Como Zombies…
Como alumnos Química Biológica, me había presentado a las 8 am para realizar el último práctico de laboratorio: manejo de cepas de virus de nivel 9, el más leve e inofensivo.
En pleno invierno, el edificio de química se me dibujaba oscuro y lúgubre y hasta colmado de misterio, si cerrábamos un poco los ojos.
En el segundo piso, donde las maquinarias eran de avanzada y con muy poco uso, allí llevaríamos a cabo el práctico.
La profesora nos dividió en grupos y entregó una muestra a cada comisión junto a las máscaras, guantes y anteojos protectores.
Debíamos identificar el virus en cuestión. No había dos muestras iguales lo que significaba que tampoco dos grupos presentarían las mismas respuestas.
Además, ningún docente ayudaría, nos dejarían solos para que nos desenvolviésemos como profesionales que debíamos ser.
Pensar que habían transcurrido más de 11 horas desde nuestro ingreso a este lugar donde los olores varios se percibían en cada esquina a medida que mis compañeros, o yo mismo, nos valíamos cuanto método teníamos a mano para identificar los virus, eso me desquiciaba por completo.
Bostecé una vez más y acerqué mi rostro al microscopio.
Alice, una de las chicas del grupo “B”, se quejó por decimoquinta vez.
Al parecer, habían realizado miles de pruebas y nada daba positivo… Nosotros, al menos, ya sabíamos a qué grupo genérico pertenecía nuestra muestra… quedaba especificar de qué virus se trataba.
Me puse de pie y caminé hacia ella, tal vez el meterme en algo ajeno podría ayudar a quitarme el embotamiento.
Todos estaban abajo, en la cafetería. Quedábamos sólo 5 alumnos, uno por grupo…
-Bien, dime qué pasa…- pedí amablemente.
Ella suspiró y tan sólo dijo:
-Nada… absolutamente nada. Ninguna prueba resulta y me está sacando de quicio...- se llevó las manos al rostro, parecía que iba a romper en llanto de un momento a otro.
-A ver … pensemos un poco. Si no resulta nada positivo, tal vez…
El teléfono sonó y Joaquín, del equipo “C” corrió a atender.
Levanté los ojos del papel al percibir que mi compañero comenzaba a titubear ante lo que le estaban diciendo del otro lado de la línea.
Martín, del grupo “E”, se acercó a Joaco al notar que éste estaba al borde de un ataque. Su rostro ahora se mostraba pálido y asustado, incluso debajo de la máscara, y eso no era normal en Joaquín, el capitán del equipo de Rugby. Era un tipo duro y pocas cosas lograban causarle algún tipo de temor.
Agitado, Joaquín le tendió el teléfono a Martín y tomó asiento.
Melina, la única representante de la comisión “A” subió corriendo las escaleras.
-Gente… la puerta de acceso al primer piso está clausurada… No podemos salir… hay patrullas afuera, pude verlas desde las ventanas…- gritó nerviosa.
Martín colgó el teléfono luego de hablar unos instantes y tan sólo dijo:
-Estamos de cuarentena.
Alice se aferró a mi brazo, asustada y con las lágrimas recorriendo su rostro.
-Por error enviaron una muestra contaminada con Virus Clase 1- prosiguió Martín- Y han cerrado las salidas y los pasos de ventilación hasta saber qué peligro hay en verdad.
Joaquín estaba ahora encogido contra una de las mesadas, sentado en el suelo, con su cabeza entre las rodillas.
-No nos dejarán salir, ¿verdad? Nos dejarán aquí sin comida, abrigo ni ningún otro tipo de ayuda más que el teléfono- murmuré mirando con detenimiento a Joaco, que ahora lloraba igual que Alice.
-Bien…- Melina se unió al grupo mientras intentaba respirar tranquila- ¿Eso quiere decir que corremos riesgo de resultar contagiados por alguna enfermedad que hasta el momento no conocemos?
Martin negó con la cabeza y apretó fuerte sus puños.
