Macu corre tanto como sus fuerzas se lo permiten. Esa explosión de poder parece estar llamándola a viva voz. Un Demonio está cerca y ella va en su busca…
La carretera se extiende inmensa delante de Macu, todo lo que ve son kilómetros y kilómetros de pavimento. Y no deja de llover. La tormenta ha teñido el cielo de negro y Macu parece la imagen de una gloriosa amazona, una mujer fatal capaz de dar batalla y quitarle la vida a quien desee. Una cazadora como es…
Irene ha tomado el camino hacia el norte, tal y como Thiago le ha indicado, y a poco de salir de la ciudad un pueblo llamó su atención. Algo hay allí. Algo que la atrae con fuerza indescriptible. Algo capaz de clamar su presencia…
Irene gruñe, el cielo se parte en mil y una arterias de luz. Otro rayo cae mientras ella decide que llegar corriendo no es la mejor decisión y aminora el paso. Ahora camina tranquila. La señal del pueblo es más y más cercana. Sí, un Demonio está allí, como aguardando su llegada, como anhelando encontrarse con ella… y la cazadora en ella le impide hacer oídos sordos al llamado.
Macu sigue por la carretera al sur y aún cuando ninguna ciudad o pueblo se dibuja delante suyo, puede percibir a poca distancia una estructura antigua. Un edificio que pareciera haber pertenecido a una vieja fábrica se alza en medio de la nada. Los muros grises y altos, sin cuidado algo, dan muestra del paso del tiempo. Nadie habita ese lugar. Ya ningún humano se acerca a sus inmediaciones.
La señal se siente más nítida y fuerte. Sí. Desde esa abandonada fábrica proviene la señal. Macu está segura de ello. También sabe que no es uno, sino dos, los Demonios… y esa energía que siente es la generada por algún tipo de enfrentamiento o pelea… no es sino hasta cuando llega a la puerta principal del edificio que Macu escucha un tenue llanto. Un llanto humano. El llanto de un niño.
Irene entra al pueblo y comienza a recorrer sus calles de tierra tratando de encontrar el mejor camino para llegar al punto donde nace la señal que siente. Falta poco para que amanezca y llueve aún torrencialmente. Por lo oscuro del cielo, la Cazadora imagina que el clima seguirá así hasta la noche siguiente.
Suspira al llegar a la plaza central y encontrar sorpresivamente al Demonio que sentía desde hacía kilómetros.
Un humano está allí. Irene no puede definir su edad, por las ropas que lleva y con el Demonio entorpeciéndole la visión, pero sabe que de sexo masculino y está asustado, muy asustado.
El Demonio no se ha percatado de la presencia de Irene y el factor sorpresa le ayuda. Con un rápido movimiento de su mano, un fluido ir y venir del brazo, la espada recorre veloz el espacio, cortando el aire existente y la cabeza del maldito que cae sin vida rápidamente.
Mientras los restos del Demonio se evaporan ante la mirada atónita del único testigo humano, Irene gruñe y sacude su pie derecho. Sus pantalones largos y la chaqueta cubren su cuerpo de las miradas curiosas. Debajo de la ropa, dibujados eternamente en su piel, miles de tatuajes se entrelazan unos a otros, tal como sucede con su amiga Macu y los demás Cazadores. Imágenes de vivo color rojo diseñan un complicado entramado en el cuerpo de Irene. Y este Demonio al que dio muerte ha dejado su marca en el empeine derecho. El ardor dura varios minutos, lo que evidencia que el enemigo tenía mucho poder.
Macu entra sigilosa a la fábrica. Camina usando sus poderes y eso impide a los Demonios sentir su cercanía. El pasillo que ha elegido termina en una única puerta. Se detiene y escucha. Los Demonios están discutiendo y un niño llora lastimosamente.
Cuando uno de los malditos gruñe y genera una esfera de poder, Macu entra a la habitación dando un grito de alto y se encara con ese individuo que está a punto de descargar su ataque. El otro Demonio toma al niño en brazos y desaparece dando fuertes carcajadas.
Macu baja su espada y recorre con sus ojos los brazos del Demonio que la observa furioso. Dos imágenes de color rojo furioso adornan cada muñeca. Él también ha eliminado a otros de su especie. El color vivo de esos dibujos le dice a Macu que las muertes sucedieron hace poco tiempo.
-¿Te das cuenta de lo que acabas de hacer? Ese malnacido se llevó a la encarnación de Lucifer... ¿te imaginas lo que sucederá ahora?- pregunta, bufando. Su voz, grave y seductora, asombra a Macu. La preocupación es evidente en ese Demonio de oscura mirada. Furia y preocupación brillando en esos ojos negros y profundos como la noche. Macu lo mira enojada también. Él es un enemigo más…
Irene se acerca al humano y le ayuda a ponerse de pie. Ahora que lo observa mejor, comprueba que el muchacho apenas si ha llegado a los 20 años.
-Gracias…- susurra- Pero necesitarás más que una espada para enfrentar al Demonio que tiene a mi hermano.
Irene se sorprende de esas palabras y el humano agrega:
-Ya eliminaron a mis padres, solo quedo yo… los Demonios quieren tener a su líder de nuevo… debemos detenerlos… puede que mi hermano sea la reencarnación de Lucifer, pero no hay una pizca de maldad en él y hay que cuidar que así se mantenga…
Irene respira profundo y levanta su mirada al cielo. Está comenzando a amanecer y esto que acaba de escuchar la deja sin palabras.
Mientras Macu gruñe, dispuesta a tacar al Demonio que está delante suyo mirándola enojado, Irene guarda su espada y espera a que el muchacho le explique todo…
Menudo lío en que se han metido.
Pues sí que es un lío. Me voy al siguiente a ver si se aclara...
ResponderEliminarEso mismo digo yo!
ResponderEliminarQue regalito mas maravilloso que nos has dado en este fin de semana!
Danlin, TKM!
MAP!
Imposible que a Macu le fuese tan fácil hacerse con el niño.
ResponderEliminarAsí que resulta que tiene un hermano mayor e Irene tuvo la suerte de encontrarle.
Voy a averiguar que le contó.
~Ade~
Oh mi querida Erzengel ya me tienes super enganchadísima, lamento haber tardado tanto en empezar esta historia, pero bueno, nunca es tarde, me voy con el 4 :D
ResponderEliminar¡Saludos!