Dios, planteó guerra, persiguió, acorraló y puso fin a la vida de miles de inocentes.
Exterminó tantas existencias que los ángeles de la muerte se sintieron desplazados.
Defendió a ultranza sus creencias y convicciones.
Quiso lograr una nación conformada por seres superiores. Borró del mapa a cuantos débiles encontró a su paso.
Y se sabe que valoraba a aquellos de cabellos rubios y ojos claros, aún cuando no contara con esos rasgos.
No es necesario decir su nombre. El mundo entero, la humanidad misma, jamás podrá olvidarlo.
Él se creyó superior y marcó la historia con sus ideas y acciones.
Discriminación, racismo, nazismo. Él le dio significado a todo…
Un simple hombre que movió pueblos enteros y masacró a millones.
Ese hombre al que todos saludaban levantando una mano, logró que se reconociera a su país, pero con un triste y doloroso título: “La cuna del Holocausto”.
Este texto surgió bajo la consigna de escribir algo referido a la discriminación.
Lo primero que me vino a la cabeza fue esta idea y así quedó, no le hice arreglos ni nada, directamente lo presenté así a la clase...