Capítulo 19: Tatuado el Deber

-Por favor... Explica lo que sucede- reclama Ian, nervioso y confundido.
Macu gira su rostro y lo observa detenidamente.
Hay secretos muy oscuros que no deberían regresar jamás del pasado, pero ya Irene debe de estar despertando a medio purgatorio y nada queda para perder.
-Bueno...- murmura la Cazadora de cabellera color violeta mirando a DK.
El Imparcial le devuelve la mirada más nada dice y Macu percibe que no hace ningún mal en contar la verdad.
Uriel oculta fácilmente su impaciencia. Mucho ha visto en los pensamientos de Macu y mucho también ella misma le ha contado. Sospecha ciertas cosas y tan sólo espera para verificar sus ideas.
Narim, por su lado, se limita tan sólo a apoyar su espalda contra la pared y cruzarse de brazos. Él sabe la verdad. Él lo ha visto y vivido todo desde lejos. Y desde lejos, ahora, escucha lo que habla la Cazadora.
Las gemelas saben de qué va el asunto. Conociendo al Neutro, saben perfectamente el tipo de cosas que él espera que hagan los seres a los que ayuda. Saben también del secreto de Macu e Irene... Unir cabos les ha sido muy fácil.
Ian, en cambio, está más y más nervioso. Tanto tiempo esperando que Irene hable, tanto tiempo viéndola cerrarse sobre sí misma y ahora Macu dirá algo que seguramente lo cambie todo...

-Hay cosas que siempre he ocultado- Irene suspira y mira a Aylen que no le ha quitado la vista de encima en ningún momento.
Se toma un momento para tranquilizar sus pensamientos y continúa hablando:
-¿Sabes? Yo no nací Cazadora, no tengo el Don en mí. Cumplo una sentencia, porque maté a un Ángel...
Aylen respira profundo y se fuerza por hablar.
-¿Qué te motivó a hacer algo así?
-Cuando te arrebatan lo que más amas, cuando tus sueños se destruyen porque el amor de tu vida se ha ido contra su propia voluntad, entonces ya no te queda nada más que la locura y la ira...- Irene cerró los ojos y rememoró ese instante que le destrozó su vida y la dejó hecha añicos.
-¿Tu novio era Cazador?
-Mi prometido. Él era hermano de Macu. El día que murió, llegó a nuestra casa herido y exhausto y falleció en brazos de Macu. Cuando un Ángel vino a reclamar el cuerpo, ambas enloquecimos. Mi amiga mató a ese Ángel, yo eliminé a otro que intentó cobrarse la ofensa. Así, ganamos una sentencia que parece eterna y nuestro deber se tatuó en nuestra piel... Cuando termine la condena, moriremos.
Aylen abrió grande los ojos. ¿Qué tenía que ver ella en todo eso?

-¿Estás diciendo que Irene y tú eran cuñadas?- pregunta incrédulo Ian, mirando a Macu con sorpresa.
La Cazadora asiente.
-Mi hermano se llamaba Joaquín y nació con el Don...

-Cuando mi prometido falleció, yo no sabía aún- indica Irene- De haberlo sabido habría pensando todo dos veces...
Aylen hace una mueca confundida.
-Estaba embarazada y debí tomar una decisión, eligiendo entre dos alternativas: abortar al bebé o renunciar a él ni bien naciera. Matarlo era algo que no pensaba hacer, por eso preferí tenerlo y que alguien más cuidara de su vida.
Los cabellos rubios de Irene bailan movidos por el viento.

-Desde arriba llegó la orden, el bebé estaría al cuidado de otra Cazadora. Irene sólo tendría derecho de darse a conocer y decirle la verdad cuando la criatura fuera mayor de edad y estuviera entrenando como Cazador...- explica Macu- Yo debía seguir las mismas reglas y dejar de lado mis emociones... Ahora es tiempo de que mi único familiar sanguíneo sepa la verdad.

