Capítulo 6: Tatuado el Deber

Irene procura mantener un paso tranquilo para no cansar a Ian.

El muchacho no parece exhausto.

-¿Qué hace que un humano normal se convierta en Cazador?- pregunta él, mirando a Irene detenidamente.

Ella suspira y menea la cabeza, negando en silencio.

Hay cosas que no quiere recordar. Cuestiones que anhela dejar en el pasado.

-Perdona, no era mi intención molestar- repone Ian, al ver el cambio en la actitud de Irene.

La Cazadora intenta sonreír, pero es difícil. Ian ha abierto una puerta que quiere cerrarse y las memorias se inundad de momentos ya idos.

-La locura, el dolor… la locura provocada por la pérdida de un ser querido. Eso hace que un humano termine siendo Cazador…- murmura Irene, tratando de dar respuesta a la pregunta de Ian sin caer en contar demasiado.

Él asiente, pensativo. Trata de interpretar las palabras de esa mujer de cabellos rubios que resulta un misterio encantador a sus ojos.

-No todos los Cazadores son como yo… mi trabajo es una sentencia que debo cumplir a causa de algo que hice hace muchos años… no me arrepiento en lo absoluto. Nunca me arrepentiré. Si volviera a sucederme, reaccionaría de la misma manera…- explica Irene, suspirando.

La carretera limpia de autos, se muestra como un infinito sendero de color negro.

¿Dónde estará Macu? Irene piensa en su amiga, en el lazo que las une… un mismo pasado, una misma pena por cumplir.

-Con eso sólo me das más ganas de saber qué sucedió contigo…- indica Ian.

Irene sonríe sin alegría.

-Pues, no es momento de hablar de mi pasado.

-¿Cuándo, entonces? ¿Mañana?

-Nunca…- anuncia la Cazadora.

Una vez más, la máscara de la indiferencia y frialdad está calzada en el rostro de Irene.

Hay cosas demasiado hirientes como para salir a la luz.

Y de verdad ella cree que nunca será capaz de hablar con nadie del tema. Excepto con Macu, pero es que Macu estuvo implicada… Irene no precisa contar ciertos detalles, Macu ya los conoce, los vio y vivió a su lado.

Ian asiente, sin decir palabra alguna. Él también tiene secretos que guardar.

Irene no cuestiona ciertas cosas que Ian ha mencionado y el muchacho aprovecha eso. No piensa decirlo. No, no aún. Se avergüenza de su pasado…

Si ahora es hermano de la reencarnación de Lucifer, es porque debe serlo.

Irene mencionó una sentencia. Sí, lo suyo también es un castigo por cumplir. Debe cuidar del niño, de esa criatura que ve como hermano. Porque ya tuvo oportunidad de cuidar de alguien y no lo hizo…

Irene hace un alto y observa a su alrededor.

Ian la imita, dejando de lado sus pensamientos oscuros.

-Macu estuvo aquí…- dice ella.

-Sí, también mi hermano- indica Ian.

La Cazadora lo observa. Ese muchacho es extraño en verdad.

-Bien, sígueme y no te alejes… quiero ver qué ha pasado en este lugar- explica, sacando su espada.

El viejo edificio de una fábrica se muestra ante ellos destruido y abandonado por el paso del tiempo.

El paso de Macu por allí es claro, su aroma se percibe claro y fuerte. Pero ya hace horas de esto.

También es claro el paso de varios Demonios por esa zona.

Irene gruñe, no puede ver si hubo o no lucha, sólo la alienta saber que no hay sangre de su amiga en aquel lugar.

Macu debe de haber continuado camino…

-Tu amiga no se fue sola- advierte Ian.

Irene lo mira, una vez más sorprendida por sus palabras.

-Niño, debes explicarme muchas cosas y ya mismo…- anuncia la Cazadora, frunciendo el ceño.

Ian suspira y mira el cielo. Ya ha pasado una hora desde el mediodía y su hermano está lejos.

-Vale, pero no me atengo a las consecuencias… no te quejes luego de lo que tengo para decir…

Irene asiente, cruzándose de brazos. Ian cierra los ojos y comienza a hablar…


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