Título: El día que se perdió la corduraAutor: Javier CastilloNúmero de páginas: 456Fecha de publicación: Julio de 2018Editorial: Suma de Letras / PRHSinopsis: «A veces el destino nos pone a prueba para que sepamos que existe».Centro de Boston, 24 de diciembre. Un hombre camina desnudo con la cabeza de una joven en sus manos. El doctor Jenkins, director del centro psiquiátrico de la ciudad, y Stella Hyden, agente de perfiles del FBI, se adentrarán en una investigación que pondrá en juego sus vidas, su concepción de la cordura y que los llevará hasta unos sucesos fortuitos ocurridos en la misteriosa localidad de Salt Lake diecisiete años atrás.
¡Buenas! Como descubrirán si andan de paseo por el blog, iré subiendo reseñas de libros que leí el año pasado a la par de lecturas de este año que ya se nos escapa. La idea es ponerme al día con las reseñas que tengo demoradas en este rinconcito que tanto quiero.
Leí este libro en pocas horas, porque el autor tiene una pluma que no resulta pesada ni molesta y la historia avanzaba de manera adictiva. Ahora, plantear esta reseña me costó y mucho. ¿Qué decir sin revelar spoilers? ¿Cómo demostrarles cuánto disfruté leyendo esta novela sin que se me escapen cosas importantes?
Puedo comentar que la historia va escrita a
distintos tiempos y desde diferentes perspectivas. Por momentos estamos en
Boston, a fines de diciembre de 2013, viendo cómo el director de un centro
psiquiátrico y una agente del FBI tratan de descubrir quién es ese hombre que
apareció la mañana del 24 de diciembre caminando desnudo por pleno centro de la
ciudad cargando en sus manos la cabeza de una joven. ¿Por qué mató a esa chica?
Esa pregunta resuena bastante, hasta que el presunto asesino obliga a sus
entrevistadores a darle la vuelta al asunto y pensar todo desde otra postura.
En paralelo, se va contando la historia de la
familia de Amanda, una joven que junto a sus padres y hermana menor está de
vacaciones en Salt Lake, a mediados de 1996.
Como si fuera sencillo cruzar dos historias, el
autor se anima y agrega tres más: parado a finales de diciembre de 2013,
muestra la mirada del supuesto asesino decapitador; vuela hasta Canadá,
siguiendo los pasos de un hombre torturado por su pasado y responsable de la
muerte de muchas mujeres inocentes y regresa a Boston para contar lo que vive
el director del psiquiátrico luego de un hecho traumático que lo hace rememorar
los últimos 18 años de su vida.
El paso de primera a tercera persona entre capítulos. Con capítulos cortos y a veces de poco más de una página, lo genial de
la novela es ir viendo cómo se relacionan las distintas historias y se genera
un tejido asombroso de conexiones impensadas y geniales.
Se nota que es la primera obra de Javier
Castillo. Se vende en la manera de describir a algunos personajes, como si
estuviera leyendo las características físicas escritas en fichas detalladas y
cuidadas. No me molesta. Las vueltas de la historia y su modo de narrar la
perspectiva de cada personaje son tan geniales que lo demás se acepta y
perdona. Porque es capaz de contar con tanta facilidad cómo se mata a alguien,
así como puede cargarte de emoción al mostrar el sufrimiento padecido por
varios de los personajes.
Los saltos en el tiempo y los cambios de personajes me obligaban a prestar atención a cada detalle, porque todo tiene un
porqué y cada suceso se entrelaza a otro de la manera menos pensada.
Una historia muy visual, con las descripciones
de escenarios justa y con personajes que evolucionan de manera tan humana y
realista que duele reconocerlo. A medida que leía el libro pensaba en cuán
genial sería verlo transformado en película y luego supe que harán una serie y
creo que es más acertado, porque los giros y contragiros de cada tiempo y
subtrama son demasiado buenos como para abreviarlos a un par de horas en la
pantalla. Un thriller genial, como hacía mucho no
leía.
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¿Ya conocían al autor? Espero sus comentarios...
¡Nos leemos pronto!
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