Tatuado el Deber: Introducción y capítulo 1

Hola!!!!

Sábado con sorpresa...

Hoy comienza esta nueva historia, que tendrá como protagonistas a dos hermosas mujeres, hermanas bloggeras que adoro...

Espero les guste y me dejen sus comentarios...

Introducción.

“Cuando ya todo lo pierdes, cuando nada te queda…

Luchar, matar, aniquilar, su vuelven tus objetivos.

Morir no es un miedo, en un deseo…

Hasta que te encuentras cara a cara con él.

Hasta que él cambia todo, se vuelve tu todo…”

Capítulo 1

En plena noche, cuando ninguna estrella brilla debido a la proximidad de una terrible tormenta, la ciudad duerme tranquila. Las calles vacías parecen pueblo de nadie y el silencio se rompe únicamente por el silbido del viento que hace mover las ramas de los árboles secos de vida. El invierno está en pleno despliegue y falta aún bastante antes de que los brotes evidencien la llegada de la primavera.

En una esquina de la principal avenida, una luz enceguecedora ilumina todo durante varios instantes. Una mujer aparece, entonces, de la nada misma. El puente energético se ha desvanecido y nadie ha sido testigo de la llegada mágica de Macu, una muchacha de cabellos violeta y piel pálida.
Macu suspira y guarda en su empuñadura la espada que aprieta fuerte con su mano derecha. Olfatea el aire para asegurarse de que no hay enemigos cerca y comienza a caminar con total naturalidad.

La sociedad humana ha avanzado mucho a los largo de las últimas centurias. Ahora, las ropas que viste Macu, el color de sus cabellos, el piercing de su ceja y los innumerables tatuajes de brazos y piernas pasan desapercibidos. Ella parece más bien una típica adolescente fanática de algún grupo de rock, aunque nada tiene de típica y menos aún de adolescente.
Lleva ya 300 años viviendo como una eterna joven de poco más de 20 años. Odia eso. Sueña con poder envejecer. Anhela verse con arrugas, eso la mostraría más normal. Pero no es normal. Nunca lo será. Ya no…

Sus tatuajes son únicos y distintos unos de otros. Todos son de color rojo oscuro con bordes negros, a excepción del pequeño tatuaje de color azul que rodea su muñeca derecha como si fuese una pulsera dibujada perpetuamente en la piel. Esos tatuajes son muestra de lo que ella es: la única forma de adquirir esas marcas en la piel es dando caza y matando Demonios…
Sí, Macu es una de los tantos Cazadores que viajan por el mundo exterminando seres diabólicos. Cada Demonio muerto es un tatuaje rojo en su piel. El tatuaje azul es otra historia. Algo que Macu preferiría olvidar, pero le es imposible. La pulsera pintada fue la primer marca, la que lo originó todo… luego, poco a poco, brazos, piernas y pies se llenaron de miles de dibujos. Aún hay lugar en cuello, tórax, manos y espalda. Aún le quedan siglos para cumplir su tarea, para purgar su condena…

No puede morir. Ya lo intentó varias veces y siempre que recibe una herida sana milagrosamente. La muerte no es una opción para ella, pero la ha deseado muchas veces.

Macu camina a paso normal, sabe que llega con tiempo de sobra a su encuentro con Irene. Irene…
Irene es la su mejor amiga, su única amiga. Ambas llevan el mismo destino, la misma suerte… se conocen desde antes, cuando eran humanas comunes y corrientes. Y fue un mismo suceso el que hizo que tanto Macu como Irene sean ahora Caza-Demonios.
Un nuevo tatuaje duele levemente en el hombro de Macu. El Demonio que exterminó era poderoso y enorme. Darle muerte le costó cierto esfuerzo, por eso la marca duele más.

Ahora, Irene debe de estar yendo a su encuentro, desde el lugar donde cumplió su misión. Y seguramente, entonces llegará Thiago y les dará nuevas tareas que cumplir, nuevos Demonios para matar…
Macu se siente cansada. No físicamente. No precisa dormir, salvo en contadas ocasiones, pero su cabeza está a punto de decir “basta”. Ya no puede pensar en nada más. Quiere vacaciones. Vacaciones que nunca tendrá. El descanso llegará cuando la muerte le esté permitida.

Sabe que, a menos que cumpla la condena, la única manera de morir es dando la vida por un ser amado. Pero no tiene a quién amar. No. Ya no. No hay padres ni hermanos, no novios ni hijos… nada. Macu está sola y la única persona por quién siente afecto es como ella. Irene nunca correrá peligro, porque es tan inmortal como Macu. Entonces, Macu no ve forma de morir…
Ella ya ha pensado en intentar conocer a alguien, en intentar enamorarse de alguien para luego enfrentar a la muerte por ese ser amado y lograr al fin descanso. Pero es imposible. Macu ni siquiera se ha molestado en hacer el intento.
Una vez más, Macu suspira y sigue caminando.

A lo lejos, ve a Irene caminando a su encuentro. Thiago aparece a mitad de camino, materializándose con total naturalidad. Su rostro calmo se nota indiferente, pero su mirada oculta cierto miedo. Eso no es bueno. Los Ángeles no suelen temerle a nada…