-Aylen, juro que he intentado mil veces decirlo, explicar todo y decir que lamento haber causado tanto daño- Irene se acerca aún más a su hija, el llanto la atrapa y mientras toma la mano de esa joven que nunca pudo cuidar de niña, tan sólo susurra:
-Mi amor, perdona... No podía pensarte muerta. Si te lastimé, lo siento... Te amo, hija, y eres lo más importante para mi.
Aylen la mira desconcertada. Siempre había pensado que su madre estaba muerta, igual que su padre, y nunca se atrevió a preguntarle a su nodriza nada al respecto.
En su cabeza, la idea de una madre muerta al dar a luz era menos dolorosa que el de una madre que la abandonó y nunca volvió por ella.

-¿Aylen es hija de Irene?- Ian parece al borde de un ataque de ansiedad- ¿Cómo pudo tardarse tanto en decir la verdad?
Macu no puede dar respuesta, DK se le adelanta diciendo:
-Cada uno hace lo que puede con las cartas que le ha dado el juego de la vida... No cuestiones a Irene ni Macu, ya bastante han vivido.
Las gemelas y Macu se sorprenden al ver al Imparcial actuar así. Narim es quien habla entonces:
-Joaquín no merecía morir, él defendió a su familia hasta el último instante... Fue de admirar, nunca he visto esa lealtad entre los míos. Y la reacción de Macu e Irene, también me sorprendió. No podemos regañarlas por su silencio, todo fue por proteger a Aylen.
Uriel levanta su rostro y observa al Príncipe Demonio sin decir palabra alguna.
Algo está cambiando en Narim...

-¿Tú eres mi madre?- pregunta atónita Aylen, soltandose del agarre de Irene y dando varios pasos hacia atrás.
-Si, mi amor, y Macu es tu tia, era hermana de Joaquín, tu padre...
Aylen comienza a respirar forzado. Esto la sobrepasa.
Cierra los ojos y cuando vuelve a abrirlos, la furia está presentes en ellos.
-¿Cómo diablos pudiste mantenerte al margen durante más de dos siglos y medio? ¿Por qué vienes a decirlo justo ahora?- grita iracunda.

En el patio, todos escuchan los gritos de Aylen. Los momentos de silencio de los atribuyen a Irene y sus explicaciones...
Una luz enceguecedora ilumina todo y una mujer hermosa, de cabellos negros y ojos verdes aparece con gesto preocupado.
DK se acerca a ella, al igual que las gemelas y Macu.
Los Demonios e Ian observan desde sus posiciones...

-Karol- dice el Imparcial sonriendo- Gracias por venir tan rápido.
La levanta una mano en gesto de saludo y deja ver así un tatuaje rojo en la base de la muñeca. Es Cazadora, como las demás mujeres presentes.
-Mi querido Neutro, no puedo negarme a ayudar a Aylen, la he cuidado como si fuera mi hija desde que nació... Ay, Macu, gemelas, chicas las he echado tanto de menos- comenta mientras las aludidas corren a saludarla y abrazarla.
Macu suspira, un poco más tranquila. Aún si Aylen está furiosa, nunca le negará una oportunidad a Karol...
Un ruido atroz llega desde la sala dónde Irene está hablando con su hija.
Karol hace una mueca y sin decir nada camina hacia la sala...

Ian y Uriel miran expectantes, a la espera de una explicación. Narim no precisa presentaciones, conoce bien a Karol...

Irene está al borde de la desesperación. Aylen ha dejado de gritar, se limita a utilizar su espada y ya ha destruido media sala como muestra de su enojo. La joven está a punto de destrozar un ventanal cuando la puerta se abre y aparece Karol sonriendo tímidamente.
Aylen gruñe imaginando lo que habrá de suceder y sin dar aviso, sale corriendo por el pasillo principal. Mientras Karol va en su busca, los demás regresan a la sala para acompañar a Irene y darle su apoyo...
Ni Macu ni Irene están sorprendidas por la reacción de Aylen. Ya se lo esperaban venir, pero no por eso duele menos...