viernes, 15 de abril de 2011

Epílogo: Nueva ciudad, Nuevos vecinos

10 años después...


El tiempo transcurrió conmigo enfocada en no pensar en ello, ni en Joshua, ni en el bosque de la Patagonia Argentina.
Danlin, Nana e Isabella acostumbraban llamarme al menos una vez al mes y ponerme al tanto de todo.
Así, me anoticié del casamiento de Isabella y Taylor, poco después de mi alejamiento, y la boda de Nana y Nahuel, unos años más tarde.
Siempre hablábamos sobre ellas, sus vidas, sus amores. Nunca tocábamos el tema de Joshua y yo agradecía en el alma que mis amigas colaboraran con ello.
Danlin, sobre todo, era quién más llamaba. Ella que no vivía una vida de casada, tenía tiempo de sobra para hablar conmigo sobre cualquier tema, aunque fuese el clima... para ella, bastaba con hablarme.

Ahora, hacía varias semanas que nadie se comunicaba conmigo. No podía quejarme... Vivía en pleno Tibet y allí la tecnología quedaba de lado siempre. Pero aún así, me causaba escalofríos pensar en la falta de llamadas.

Estaba en pleno silencio, meditando como cada tarde, cuando un leve sonido llamó mi atención.
El aroma me anunció al intruso...
-Danlin. Ya te extrañaba- murmuré abriendo los ojos.
Mi amiga me observaba fijo desde el marco de la ventana.
Algo no iba bien... Lo supe de inmediato.
-¿Qué sucede?- cuestioné a la defensiva- Algo ocurrió, lo sé.
Danlin desvió la mirada, suspiró y tan sólo dijo:
-Vamos afuera. Este lugar me incomoda para hablar de cosas importantes.
Asentí y me puse en pie con total cautela.

Caminamos en silencio. Durante varios minutos sólo el viento cantaba a nuestro alrededor.
-Dejé a Alihuen...- murmuró al fin.
-¿Cómo lo tomó?- repliqué. Le había llevado su buen tiempo lograr alejarse del muchacho que la amaba ciegamente.
-No muy bien... él...- suspiró- Se suicidó.
Me detuve en seco y la miré a los ojos detenidamente.
-¿Qué?
-Lo que oyes. No toleró mi pedido de distancia. No soportó la verdad que nacía sincera de mis labios. Se suicidó.
-Pero... pensé que para morir debían enfrentarse a algún enemigo tan fuerte como nosotras. ¿Luchó contra un vampiro?
-No- Danlin desvió la mirada nuevamente y retomó la caminata.
-¿Y entonces?- la duda me movía feroz, rasguñando mi estómago de piedra.
-Se enfrentó a otro de los suyos.
No precisé preguntar. Supe de quién estaba hablando.
-¿Y cómo terminó todo?
-Ambos murieron... Alihuen y Joshua. Se generaron heridas irreparables y no pudieron salvarlos.
De pronto, sentí que el aire se escapaba de mis pulmones helados, como si acaso la vida pudiera abandonarme así...
Él había muerto. Nunca más lo vería. Nunca más vería sus sonrisas.

-Naimé...- Danlin me miraba preocupada cuando enfoqué la vista en ella.
-¿Si?
-¿Estás bien?
-Perfectamente.
-No mientas...
-Duele. Duele saber que lo perdí, que ya nunca podré verlo. Duele saber que no podré abrazarlo ni estar con él.
-Pensé que no lo querías... que este tiempo te había ayudado a olvidarlo.
-Danlin, me conoces. Sabes que lo amaba y lo amo. Siento que no me queda vida ahora.
-Lo siento.
Caí de rodillas.
-Daría todo por volver el tiempo atrás y pasar con él estos años que procuré evitarlo. Pensé que lo salvaría teniéndolo lejos...
Mi llanto sin lágrimas nació rápidamente.
Danlin tan sólo me miraba. Podía sentir sus ojos sobre mí.
-¿Lo harías? No te creo...
La miré molesta.
-Te conozco. Intentarías todo por darle un futuro mejor.
-No sirvió de nada. Su vida fue demasiado corta. Lo perdí... ¿entiendes? Lo perdí para siempre.
Mi cabeza dio contra el suelo. Necesitaba llorar, llorar de verdad. Dejar salir mi dolor de alguna manera.

