Título: MonstruoAutor: Leo BaticNúmero de páginas: 170Fecha de publicación: 2016Editorial: Ediciones SalimSinopsis: A Rodolfo le gustan las gomitas de eucaliptus, comer asados, jugar al fútbol y Marina, la pelirroja del 4toB. Aunque también debería agregar a su lista la casa embrujada y las fotos que suben a las páginas web aquellos que la visitan. Muchos quieren entrar, pero pocos se atreven. Incluso su padre intentó entrar cuando era joven y algo terrible sucedió. Pero eso es un secreto. Y los secretos pueden ser como los maleficios: convierten en monstruos a los que los crean y a los que se atreven a desentrañarlos.
Recuerdo los
libros que nos hacían leer en la escuela. En general, resultaban aburridos, con
personajes algo sosos y tramas poco interesantes. Salvo los clásicos como El Mío Cid, padecí muchas de las
lecturas obligatorias de mi época escolar. Sin embargo, de vez en cuando
descubría alguna joyita y al leerla, sabía que ese libro me dejaría huella más
allá de mi intención de completar el práctico establecido por la profesora de literatura.
Con Monstruo, me sucedió algo curioso: lo
leí, me dejó una increíble huella y me
hizo pensar en qué bueno sería si en las escuelas los profes lo recomendaran
como lectura. Luego supe, al entrevistar a Leo, que esa era una de sus
intenciones al escribirlo.
Monstruo es un libro breve, pero lleno
de mensajes y reflexiones, que te hace pensar todo: cómo viviste la escuela,
cómo te sentías con tus padres en la época de la pubertad, cuánto peso tenían
los amigos y cuán fuerte era el anhelo de sentirse parte de algo, ser uno más
del grupo.
Tenemos a
Rodolfo transitando los últimos años de la escuela primaria. Está en esa edad
donde descubre lo que es estar enamorado, donde el futbol es una pasión que
soporta lluvia y viento, y sus padres no siempre lo comprenden.
Rodi es un
chico como todos, que gusta de pasar tiempo con sus amigos y tiene cierta
fascinación por una casa abandonada que hay en su barrio, esa que todos dicen
que está embrujada y si entras, algo terrible te sucederá.
Y como todo
chico, además, Rodolfo va descubriendo que sus padres no le prestan la atención
que merece; que su papá, sobre todo, no logra establecer un buen vínculo con
él. ¡Ni siquiera va a verlo a los partidos cada sábado! Mientras otros chicos
tienen a sus padres acompañándolos y demostrándole apoyo, Rodi se siente solo,
poco querido. No quiere sentirse así, no quiere pensar así de sus padres, pero
lo siente.
Hasta que un
día, Rodi descubre una foto de la casa embrujada, esa que tanto le gusta, y
descubre, además, que su papá fue quien la sacó. Ahí su vida da un vuelco sin
retorno: la manera en que ve a sus padres, sus amigos y cómo se ve a sí mismo.
Y no sólo de manera figurativa, sino literal. Rodolfo comienza a sufrir cambios
en su cuerpo, cambios que lo hacen desear ser normal, ser como antes, y, sobre
todo, ser aceptado por su familia.
Pero, ¿qué es
ser normal? ¿Qué tiene de malo ser distinto? ¿Por qué ser distinto es malo? ¿Y
la familia? ¿Es familia quien te cría o quien lleva tu sangre?
Esta historia
toca muchos temas que te hacen pensar y reflexionar, habla de un crimen y de la
apropiación de un bebé al tiempo que te muestra que el otro, no por ser
distinto, es malo y que los monstruos pueden tener apariencia humana y alma
oscura, aunque pocos lo perciban. Habla también de la paciencia, de la lucha
por estar con quien se ama, de saber valorar las verdaderas amistades y
quererse a uno mismo tal cual es. Te susurra, incluso, el valor de trabajar
codo a codo con otros, en equipo, por un bien común, de hablar sin dañar al otro
y aprender a no subestimar ni hacer ideas adelantadas antes de conocer la
verdad.
Podría estar
días completos hablando de Rodolfo y su secreto, del secreto de su padre y del
secreto de su familia, su verdadera familia. Porque leés el libro, ¡y te hace pensar
en tantas cosas! Te hace recordar la infancia, los momentos en que nos
sentíamos diferentes y no queríamos serlo, cuando anhelábamos más atención de
nuestros padres y no siempre la obteníamos, cuando sentíamos que nadie nos
entendía, cuando necesitábamos de alguien que nos abrace y diga que está bien,
que todo va a pasar, que vas a crecer y esos miedos y preocupaciones van a
irse, que no tiene nada de malo ser diferentes, ser único, porque cada persona
es única y hay que saber valorarla así.
Monstruos
somos todos, de alguna manera, ante alguna mirada. Y no tiene nada de malo,
aunque no hagan pensar lo contrario.
Un libro
hermoso, de lectura rápida, pero que deja una huella importante en quien se
anima a darle una oportunidad. El comienzo de una serie que tendrá varios
títulos de diferentes géneros, que continúa con Algoritmo Prohibido, libro cuya reseña en breve les compartiré.
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Espero sus comentario... ¡Nos leemos pronto!
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