-No. Parece ser que el recipiente que contenía la muestra estaba roto y… todos los que estuvieron en contacto con ese virus hasta hoy al amanecer ya están enfermos- explicó.
Fruncí el ceño, confundido.
-Desde el laboratorio en Capital, donde armaron el embalaje, pudieron demostrar que el virus sólo sobrevive dos días sin su ambiente. Un día de viaje y otro desde que llegó a la universidad… hoy a las 6 am se venció su plazo de vida- lloriqueó Joaquín.
-Exacto- señaló Martín- Todos los profesores de química del laboratorio, los guardas y alumnos que cursaron anoche, todos están… Nosotros estamos aquí por nuestra seguridad, puesto que no corremos riesgo aquí dentro.
-Pero… dicen que se propagará rápido...- agregó Joaco- No saben cómo detenerlo.
Me estremecí.
Melina intentaba consolar a Alice, Martin y Joaquín hablaban entre sí sobre lo que habían escuchado.
Mientras, yo miraba por los ventanales al otro edificio, donde podían verse las sombras de diferentes personas. Caminaban encorvados y hasta juraría que alcanzaba a notar laceraciones y úlceras en la piel oscura y enferma de esos extraños que no podía identificar.
Era obvio que, tanto como nosotros estábamos recluidos, ellos también.
Más nosotros estábamos sanos y a salvo y ellos…
-No pueden sentir nada- dijo Martin- Han perdido la noción de todo, como si el virus hubiera devorado sus cerebros, no hablan coordinado ni son capaces de moverse con soltura.
-Como Zombies- murmuré.
-Igual que Zombies…- replicó mi compañero.
Cerré los ojos. No podíamos más que pensar en esos infelices que carecían de toda cura posible. De alguna manera, debíamos alegrarnos, pero resultaba imposible.
Unos minutos antes, nos habíamos imaginado enfermos de algo desconocido. Ahora estábamos sanos, pero encerrados en un segundo piso, a la espera de saber qué sucedería afuera…
Un ruido fuerte llamó nuestra atención y corrimos a la ventana.
En el edificio de enfrente había mucho alboroto.
Alguien había escapado. Alguien corría libre llevando consigo el virus.
Los disparos se escucharon rápidamente. No dieron alcance a su blanco.
Miré a los chicos y tan sólo atiné a sentarme en el suelo, junto a Joaquín, que se mantenía inmóvil.
¿Seríamos los últimos a salvo? ¿Había posibilidades para alguien más?
Nada nos quedaba, más que esperar…
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Vale, no es de terror precisamente, pero fue mi manera de darle vida a los zombies... la idea surgió simplemente porque estaba rompiéndome la cabeza con un trabajo de química biológica, jeje.
Simplemente pensé lo feo que se sentiría si resultáramos presa de una epidemia así y debiéramos quedarnos dentro viendo lo que sucede afuera...
Espero sus comentarios!
wow!!!!!!!! que pasada, como siempre tú en ti linea, mezclando prsonajes, emociones, accion y drama, mientras que el avance de la historia te deja desechita porque ves que no puedes para lo que estas leyendo y sabes que las cosas no funcionaran como deberian, erea mi idola por favor, que bien escribes Erzengel, yo el mio lo colgare en un par de dias supongo, a ver que tal, jejeje
ResponderEliminarMillones de besos guapisima, con relatos como este ya no tengo nada que hacer en el concurso, jajajajaj
Pero como siempre será una maravilla participar junto a ti
Te quiero princesa
Que bueno es!....Es el primero que leo,pero ya con esto e Irene por ahi,dire que lo importante es participar ajjajajajaja.Nunca dejes de escribir,desde la primera palabra ya enganchan tus textos y es un placer darse un paseo por aqui,gracias por tus letras.
ResponderEliminarUn abrazo desde la sombras <3<3
Qué bien está esto, sin exagerar, sin excesos, con pauta, describiendo las emociones humanas, más que los extraños bichos como está de moda hoy. Mira, si que está bueno.Vigilaré el futuro de estos bichos.
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