-Por favor. Deja de llorar...- susurró una voz dulce y grave que conocía bien a pesar del tiempo transcurrido.
Levanté la mirada y me quedé de piedra.
-Mi vida, por favor, no llores. Me alegra saber que me quieres, pero deja de llorar.
Incrédula me puse de pie sin entender nada.

-Pero...- mi voz era apenas un murmullo- ¿Danlin me mentiste?
La acusación nació con enojo y sorpresa.
-No del todo- respondió mi amiga- Alihuen sí murió. Encontró la manera de hacerlo... lo de Joshua, fue una manera que pensé para que admitieras que lo querías y pudieran estar juntos.
Parpadeé varias veces, sin creerlo todavía.

-Vamos a casa...- pidió Joshua.
Lo miré en silencio.
-Ya tenemos casa, aquí cerca. Nos tomó varias semanas, pero pudimos organizar todo... podremos ser felices juntos- prometió sonriente.
Miré a Danlin, esperando su reacción. Ella sólo sonreía sin decir palabra alguna.
-No te preocupes por mí. No me duele. Creo que cada uno hace lo que quiere con las cartas que le da la vida... y si Alihuen sintió que eso era lo mejor, lo acepto. No lo amé nunca, tan sólo lo valoré como el buen amigo que era. Lamento su pérdida, pero ya sabes como es esto... con la vida que llevamos, he aprendido a no permitir que este tipo de cosas me afecte.
Asentí, incapaz de decir nada.

Demasiadas noticias, demasiadas sorpresas. Y Joshua a mi lado que me miraba con ternura.
-Bien, yo debo ir a buscar a Nana e Isabella que llegarán pronto en avión junto a sus maridos- indicó Danlin sonriendo- Tenemos planeadas unas lindas vacaciones visitándote, Naimé, si no te molesta.
-Mientras tanto, nosotros podemos ir a casa y yo puedo mostrarte el que será nuestro nuevo hogar- sugirió Joshua.
-Pero...
-Nada, nada...- me detuvo Danlin y comenzó a correr, rumbo al lugar donde pensaba esperar a los demás.

Me enfrenté directo a Joshua, algo enojada por el engaño, pero feliz por saberlo vivo.
-Nunca me pediste siquiera de tener una cita y ya piensas vivir conmigo... ¿quién dijo que yo aceptaré?- la sonrisa pícara en mi rostro demostraba que me alegraba tenerlo a mi lado.
-Mmm... eso puedo solucionarlo fácil- murmuró, mientras rodeaba mi cintura con sus fuertes brazos y el contacto con su piel ardiente me hacía cosquillas.
Acercó lentamente su rostro al mío y susurró:
-Te amo y siempre te amaré y no importa lo que hagas... no voy a dejarte ir nunca más.
Inmediatamente, sus labios rozaron los míos y nació así el beso, lleno de pasión y dulzura por igual.
Supe entonces que las cosas podían funcionar. Que sólo era necesario darnos la oportunidad...
Ya había sido suficiente el pensarlo muerto y perdido para siempre.

-Vamos a casa- pedí sonriente.
Él asintió y estrechando mi mano comenzó a caminar.
El sendero se dibujaba extenso y lleno de posibilidades.
Mis amigas estarían conmigo también y ¿quién sabe? tal vez hasta Danlin fuera capaz de encontrar al amor de su existencia.
Sonreí, feliz por cómo todo se había resuelto. Entusiasmada con el futuro que teníamos para disfrutar...



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1 comentario :

  1. Alaaaa....! tampoco hacia falta que lo mataras... Has a dejado a Danlin como la vampira cruel y malvada. XD

    Danlin, TKM!

    MAP!

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