Capítulo 35: Tatuado el Deber

-Crearemos un portal -anuncia DK- y llegaremos al corazón mismo del Himalaya.
-Es una locura, nos detectarán ni bien pisemos suelo… -Irene menea la cabeza mientras se cruza de brazos.
-Estaremos obligados a movernos en los límites de nuestra rapidez si queremos alcanzar a Sharem antes de que los guardias nos enfrenten -señala Aylen.
Macu entrecierra los ojos sopesando las probabilidades.
-Para eso estamos nosotros -Erzengel sonríe- Nos encargaremos de crear una barrera entre los guardias menores y ustedes.
Mientras el Primer Nacido habla los demás encapuchados se desprenden de sus capas y se muestran tal y como son. Cuatro hombres y dos mujeres cuya belleza se iguala a la de Erzengel. En sus manos, cada uno de ellos lleva un maletín con formas curvas.
-Así creamos la música que ustedes escucharon mientras caminaban hacia aquí. Así controlamos las luces de la ciudad y logramos que los humanos no los detectaran en su caminata… -explica uno de los Ángeles mientras abre el maletín y extrae un violín con cuidado.
-Y así mantendremos a raya a los Demonios Inferiores -propone otro de ellos- No necesitamos estar todos tocando la melodía, mientras algunos interpreten la música, los demás iremos cazando a todos los enemigos que podamos.

Ade y Mariola suspiran a la par.
-A nosotros nos tocará hacerle frente a los Guardias Mayores -indica Mariola un tanto preocupada.
-Puede que sean sólo siete, pero su poder es avasallante -agrega Adela.
-Las Guardias Inferiores están compuestas por miles de individuos. Da igual, si ustedes quedaran a cargo de enfrentarse a los más débiles y nosotros a los poderosos, tendríamos iguales probabilidades -Erzengel se encoge de hombros-. Lo hemos pensado mucho con el Neutro. Ésta es la mejor manera. Nosotros nos encargamos de las multitudes, que son quienes estarán empujando por llegar a defender a su jefe.
DK asiente y agrega:
-Y ustedes procuran darle batalla a los Mayores, para dejarle limpio el terreno a los gemelos y Narim, que son quienes podrán darle muerte a Sharem llegado el momento.
-Yo estaré cerca -promete Erzengel-, para llevarme a Elián ni bien sea posible. No podemos permitir que Sharem lo mate, estaría despertando a Lucifer si lo hace. Tampoco podemos dejar que los del Círculo lo asesinen por su lado, no sabemos en qué podría deparar eso. Hay que intentar que la criatura sobreviva y crezca, es lo único que pienso.
Karol se estremece con sólo escuchar el nombre de Sharem y controlando su preocupación cuestiona:
-¿Por qué no debe morir Elián?
Todos los presenten miran a la Cazadora confundidos y sorprendidos por la pregunta.
-Quiero decir… sé que eso liberaría a Lucifer y demás, ¿pero no entiendo, y si le da muerte un Cazador? -explica mirando al suelo.
-No sólo puede despertar el mayor de los Demonios, también significa que quien sea el asesino obtendrá un poder más allá de lo pensable. Dada la fuerza de Sharem ahora, si él fuera el responsable, terminaría siendo más fuerte que el propio Lucifer. Si fuera alguien del Círculo, ocurriría algo igual de terrible -el Imparcial observa el cielo, intentando alejar de sus pensamientos las imágenes que acuden ante la sola idea de la posible muerte de Elián.
-Bueno, bueno… -Macu hace crujir los huesos de sus dedos- Si nosotros iremos a por los Demonios mayores, Sebastián y Jonathan, junto a Narim, se enfrentarán a Sharem y los Arcángeles procurarán ayudar eliminando a las Guardias Inferiores, ¿quién quedará para detener a la gente del Círculo? ¿O creen que ellos quedarán afuera de esto?
-Nuestros compañeros que aún no han llegado se harán cargo -indica Erzengel-. No puedo decir más, sólo eso. Ellos frenarán a los miembros del Círculo y colaborarán a que podamos defendernos antes de que nos  sentencien.

Las Cazadoras se observan entre sí sin decir palabra. Ellas sienten cierto recelo ante lo que habrá de ocurrir.
Irene se preocupa no sólo por Aylen y Macu, sino también por Ian, a quien todos han dejado fuera de los planes. ¿Dónde quedará él mientras ocurre la pelea? ¿Cómo sabrá ella que estará a salvo de cualquier ataque?
Macu reprime sus ideas respecto a lo poco que confía en los Primeros Nacidos. Después de todo, el Círculo está conformado por Ángeles de igual nivel y no son me absolutos muy amables con los Cazadores. ¿Cómo creer en estos Ángeles? Y Uriel... no, él debe quedar a un lado, sabe que no caerá fácilmente.
Ade y Mariola se preguntan cómo es que se metieron esta situación, si ellas ya estaban libres de toda responsabilidad. Más recuerdan que ellas mismas lo pidieron y en esta situación no pueden abandonar a sus amigos. Además, demasiado les importa la suerte de Jonathan y Sebastián como para mantenerse lejos.
Karol ha tomado una decisión, de esas que uno ya no puede retractarse. Piensa seguir adelante su idea aún cuando todos los demás se opongan a ello. No dirá una palabra al respecto. Actuará llegado el momento y luego rezará para que sus compañeros de batalla la comprendan.
Aylen se estremece de sólo pensar que su madre, su tía y su tutora estarán luchando codo a codo a su lado. Nunca ha peleado con ellas cerca. Sabe que parte de su atención estará constantemente paseando entre su familia y Narim. No puede evitarlo. Desea matar a Sharem, más ya ha aceptado que para eso estarán los gemelos y el Príncipe Demonio.

Los gemelos guardan silencio mientras ven cómo los poderosos Ángeles trazan líneas sobre el suelo generando un sello. DK está con esos desconocidos, murmurando palabras en un idioma antiguo que no comprenden, en tanto Uriel y Narim hablan por lo bajo con Ian.
Tanto Sebastián como Jonathan saben que su responsabilidad es muy grande, que su vida correrá peligro sin duda alguna. Más no darán marcha atrás. Quieren vengar la muerte de su padre y ser libres de reencontrarse con su madre. Quieren eliminar a ese Demonio que pone en riesgo a todo el mundo. Se sienten diminutos, inofensivos, aún cuando el Neutro mil veces antes les juró que su poder era impensable.

Lejos, muy lejos, Brucia continúa corriendo. La fuerza que emanan los Demonios se percibe con mayor claridad.
Ya casi ha llegado. Pronto pisará la frontera que han impuesto los guardias de Sharem.
No hay rastro de DK por allí y eso la impacienta. El Imparcial nunca falta a su palabra… ¿habrá sucedido algo? ¿Estarán bien sus hijos?
No tiene más alternativa que esperar a que llegue el Neutro. El tiempo ahora se mueve demasiado lento ante su ansiedad.


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