Capítulo 24: Tatuado el Deber

El grupo ha estado esperando a las Cazadoras con mucha ansiedad. El hecho de ver que el Ángel se ha marchado sin violencia de por medio, les da un poco de tranquilidad, aunque Narim y Uriel no han dejado de hablar en murmullos en ningún momento.

Ni bien Macu e Irene llegan de regreso, Ade, Mariola, Karol y Aylen las asaltan con preguntas, intentando saber qué ha sucedido entre Thiago y ellas.

Los hombres del grupo, en tanto, se mantienen al margen, escuchando todo pero sin comentar nada.

Los Demonios lo hacen porque esperan pacientes su turno para hablar. Ian, en cambio, nota algo extraño en Irene y por eso aguarda a estar a solas para saber qué le sucede. ¿Por qué lo mira con tanta frialdad? Es obvio que ella está guardando sus emociones en lo más profundo de su alma y por eso se muestra así, tan distante y calma. Tal y como lo hizo tiempo atrás luego de decirle, sin detalles y muy vagamente, cómo había terminado siendo Cazadora. ¿Qué será aquello que oculta? No puede culparla, él tampoco ha sido muy sincero con ella, pero así habían marcado las reglas al principio. Claramente, las cosa habían cambiado…

-Cazadoras…- murmura Uriel al cabo de un rato, exasperado ya de tanta charla femenina.

Todas voltean a la par. Narim las observa con el ceño fruncido.

-Necesitamos ir a una iglesia y cuanto antes mejor- indica Uriel, ya con la atención de todos sobre él.

-¿Una iglesia?- Aylen se muestra confundida, mirando a su madre y a su tía en busca de una explicación. Ella lo sabe bien, los Demonios tienen el paso prohibido en esos lugares santos.

-Sí, una iglesia- replica Narim- Podemos entrar libremente si cualquier de ustedes, Cazadoras, nos dan el permiso. Allí podremos armar el sello y comenzar la búsqueda de Sharem.

Al escuchar el nombre del Príncipe Demonio, Karol se estremece. Aún luego de tantos años; aún cuando él mató a su bebé; aún a pesar de todo, Karol siente algo por Sharem, algo que no piensa admitir ante nadie. Pensar en la posibilidad de saberlo muerto le duele, aunque lo oculta muy bien.

Es una habilidad muy bien desarrollada en los Cazadores eso de guardarse los sentimientos en un arcón perdido de sus corazones…

-También necesitaremos mucha sangre y alimentos- anuncia Uriel- Cuando terminemos la pesquisa, estaremos muy hambrientos y será peligroso para ustedes. Por eso mismo, una vez que comience todo, deberán irse y dejarnos solos.

Las Cazadoras se miran entre sí y asienten, sabiendo que no tienen otra opción. De todas maneras, dos Demonios contra 6 Cazadoras no resultan peligrosos, aún cuando uno de ellos sea un Príncipe. Lo preocupante es que, para Macu y Aylen, Uriel y Narim son importantes…

-Bien… en el próximo pueblo buscaremos una iglesia- avisa Macu- Y también un lugar dónde alejarnos el resto del grupo.

-Nosotras podemos conseguir sangre- propone Ade.

-Y alimentos también- agrega Mariola sonriendo.

-Yo veré de buscar ropas adecuadas… necesitaremos armas y trajes especiales si pensamos atacar el refugio de Sharem- Karol habla con tono frío. Ella sólo piensa en el niño que hay de por medio y la paz del mundo que pende de un hilo.

Aylen se guarda todo comentario. Ella nada puede hacer, más que esperar y observar. Quiere cobrarse venganza por su padre. Eso es todo lo que la mueve ahora.

Irene piensa aprovechar ese tiempo para hablar con Ian. Cuanto antes, mejor.

El viaje se retoma, todos van corriendo. Piensan ingresar al pueblo desde diferentes puntos, a fin de controlar que no haya enemigos y buscar la iglesia y el refugio que precisan.

Aylen se acerca a Narim y en susurros le dice:

-Gracias… por ayudarnos.

-Ya te dije, Cazadora, es conveniente para mí ayudarles, sólo por eso lo hago- el Príncipe Demonio no desvía en ningún momento la mirada del frente, aún cuando Aylen corra a su lado observándole fijamente.

-Gracias también por mostrarme aquellas imágenes. ¿Puedo pensar que, si me las mostraste, es porque las viviste?

-Sí, así es. Fui testigo de todo eso y fui yo quien cargó con tu padre y lo dejó en la puerta de su casa.

-Tú…

-No pude meterme en la pelea. Eso era algo entre ellos y si yo intercedía sería peor. Cuando Sharem lo dio por muerto, tomé en brazos a Joaquín y lo conduje a su hogar.

-¿Por qué…? Quiero decir, pensé que los Demonios no hacen cosas para ayudar a los Cazadores, menos un Príncipe como tú.

-Me insultas Cazadora… pensé que luego de tantos meses vigilando mis acciones podrías dar respuesta a tu propia pregunta.

Aylen levanta una ceja, molesta.

-No es momento ahora. Ya hablaremos más tarde- replica el Demonio mientras señala al frente.

El pueblo se muestra iluminado por el sol de la media mañana.

El grupo se divide… Narim, Uriel van al frente; las gemelas Ade y Mariola van por el costado este; Ian, Aylen y Karol por el oeste. Macu e Irene deciden dar la vuelta e ingresar por la otra entrada, la que se encuentra al norte.

El tiempo apremia. Pronto, muy pronto, la batalla comenzará. Se medirán los bandos y ganará el más fuerte… o el que mejor planeados tenga sus movimientos.